John
Miré la fotografía del hombre que estaba en la portada del libro y, aunque en un principio no se parecía en nada a mí, poco a poco comencé a notar los rasgos prácticamente idénticos entre él y yo.
Entré a la librería con las manos temblándome tanto que seguramente daría un fantástico ritmo con maracas, pero no me encontraba de humor para reírme de eso. Por suerte la librería parecía un lugar donde podrías hojear un libro sin necesariamente comprarlo, por lo que tomé uno de los ejemplares que se exhibían y lo abrí en el primer capítulo.
Creo que no solté el libro sólo porque necesitaba aferrarme a algo.
Me senté en uno de los sillones de la librería, sin que nadie me prestara atención, y comencé a leer mi vida. Habían cosas en ese libro que yo ni siquiera recordaba, y estaban narradas de tal manera que si me hubiera esforzado, seguramente habría recordado con exactitud cómo habían sucedido.
Perdí la noción del tiempo hojeando el libro, hasta que me detuve en 1961. Se narraba cómo era que mi tía Elizabeth me había dado la cantidad necesaria para viajar a París con Paul, cómo habíamos tenido que hacer autostop y nuestra breve estancia en Dunquerque... pero no quise leer más.
Me sentía como Alicia en el País de las Maravillas, con el mismo grado de confusión en mi mente.
Miré la portada del libro, convenciéndome de lo extraño de la situación en la que había terminado metido. Había llegado a una loca conclusión mientras leía el libro, pero ahora necesitaba a alguien que me lo comprobara.
Dejé el libro a un lado y me acerqué al mostrador de la librería, donde se encontraba un chico con barba tomando un café despreocupadamente mientras leía uno de los cientos de libros que podías tomar sin remordimiento.
—Oye, tú —le dije para llamar su atención—. ¿Puedo hacerte una pregunta un poco estúpida?
El chico pareció sorprenderse al verme, pero de inmediato me prestó atención. Al menos él sí daba indicios de estarme entendiendo, no como las personas que había dejado atrás.
—Seguro —contestó.
— ¿Qué año es éste? —el chico me miró como si no creyera que de verdad había hecho esa pregunta y contestó con un poco de miedo:
— ¿2017?
Mi primer instinto fue pellizcarme para despertar de la pesadilla que estaba teniendo, con toda seguridad, pero nada sucedió. Podría sentir dolor y había podido leer el libro. Esas no eran cosas que se pudieran hacer en sueños.
— ¿Has escuchado de John Lennon? —fue mi siguiente pregunta, y ésta vez el chico sonrió y asintió.
— ¿Quién no lo ha hecho, hermano?
—Bien ¿Dónde está? ¿Dónde vive? —pregunté. Si de verdad estaba en el futuro, y si de verdad me había convertido en una persona tan famosa era claro que tendría dinero para regalar; yo mismo podía ayudarme, sólo necesitaba encontrarme para poder volver al pasado, donde aparentemente se había quedado Paul.
—Estuviste dos horas leyendo su biografía. ¿No pudiste leer el final? —el chico parecía comenzar a fastidiarse, pero me importaba una mierda su humor. ¡Estaba atrapado en el jodido futuro!—. Está muerto, lleva años así —contestó finalmente.
Me quedé en silencio, intentando asimilar la idea de que estaba muerto.
Era lo más extraño que jamás había hecho en mi vida.
— ¿Cómo? —le pregunté al chico.
—Le dispararon. Si te interesa tanto su vida, búscalo en Google, no soy módulo de información.
Me habían disparado.
A mí.
Y yo que creía que viviría por siempre, pero al parecer eso no era cierto. Agradecía que el chico no me hubiera dado más detalles sobre mi muerte, como la fecha; si lograba volver al pasado no me hubiera gustado saber cuándo moriría... o quizá sí, así podría evitarlo.
Estaba dispuesto a correr hacia donde había dejado el libro, tomarlo y leer todas las páginas de mi vida, ahora que ya había aceptado que todo era cierto, pero primero tenía que averiguar qué había pasado con Paul.
— ¿Qué me dices de Paul McCartney? ¿Lo conoces?
—Dará un concierto en la ciudad dentro de un mes —contestó el chico, que ahora ya no parecía interesado en mí, puesto que había vuelto a leer su libro y a tomar café.
Fantástico, Cachetes podría ayudarme a volver al pasado. Debía de hacerlo, puesto que estaba seguro de que todo esto era su culpa, lo sabía de alguna manera.
— ¿Dónde consigo boletos? —le pregunté. El chico soltó una carcajada y me extendió un folleto con todos los conciertos programados para el mes siguiente, en donde Paul ocupaba una línea minúscula con la fecha y el lugar donde tocaría, pero no decía otra cosa.
—Puedes intentar el día del evento, de otra forma no creo que consigas —me advirtió el chico, y ésta vez sí dejó de ponerme atención, puesto que se fue a la parte trasera del mostrador sin siquiera mirarme una última vez.
Faltaba un mes para el estúpido concierto de McCartney, me habían robado mi ropa y tenía una cantidad casi de chiste de libras. ¿Cómo mierda iba a sobrevivir tanto tiempo?
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Now and Then [McLennon]
FanfictionSé que es verdad, todo es por ti. De vez en cuando, te extraño. De vez en cuando, sé que es verdad para mí.