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Si fueses capaz de ver el mundo a través de aquel mirar desolado, hallarías que la vida se resume únicamente en dos cosas: eventos inesperados e ilusiones falsas pintadas en el aire como un incentivo para la felicidad. Nada más.

De ser honesto consigo mismo no tenía certeza de muchas cosas en realidad, porque últimamente sus pensamientos estaban demasiado anublados para su tan usual efusividad, pero si de algo debía estar seguro aquella tarde de verano era de una sola cosa: la lluvia era despiadadamente hermosa.

Millares de gotas caían a toda velocidad desde aquel oscuro montículo de nubes que se apoderó del azul del cielo en cuestión de minutos, con el único objetivo de empapar hasta el más remoto rincón de la gran ciudad de Seúl.

Crueles y egoístas gotas de lluvia, pensaba él, porque no tenían compasión de absolutamente nada y mucho menos de nadie; sólo arruinando ropas y provocando enfermedades, evaporándose en la nada como huyendo de la culpa con los brazos cruzados.

SeokJin de alguna manera se convenció de que la lluvia se parecía demasiado a BaekJoon, y por un momento le atemorizó la idea de que las personas a su alrededor pudiesen leer los pensamientos, porque de poder hacerlo sabrían que se hallaba asfixiándose en desesperada angustia, naufragando en solitario desconsuelo.

Porque un corazón marchito no es digno de admirarse, ni siquiera en el más frío de los inviernos. 

"Flores En Primavera" [ksj + myg] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora