53.

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La señora Kim tamborilea los dedos sobre la blanca superficie del mostrador, comenzando a plantearse si su hijo estará bien, pues su ausencia le extraña en demasía. Siempre llega temprano, incluso antes que ella; por lo regular veinte minutos antes de la hora de apertura, pues de ese modo confirma que todo esté en orden para empezar el día. Han pasado meses desde que SeokJin llega tarde a la florería, y le preocupa que la razón de su tardanza sea la misma de esos días azules.

Hojea una revista mientras escucha el transitar de las pocas personas despiertas un sábado a las nueve de la mañana, y esboza una pequeña sonrisa cuando percibe el sonido del motor de siempre desacelerar frente a la florería, dejando ver al par de jóvenes cuyos rostros relucen en preocupación, seguramente causada por estar diez minutos tarde.

—Lo siento muchísimo señora Kim —se apresura a decir YoonGi en cuanto se encuentra frente a ella; ha comenzado a reír de forma inconsciente, quizá porque el muchacho luce en serio consternado o por las ropas que usa, demasiado grandes para su pequeña proporción— prometo que no volveré a presentarme tarde.

—YoonGi-ssi, es comprensible cariño, digo, un sábado quién no se queda prendido a las sábanas sin querer soltarlas —se acerca al adulado, acariciando su hombro con tal de reconfortarle— además... —canturrea con malicia, avanzando de forma amenazadora al más alto, quien le rehúye la mirada cual niño regañado— estoy segura de que no es culpa tuya, no del todo.

Deja la reprimenda a su hijo para más tarde, pues reconoce la camiseta de mangas largas que el adolescente se encuentra usando y quiere una charla más privada al respecto. Aprovecha la hora del cierre, pues YoonGi se retira con rapidez debido a que sus tíos llegaran esa noche para su ceremonia de graduación, la cual será el día martes. Una vez que se encuentran a solas, mira al universitario, quien pretende desentendimiento mientras mira vídeos de cocina en su teléfono celular.

—Sólo estamos tú y yo —suspira, acercándose con lentitud hasta quedar frente a él— así que responde con sinceridad cielo, ¿por qué llegaron tarde?

—No es por delatarlo, pero YoonGi tiene el sueño realmente pesado y despertarlo no es tan fácil que digamos —responde medio distraído, lo cual le vuelve las cosas aún más divertidas.

—Supongo que terminó muy cansado —exclama con falsa preocupación, luchando para no romper en carcajadas por el doble sentido que se ha atrevido a incluir en la conversación.

—Sí, jugamos demasiado... —corta sus palabras, dándose cuenta de con quién habla y en qué contexto hace ver la situación. Ensancha los ojos al encontrarse con la mueca burlona de su madre, y su rostro no tarda en tinturarse de un intenso color carmín al rebobinar la charla en su cabeza— ¡cabe aclarar que jugamos con los petauros!

—Me has dicho que despertarlo es trabajoso, lo que quiere decir que durmieron juntos. Ambos llegan tarde al trabajo con cara de haber hecho algo malo, siendo un desastre de pies a cabeza, sin olvidar que él estaba usando tu ropa, pero ahora me dices que lo único que hicieron fue jugar con tus mascotas —hace comillas con los dedos, disfrutando de los aprietos en que ha metido a SeokJin— ¿en serio me creías tan ingenua como para tragarme tus mentiras? Por favor pequeño Pinocho, tienes que mejorar en el arte de persuadir porque no te he creído nada. Yo también fui joven, sé lo que pasa cuando estás enamorado y te encuentras a solas.

—Demasiada información viniendo de tu parte —le detiene con disgusto, pretendiendo que está apunto de volcar el desayuno sobre el suelo— Él pasó la noche en mi apartamento, pero no por los pervertidos motivos que tu torcida cabeza plantea —refunfuña, dedicándole una mirada llena de indignación— ni siquiera dormimos en la misma cama, él se quedó con mi cuarto, yo dormí en el sofá, ¡ha sido muy difícil para mí pasar la noche! Apenas y pude descansar.

—YoonGi llenó tus almohadas de su hermoso perfume y te dio los buenos días, pobre mi chiquito, cuánto sufre —le pellizca las mejillas, falsa congoja destilando de sus labios teñidos de rojo— no me tildes de a loca Kim SeokJin, te conozco y sé lo que pasa por tu cabecita de chorlito cuando lo miras. Me dan ganas de darte un balde para que no ensucies mi hermoso piso con tu saliva.

— ¡Él no me gusta!

—Y yo nací ayer —toca la nariz del escandalizado joven con el dedo índice, y posteriormente se da la media vuelta para retirarse— no olvides cerrar con llave la puerta trasera.

Cuando finalmente se halla solo en el local, el castaño suspira lleno de fatiga mientras se agacha para recargar su frente contra el mostrador. Ha aprendido que su corazón es demasiado transparente cuando se trata de él, pues hasta su propia madre se ha dado cuenta; debe ser más cuidadoso si quiere que YoonGi se mantenga ignorante a su sentir por más tiempo. 

"Flores En Primavera" [ksj + myg] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora