34.

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Bebe más té verde que agua, ríe más de lo que llora y habla más de lo que piensa; ese es el renovado Kim SeokJin, piensa su mejor amigo mientras escucha el quedo tarareo de una vieja canción de Jazz proviniendo de la cocina.

El castaño finalmente sale; sus manos protegidas por un par de guantes del claro color del cielo, sosteniendo un recipiente que contiene humeantes roles de canela. No tiene una razón en concreto para hornear, sólo se siente de buen humor y cuando es así los postres le salen mejor de lo usual. Jamás desaprovecharía una oportunidad como esa.

— ¿Y bien? —cuestiona, atento a la reacción de JiMin cuando éste da el primer mordisco al especiado panecillo— ¿te han gustado?

—Ah, tú siempre haces postres maravillosos hyung —halaga, mirando aquella dulce pieza en su mano como si se tratase del amor de su vida— ni siquiera entiendo por qué te preocupa.

—No lo estoy...

—Tu rostro de haber puesto veneno en la mezcla te delata —interrumpe, mirándole suspicaz.

—Bueno, tal vez lo esté un poco. No es la misma receta de siempre —le resta importancia con un encogimiento de hombros, tomando una porción de la bandeja— esta vez tienen nuez moscada y no sabía si iba a funcionar.

—Pues creo que funciona de maravilla —ríe, estirando ambas piernas a lo largo de la alfombra. Aun le duelen un poco; fue un día cansado en la academia debido a una presentación programada en mayo y más les vale irse preparando.

El mayor aún se deja ver un tanto inseguro, acabando con el panecillo a grandes y pronunciados mordiscos; el contenido abultando sus mejillas de tal manera que lucen igual a las de un roedor.

Siempre fue confiado en lo que respecta a la repostería, pero esta vez teme fallar brutalmente; cometer una estupidez como usar sal en lugar de azúcar, idear una locura como reemplazar la mantequilla con crema ácida. Le tiene miedo a fracasar en un intento de preparar algo que alegre a ese alguien especial que acapara su mente hasta que es hora de dormir.

Incluso después, recuerda abochornado, pues se lo ha encontrado tres veces seguidas embelleciendo el mundo de sus sueños.

— ¿Crees que a YoonGi le gustarían? —cuando deja la pregunta salir, siente que un gran peso se retira de su amolada espalda.

—Ya se me hacía extraño que no dijeras nada sobre él estos días —susurra JiMin, más para sí mismo. Por su metódico mirar, parece que jugara a unir las pistas para dar con el asesino— ¿es por nuestra última pijamada cuando te emborraché discretamente con piña colada para que me soltaras la verdad?

— ¡Park JiMin! —chilla escandalizado; ferviente vergüenza atacándole cuando se encuentra con la guardia baja— eres la única persona que conozco capaz de inhibirme de mi cordura sólo por saber un vil chisme. A veces resultas aterrador para mí.

—No soy aterrador, es sólo que tú eres muy obvio —pincha su mejilla, su voz agudizándose conforme las palabras fluyen— quiero decir, vomitas corazones mientras me hablas de él, y justo cuando te pregunto si te gusta pretendes demencia, el chico desapareciendo de tu habla durante nueve días. Eso es suficiente para responder mi pregunta.

— ¿Y qué si me gusta? —cuestiona, y por su tono de voz da la impresión de hablar sobre algo prohibido. El de cabellos rosáceos enciende las alarmas en su cerebro cuando le observa tímido, dispuesto a ser honesto con él— ¿y qué si encuentro lindo que siempre me hable de usted y dibuje las flores del local en secreto cuando está aburrido?, ¿es tan malo?

JiMin se apresura a negar con la cabeza, arrastrándose por la alfombra a la velocidad de la luz para ocupar el sitio vacío junto a él. Hay algo inquietante en la manera que lo mira, piensa SeokJin; se siente como si un ser omnipotente hubiese arrojado una divina luz sobre su cabeza para indicar la salvación de su alma, como si fuese un milagro encarnado.

—No tiene nada de malo, Jinnie, es más, es algo demasiado bueno para perder el tiempo jugando a la niña tsundere —sus palabras son cálidas y tenues, llegan a sus oídos como un consuelo— es grandioso que te guste YoonGi.

—¡Ah! —deja salir, tan melindroso como de costumbre; cubre su abochornado rostro con las palmas de sus manos— si lo dices en voz alta es imposible para mí no sentirme ridículo.

—No es ridículo, es lindo —sonríe tranquilizador, atrayéndolo en un descuidado abrazo; es incómodo, pero se rehúsan a moverse de sus torcidos puestos— y Jin...

— ¿Sí Minie?

—Estoy seguro de que si le obsequiaras roles de canela caseros a YoonGi, le encantarían —susurra meloso, depositando un pequeño beso en su frente— estoy seguro de que a él le encanta todo lo que haces... 


. . . 

Ok, suficientes puntos suspensivos. 

¡Gracias a quienes comentaron! me hace sentir que escribir esto no es en vano.

Una disculpa por no haber aclarado antes que la novela era planeada para lectura rápida, de capítulos cortos. Ya coloqué la "advertencia" en la descripción, pero tomaré en cuenta el consejo de escribir con una extensión mayor. Tal vez no sea siempre, pero ya habrá uno que realmente me inspire a rebasar los límites de las 1000 palabras.

Nos leemos pronto. 

"Flores En Primavera" [ksj + myg] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora