69.

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Relaja sus hombros antes de posicionar sus dedos sobre las teclas, y aunque respire de forma parsimoniosa, ignorar el frío que le cala los huesos debido al nerviosismo no es tarea sencilla, pues SeokJin se encuentra sentado sobre las sábanas blancas, esperando paciente por escuchar esas notas que siempre le llenan el alma de infinito amor.

Por alguna razón, compara el momento con su primer recital, donde sus padres estaban apoyándole desde los aterciopelados asientos del pequeño teatro local; tal vez se deba a que, justo como en ese día, está a punto de presentarse frente a su persona más amada. Cuando las primeras notas remueven el denso vacío de la habitación, sabe que no hay mejor sensación que esa, la cual consiste en sentir la sonrisa de SeokJin aún si sus ojos no están sobre su bella silueta.

Se atrevería a decir que nunca había sentido tanta ligereza en sus manos, las cuales se hallan conectadas a su corazón en ese mismo instante, porque si bien está cansado de no ser bueno con las palabras, sabe que la música siempre estará ahí para ayudarle a decir todo lo que siente, sin tener que susurrar al viento algo que se desvanecerá segundos más tarde, ya que una canción es para siempre.

No hay instrumento de cuerda que se compare con el traslúcido hilo atado a su meñique, ese que le conecta con el chico de las flores más delicadas y risas de escándalo, porque la más bella de las melodías sonaba en su cabeza cuando le volvía a encontrar por algo que al principio le sonó a casualidad. Le gustaba ese pequeño tintinear que aparecía al momento de mirarse a los ojos, como si le invitara a esconderse entre sus brazos lo que restaba del día; y cuando una orquesta tocó más que eufórica en su pecho el día de su primer beso, supo que jamás se había sentido tan vivo.

Ahora se aventura en la ironía de interpretar una canción para SeokJin, quien con el paso del tiempo terminó por convertirse en su melodía favorita, dulce y tranquila, con un dejo a tiernas margaritas.

Voltea a verle sin esperar encontrarlo así, tan bello y cálido como cada día, lágrimas iluminadas por luz de luna que se filtra por la ventana que reposan sobre sus mejillas como la más delicada cristalería. Se levanta del banquillo una vez que esa bruma de sentimientos y silencio vuelve a envolver sus cuerpos, avanzando hasta hallarse frente a él, y seca los vestigios de la melancolía en su rostro utilizando las mangas de su sudadera.

—Serendipia —murmura con la voz acuosa, y deja las partituras sobre el buró— ¿acaso soy tu hallazgo afortunado, Min YoonGi?

—Lo fuiste —responde, sentándose a horcajadas sobre su regazo— pero todo esto no es una casualidad, va más allá —acuna el rostro del mayor entre sus manos, acariciando sus mejillas como si éstas fuesen porcelana que teme quebrar— estábamos destinados, y lo sé porque cada noche junto a ti las estrellas brillan más que de costumbre, como si el universo estuviera feliz por habernos encontrado.

Le besa hasta que la falta de aire en sus pulmones le obligue a separarse, así que cierra los ojos, sintiendo cálidas manos colarse bajo su camiseta, y al momento de abrirlos nuevamente, puede ver en su mirada que esa noche no le separarán de SeokJin hasta que se alce el sol. 

"Flores En Primavera" [ksj + myg] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora