"Flores En Primavera" [ksj + myg]

25.

Considera escaso el tiempo que le tomó acostumbrarse a la presencia de alguien más en la florería; no se da cuenta cuando sucede, pero ya no puede permanecer quieto cuando el reloj está por marcar las dieciséis horas del día, y cuando está por marcharse a clases sus ojos no pueden ver a alguien que no sea aquel bonito y pálido joven rodeado de flores, analizando partituras.

Se siente como un aventurado viaje, un punto de partida, porque sus emociones han viajado más allá del inmenso mar de melancolía en que se mantuvo navegando por meses.

Aprende a reconocer la felicidad por tener a alguien merodeando alrededor, y también a lidiar con la amargura de apartarse hasta el día siguiente. Vuelve a reírse como en días antiguos, pero con la sensación de que todo es nuevo y emocionante, como si algo dentro de él hubiese renacido; se siente como sí...

—Deje de mirarme como si tuviese algo pegado en el rostro, a menos que tenga algo importante que decir, hyung; de no ser así, por favor termine con sus labores del día de hoy —el adolescente corta el hilo a su descubrimiento, dejándolo varado en la decepción.

Como ambos acostumbran cuando no hay clientela, el menor se encuentra haciendo arreglos en las melodías que compone mientras que él trabaja en las tareas que le asignan en la universidad, sólo que a veces las distracciones resultan vencedoras; por lástima eso sucede sólo con uno de los dos.

Sonrojado, aparta la mirada y la dirige de vuelta a su libro de texto, murmurando por lo bajo como si tramara algo en contra del pelinegro. A veces tiene la sospecha de que no es un estudiante cualquiera, sino una especie de adivino, alguien con poderes fuera de este mundo. Sino fuera así, ¿cómo sabría en qué momento arrastrarlo fuera de sus ensoñaciones?, ¿cómo dejaría mudo a un parlanchín con su sola presencia?

Juguetea nervioso con las mangas de su suéter, pues desde aquel escenario de estrellas brillantes y trazos sobre papel, Min YoonGi le estaba volviendo prisionero del hechizo más peligroso de todos, y ya no habría manera de escapar.

No es que el quisiera hacerlo en realidad.