31.

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—Lo que hice fue prácticamente suicidio, hyung. Creo que no debí haber arriesgado tanto; lo más seguro es que me rechacen.

SeokJin le dedica una mirada severa, repleta de incredulidad. Tal vez se lo tomaría en serio de no ser por la hamburguesa que mantiene entre sus dientes, la cual le convierte en un lío de queso fundido y condimentos batidos. Ríe, convenciéndose de que lo encuentra gracioso en su totalidad, ignorando que por un instante la palabra "adorable" surcó por sus pensamientos.

—YoonGi-ah, no sé de qué te ríes —exclama con voz quejumbrosa, esa por la que ahora siente tanta familiaridad— ¿te estás escuchando tan siquiera? Tu canción es de las más bellas que he escuchado, ni siquiera me imagino que seas rechazado. Naciste para esto; ser testigo de cómo te transformas cuando estás frente al piano es... increíble, ni siquiera pareces la misma persona.

Bebe de su malteada de cerezas, pretendiendo que el calor sobre sus mejillas es producto de los nervios que recién experimentó y no de las palabras que ha escuchado. Relaja sus hombros, mirando al individuo frente a él como si éste fuera un chiquillo iluso al cual debe explicarle la crudeza de vivir fuera de los cuentos de hadas que te cuentan en la niñez.

—Los institutos como ese buscan personas amaestradas, de esas que tocan obras de Mozart a diestra y siniestra como si fueran robots. Quieren disciplina, conocimiento sobre autores, perfección en sus interpretaciones —aclara, moviendo sus manos por si el habla no es suficiente para hacerle entrar en razón— mi audición fue con una obra propia.

— ¡Eso es aun mejor! —eleva la voz, carraspeando la garganta cuando es consciente del sinnúmero de ojos que se han girado a verle— demuestra que tienes el don de la composición, originalidad, que no vas por ahí volviendo de tu propiedad obras que no escribiste.

Le parece imposible no alterarse si aprecia ese mirar derrotado tan de cerca, dándose por vencido cuando ni siquiera está cerca de recibir resultados. Resopla ofendido, algunos cabellos castaños separándose de su frente; no soporta el pesimismo del adolescente frente a él.

—Hyung, usted me está dando un discurso muy inspiracional, pero temo cortarlo —suena cohibido y triste, como si fuese tarea suya romper la ilusión más inocente en la historia de la humanidad— Les mostré todo lo que soy, mientras que ellos no me han dado nada; me temo que así no funciona la realidad. El mundo está lleno de soñadores, pero si se es uno de ellos lo mejor es esconderse de un lugar donde te enseñan que los sueños no existen. 


. . . 

Hoy me he dado cuenta de que tengo ciertos lectores silenciosos. Este sitio se siente muy solitario a veces, así que me gustaría comentaran y se hicieran presentes. Sentiría lindo leer lo que piensan de la historia °u° 

"Flores En Primavera" [ksj + myg] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora