60.

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Cuando la llamada finaliza, YoonGi se da cuenta del gran paso que su reciente decisión implica en su vida, porque no es ingenuo ni tampoco ignorante a su propio latir, y sabe que aquella tarde se encontraba ansioso por prenderse de esos labios hasta que no supiera más de sí. Está asustado y su corazón se siente frágil, como si estuviera demasiado joven para comprender en qué sitio ha dado a parar.

Recuerda su primer enamoramiento, el cual parece infantil si es que mira hacia atrás encontrando esos atisbos de timidez e innecesarios nervios; se recuerda a sí mismo tachando días en su calendario, estableciendo metas estúpidas para fechas inciertas. Ahora ha perdido la noción del tiempo, porque sus sentidos despiertan cuando SeokJin se encuentra mirándole con esos risueños ojos negros, aún sintiendo el fantasma de sus besos cuando apenas y rozaron un poco, ya ni siquiera sabe si había conocido el amor antes de sentir su cuerpo tan de cerca.

Con él nada tiene sentido si su presencia está ausente, y el tiempo se vuelve un concepto más abstracto cuando toma sus manos con el pretexto de que éstas siempre están gélidas y necesitan irremediablemente de su calidez.

—Lo conozco de hace meses, ¿cómo es eso posible? —se lamenta, dando un estresado sorbo a su batido de frambuesas— es que no comprendo cómo ha venido a poner mi mundo de cabeza si incluso me cuesta admitir que las cosquillas en mi vientre no son dolor de estómago sino amor.

— ¿Cuándo vas a comprender que el amor no depende de los años ni meses que lleves junto a una persona? —le reprende la señora Min, dando un ligero golpe en su nuca, como si éste sirviera para hacerlo comprender— creíste que amabas a Taehyung sólo porque llevabas dos años creyendo que su sonrisa era linda y porque hablarle era difícil, y cuando un joven como SeokJin se cruza contigo te cuesta avanzar hacia él cuando te recibió con los brazos abiertos desde el día en que lo conociste.

—No recuerdes mi vergonzoso pasado, concentrémonos en el presente si tanto conflicto nos causa el paso de los días —frunce su entrecejo, odiando recordar lo cegado que se encontraba por un sujeto al que tal vez siempre vio como un amigo— es sólo que me extraña que esté sucediendo, que mis sentimientos en serio sean correspondidos. El día de la feria creí que estaba alucinando cuando lo vi acercándose a mí, sentí una alegría casi vomitiva y un ferviente temor por lo que fuera a pasar si es que me atrevía a cruzar la invisible línea de la amistad.

— ¿Por qué tan siquiera te da miedo estar con él?

—Porque me siento aprisionado en estos momentos —deja salir; sus ojos lucen tan alterados que pareciera están por escaparse de sus órbitas— tal vez lo quiero pero al mismo tiempo considero que soy muy joven para una relación. Recién cumplí dieciocho y en unos cuantos meses él tendrá veintidós; sigo siendo un mocoso que no sabe cómo controlar su llanto ni su imprudencia, mientras que él juega a ser infantil pero es más maduro de lo que da ha notar.

— ¿En serio piensas desaprovechar esta oportunidad porque temes que él te proponga matrimonio a la semana de estar juntos? —ironiza la mujer de cabellos lunares y sonrisa sabia, dando un punto a favor de su sobrino pues la mentalidad de éste es tan ingenua como lo ha reconocido— ¿no sabes lo afortunado que eres por encontrar a una persona que pinte tu mundo de colores pastel? No muchos tienen la dicha de decir que su corazón está siendo aceptado. Además, poco se sabe de la vida a los veintidós; puede que él tenga más experiencia en terrenos que aún te son desconocidos, pero aprenderán juntos, y si el destino así lo quiere será así por siempre, pero sino considéralo una bonita huella en el libro de tu vida.

Sabe que no tiene a dónde huir, mucho menos un rincón en el cual esconderse, que su actitud se debe a la persistente inquietud de que el viento deje de estar a su favor y la marea cambie, de naufragar en tristeza como aquella tarde de febrero. La ausencia del castaño le hace dudar aún más, pero sabe que cuando le vuelva a ver, ya no habrá marcha atrás, y ni siquiera él mismo será suficiente para oponerse a su desenlace.

Cuando vuelva a tenerlo frente a él, ni siquiera lo pensará antes de terminar aquello que dejaron pendiente ese día de Junio. 

"Flores En Primavera" [ksj + myg] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora