50

1.5K 297 60
                                    

Para la media noche se encuentran recostados sobre la cama del mayor, una brecha de quince centímetros les separa mientras sus miradas escrutan con detenimiento las desdibujadas líneas del techo. Tienen el estómago lleno y han quedado agotados por jugar durante dos horas seguidas con los pequeños petauros; no les queda duda sobre la nocturna naturaleza de la especie.

El típico cansancio de fin de semana les llena el cuerpo, brazos demasiado flojos para moverse, piernas entumidas como para levantarse a caminar. Es la clase de momento en donde las personas cierran los ojos y hablan del pasado como si lo relataran a un desconocido; SeokJin es el primero en alzar la voz.

— ¿Alguna vez te has enamorado profundamente, YoonGi-chi? —cuestiona, ladeando su cuerpo con el fin de poder mirarlo. El pelinegro imita la acción segundos después, mirada sorprendida y mueca insegura al detectar la cercanía entre ambos— ¿tanto que crees que esa persona podría ser la indicada?

El adolescente se limita a negar con la cabeza, su mejilla derecha presionada contra sus manos unidas. SeokJin se siente derretir ante la imagen que presencia, sonriendo con ternura sin saber que provoca la misma sensación en el contrario, quien se contiene de acercarse hasta ser capaz de acurrucarse contra su pecho y aspirar el aroma a vainilla que desprende su tersa piel.

Ambos no habían entendido muy bien el significado "tan cerca pero tan lejos" hasta ese específico momento, sosteniéndose con la mirada para no caer ante sus deseos de romper cualquier espacio que les separe.

—Era más joven que tú cuando me enamoré de un chico de mi clase —relata, y por primera vez no detecta tristeza en sus propias palabras al recordar su fallida historia de amor; quizá es porque presencia a una nueva ilusión frente a sus ojos, una de labios rosados y cálido mirar— su nombre era BaekJoon...

Le cuenta hasta el más mínimo detalle, no porque le cueste superarlo y viva nadando en melancolía al igual que el tiempo en que se conocieron, sino porque desea que, en caso de que esté destinado a ser, YoonGi le acepte con el turbio pasado incluido en su lista de interminables defectos. Hablarle sobre lo que creyó era amor es su forma de decirle que confía en él, que está dispuesto a entregar su corazón porque sabe que él lo cuidará.

Habla acerca de su primer año de preparatoria, cuando ambos empezaron a salir, su primer beso y el día en que decidió decirle a sus padres; por la forma en que sus ojos se aguan al hablar de tal recuerdo sabe que esa es la parte más difícil, que el rechazo de su padre aún duele en los recuerdos de SeokJin. Toma su mano y la acaricia con delicadeza, sonriéndole tan dulce como puede; debe saber que estará ahí para él incluso si aquello que le lastima son eventos del pasado.

—Él no sabía lo que estaba haciendo al rechazarte de ese modo —le consuela, atreviéndose a acariciar sus mejillas para deshacerse de las lágrimas que las humedecen— los padres nos aman incondicionalmente, Jin, estoy seguro de que él aprendió de su error.

—No sé qué me hace llorar más —el adulado sorbe de su nariz, volviendo a entrelazar sus dedos— si el recuerdo o el hecho de que por fin dejaste de hablarme como si fueras mi mayordomo.

—Eres un idiota —ríe, y contrario a lo que había pensado el mayor, en lugar de alejar su tacto acerca las manos a su pecho, acariciándolas con más suavidad que antes— el idiota más grande que he conocido.

—Tú me conviertes en un idiota —suelta sin pensar, dándose cuenta del grave error que ha cometido al dirigir su mirada hacia Min, cuyas mejillas se sonrojan con vehemencia en medio de la oscuridad, dándole el aspecto de una rosada luciérnaga— es decir, siempre me tratas como si fuera uno, al final termino por creerlo.

—Cómo sea —resopla por lo bajo, restándole importancia para evitar momentos incómodos. No desea verse en la necesidad de dejar ir su tacto— ¿qué pasó después?

—Bueno, las cosas entre nosotros comenzaron a ir en picada cuando ingresamos a los estudios superiores —se encoge de hombros, dando la apariencia de que no fue algo doloroso de experimentar— no teníamos tiempo para vernos, las llamadas no eran suficiente, y cuando hacía espacio en mi agenda para salir él siempre ponía excusas —exclama indignado, pareciera que le divierte más de lo que alguna vez le hirió.

— ¿Sólo por eso terminaron? —cuestiona, recordando la versión de NamJoon en la cual había un engaño involucrado.

—No, fue por una vez en que fui a su apartamento a visitarle, tenía una llave, incluso parecía que vivíamos juntos pero en ese tiempo aprendí a dormir en mi propia cama. Cuando abrí la puerta él estaba en ropa interior y prácticamente me echó sin razón alguna; no soy estúpido, entendí lo que estaba pasando, así que no me sorprendió tanto que al día siguiente llegara de la mano de una chica, pidiéndole que esperara afuera y entrando para decirme que lo nuestro sólo fue experimental, que él no quería vivir bajo rechazo social y que deseaba una esposa, hijos, una familia, no a un chico maldecido por la desorientación de sus sentidos.

—Vaya inútil —masculla, medio perdido en la mano del contrario, pues juguetea con los retorcidos y largos dedos que le conforman— te hizo un favor.

—Ahora lo sé, pero fue un golpe duro de asimilar. Mi familia lo había aceptado, incluso mi madre forjó amistad con él; esperaban que estuviéramos juntos siempre, pero ese supuesto murió junto con nuestros besos de buenas noches. Viví atrapado en una mentira por meses, y cada que alguien me preguntaba el por qué de nuestra separación era casi una grosería; "es porque no me amó y no lo amo", respondía siempre. Me volví frío y silencioso, supongo que me dejé consumir en la amargura de quien no creer en el amor.

—No te imagino siendo así hyung —admite, pensando en la brillante aura que le acobijaba el cuerpo la primera vez que se vieron.

—Si tan sólo me hubieses conocido el verano pasado lo entenderías mejor; lo único que hacía era sentarme tras el mostrador para ver llover y si sonreía era a los clientes —confiesa, sintiéndose avergonzado por su antigua actitud— además, ¿por qué no habrías de imaginarme así? Todos tenemos facetas, etapas en las que no somos nosotros mismos...

—Es porque eres tan cálido, alegre y sobre todo ruidoso —se mofa, dejando a sus manos ir— no merece el perdón de nadie, mucho menos el mío, pues ha hecho que la persona más radiante del planeta se sienta miserable; ¿quién en sus cinco sentidos te haría algo así?

—Alguien que sepa que en realidad no soy tan radiante, un chico que nunca me quiso, al que jamás le importé —responde, por primera vez un dejo de recelo se asoma en sus palabras.

—Pues para mí lo eres —exclama con decisión, arrebatando sus manos de vuelta a las suyas, como diciéndole que es el lugar al que pertenecen— y al igual que muchas personas, yo sí te quiero, y por ende me importas —sus ojos chispean cuando lo dice, sobrellevado por las emociones que embriagan su pecho de un extraño desespero; uno que le hace sentir que las palabras no son suficientes, que nada nunca será suficiente para describir cómo se siente cuando ve a la sonrisa más bonita del mundo desaparecer por alguien que nunca le mereció— así que para mí él sólo fue un imbécil, uno que no supo atesorar el hermoso corazón que le sostuvo tanto tiempo. 

. . . 

Es propio cerrar un capítulo para comenzar uno nuevo. 

¡Gracias por los 2K leídos! 

Feliz San Valentín <3 

Feliz San Valentín <3 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
&quot;Flores En Primavera&quot; [ksj + myg] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora