Al igual que el trece de febrero a las seis y quince de hace un año, la misma alarma acaba con la parsimonia de la habitación, invitándole a comenzar el día de la forma menos sutil posible. Se estira bajo las cobijas hasta que no siente tensión acumulada en sus músculos, dejando escapar un rendido suspiro ante la idea de asistir a clases tan temprano. Toma su celular a tientas, dando fin al agudo tintinear que lleva minutos sonando, y como cada mañana sus ojos se abren un poquito más al encontrar el mensaje de buenos días de su persona especial.
Jinnie 🌼: ¡Hora de abrir los ojos amor! Recuerda que es un día importante. Tengo una sorpresa para ti esta noche.
Lo inevitable no tarda mucho tiempo en llegar, escondiendo su rostro en la esponjosa almohada con tal de que nadie, incluso si hablamos de su propio reflejo, pueda ver la enorme sonrisa que siempre es causada por el mismo chico de mejillas abultadas y labios suaves. A veces se pregunta si adorarle tanto es sano para su corazón.
Realmente sabes cómo animarme para que deje de dormir. Lo anotaré en la lista de razones por las cuales te amo tanto.
Responde antes de saltar fuera de la cama y aplaudirle al aire, listo para tomar una ducha y soportar la lentitud de los minutos cuando ansía verle y correr a sus brazos para cubrirse de su calidez e irresistible aroma a vainilla. A veces desearía despertar junto a SeokJin para adelantar ese momento del día.
—Te ves de buen humor —reconoce KyungSoo, uno de sus nuevos amigos en el Conservatorio— supongo que se debe a la cercanía de San Valentín —exclama pícaro, tomando sus gafas de pasta negra para subirlas y bajarlas sobre el puente de su nariz, como insinuante.
—Mi novio me ha dicho que tiene algo planeado para mí esta noche, ¿cómo esperas que me vea de tan mal humor? —exclama irónico, tan sumido en sus partituras como cada día— hoy se cumple un año de que nos conocimos y mientras él organizó algo bonito, yo planeaba obsequiarle el dibujo que hice de él la tercera vez que nos vimos y por el que tanto había estado insistiendo desde que comenzamos a salir.
— ¿Tienen contados sus primeros encuentros? —cuestiona, lleno de incredulidad— ah, qué suerte tienen algunos. JongIn apenas y recuerda cuando es su propio cumpleaños —se burla, sonrojándose ligeramente ante la mención de su propio pretendiente.
—A veces desearía no haberte llevado a esa fiesta de NamJoon-ah, así tal vez hubieses conocido a alguien más digno —se burla, pero la risa se extingue en sus labios cuando recibe un fuerte golpe en el hombro— era juego, exagerado.
—Mejor háblame de esa vez que Jin y tú se conocieron.
A KyungSoo no le cuesta más que unos cuantos puñetes más y prometerle el almuerzo los próximos tres días para convencerle de hablar. Le da vergüenza recordar a su yo de ese entonces, y también el ridículo que hizo al actuar frente al florista de una forma tan cohibida en su primer encuentro; eso le hace darse cuenta de que tal vez desde un principio se había sentido atraído por sus ojitos risueños y mejillas esponjosas.
—Wah, fuiste a la florería del actual chico que amas debido a que querías declarártele a alguien más —dice sorpresivo el de labios de corazón— el efecto serendipia.
— ¿Serendi qué? —pregunta, su entrecejo levemente fruncido.
—El efecto serendipia, algo que te salió completamente diferente a lo pronosticado, pero que te trajo un resultado aún mejor. Encontraste a Jin sin buscarlo realmente, él es tu hallazgo afortunado.
Las palabras de su amigo quedan atoradas en su cabeza hasta que el anochecer llega, apresurándose a llegar al lugar y la hora acordadas. Encuentra la florería siendo atendida por la señora Kim, quien le dice que suba porque su hijo aguarda por él en el ático de la florería; asiente con la cabeza antes de encaminarse escaleras arriba, sintiendo que el corazón se le escapará del pecho en cualquier momento.
Al llegar encuentra la oscura habitación siendo iluminada por tenues luces de navidad, una mesa cubierta por un mantel perlado, con dos sillas de madera a cada extremo, y margaritas fungiendo como un adorable y pequeño centro de mesa. Finalmente lo encuentra a él, vistiendo el mismo suéter lavanda y portando ese mandil verde a la cintura que siempre utiliza para atender la florería, escondiendo las manos detrás de la espalda.
— ¿Puedo ayudarte en algo? —pregunta jocoso, tendiendo su mano hacia el chico de cabello blanco, quien permanece quieto en la entrada.
—Busco a mi novio —responde con simpleza, avanzando hasta quedar frente al muchacho que juega el papel de empleado— tiene el cabello negro, parece de emo, ya debería cortarse el flequillo, pero no voy a negar que en verdad me gusta cómo se ve; le da un mejor aspecto cuando se pone esa chaqueta que tanto me gusta y llega por mí en su motocicleta —ronronea, entrelazando sus manos con las del chico de sonrisa ladeada— sus mejillas son adorables, parece un hámster cuando come; le gusta la crema corporal de vainilla y para ser honesto, se hace más responsable que yo de nuestros odiosos hijos, dos petauros que para mi fortuna viven en su apartamento. También es demasiado alto, como así —se pone de puntitas, alcanzando a mirar los brillantes orbes negros de SeokJin.
—Creo que lo he visto en alguna parte, tal vez todas las mañanas cuando me arreglo frente al espejo —responde sarcástico, apresurándose a robar un beso de sus labios— feliz aniversario YoonGi-chi.
—Feliz aniversario bebé —murmura sobre sus labios, juntándolos nuevamente por unos cuántos segundos— ¿cuántos aniversarios celebraremos?, ¿acaso también cuenta la noche que te dibujé a escondidas?
—Sólo será éste y el de cuando comenzamos a salir oficialmente —responde, sin tomarse la molestia de abrir los ojos pues espera poder continuar con esa labor que tanto le gusta, la cual consiste en moldear los rosados labios de YoonGi sin descanso. Suspira un tanto decepcionado cuando su tan ansiado beso cae sobre su mejilla.
—De seguir así nos concentraremos en todo menos en la comida —se burla, tomando asiento— no queremos que el udon se enfríe.
—Ah, eres cruel YoonGi-chi.
—Me amas con todo y crueldad incluida.
—Ni cómo negarlo —exclama, sirviendo los platos— cupido lanzó demasiado fuerte esa noche en el parque, cuando me dibujabas, o tal vez fui yo mismo quien enterró la flecha más profundo cuando decidí que podría mirarte por horas sin cansancio.
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"Flores En Primavera" [ksj + myg]
Fanfic"Porque su marchito corazón volvió a florecer una cálida mañana de primavera, bajo la ironía de piel blanca como la nieve y la belleza de ojos castaños que pretendían ser fríos sólo por diversión" *°•☆*°•☆*°•☆*°•☆*°•☆*°•☆*°•☆ Pareja principal: SeokJ...