26.

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No puede dormir. Sin tareas pendientes, arreglos que verificar, lecturas que repasar, sin nada que se lo impida; y no puede dormir.

Su audición se encuentra a unos días de lejanía; a pesar de los contratiempos y el estresante pensamiento de que su canción no estaba lista, tiene la sensación de hallarse preparado para lo que esté destinado a vivir.

En medio de la oscuridad arrastra el pequeño baúl de recuerdos que esconde bajo su cama, y al abrirlo se siente atrapado en una vieja película de ficción; dentro de una cápsula que le traslada al pasado, dejándole en sus brillantes días de niñez.

Una fotografía de sus padres reposa al fondo, detrás de cartas, canciones y demás artilugios que forman parte de su infancia. Sostiene el marco con delicadeza, como si temiera hacerle daño a la familia dentro de la imagen; esa que ahora vive únicamente en sus memorias, conformada por un niño que es ignorante a la suerte que tiene, un padre de corazón noble y una madre cuya esencia yace oculta entre las notas de una melodía que presentará por primera vez el sábado frente a estrictos jueces y mezquinos profesores.

Allí, tendido entre sábanas blancas y bajo luz de luna llena, se da cuenta de que no hace falta de grandes herramientas ni de oscuros secretos para cambiar una vida; con un segundo es más que suficiente para que nada regrese a su sitio, para sentirte perdido.

Si sus padres hubiesen decidido quedarse en casa esa noche, o incluso si hubiesen tomado cinco segundos para darle un abrazo de despedida, seguirían con él, siendo felices en Daegu; pero ahora son sólo una ilusión arrinconada en lo que alguna vez fue su mayor alegría.

Se siente ajeno a esas tardes en que salían a pasear los tres juntos; a la sensación de su madre estrechándole en sus brazos al regresar del colegio, al sabor de la sopa le que cocinaba cada viernes sin falta. Siente que cada día se aleja aun más de la imagen de su padre, quien le cargaba sobre sus hombros y le contaba historias de héroes y dragones mientras daban largas caminatas por el parque.

A veces escuchará las olas yendo y viniendo en la orilla de la playa, esas de la última vez que viajaron como familia antes de que se fueran para siempre. Las oirá como un arrullo antes de dormir, como una voz dulce deseándole buenas noches, dejando un beso en su frente, acariciando su cabello; y al despertar llorará en silencio, porque teme olvidar la calidez de su tacto, el amor infinito que ahora le brindan desde una estancia desconocida y transparente.

Sabe que la única forma de mantener vívido el recuerdo de sus padres es a través de canciones, escribiéndolas con ellos, aunque sea sólo en mente

"Flores En Primavera" [ksj + myg] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora