Now and Then [McLennon]

Capítulo 56

Paul

Me quedé en silencio, intentando darle sentido a la frase de John, que durante un momento me parecieron un montón de disparates, hasta que recordé el viaje en el tiempo. No lograba entender cómo era que me había olvidado de algo tan importante.

— ¿Juntos? —susurré.

La idea de Harry y John trabajando juntos estaba más allá de mi imaginación. No entendía cómo era que de pronto habían decidido trabajar juntos y, mucho peor, no decirme nada al respecto.

—No puedo creer que pensaras que me había acostado con él —se quejó John, haciendo una mueca de asco—. Ni siquiera me parece atractivo, y aunque lo fuera, estoy enamorado de ti, ¿entiendes eso?

Me quedé callado, mientras veía a John lanzarme cada vez más argumentos por los que una relación entre ellos dos sería estúpida, pero no fue hasta que comenzó a soltar información valiosa, que de verdad comencé a escucharlo.

—...si hubiera querido acostarme con él, ¿crees que habría arruinado su estúpida cita, diciéndole que te llevara a una iglesia? ¿O crees que me habría molestado en conseguir el número de su noviecito para que ustedes terminaran? ¡Claro que no! ¡Harry no me interesa para nada!

— ¿Tienes el número de Louis? —lo interrumpí. John pareció molestarse por detenerlo justo cuando estaba enumerando la décima razón por la que yo era un idiota, pero no me interesaba demasiado—. ¿Acaso hablaste con él en los últimos días?

Si podía contactar a Louis, podría convencerlo de que se reencontrara con Hazza. Después de haber escuchado cómo hablaba sobre Harry con Niall, era obvio que aún había una llama de amor entre ellos. Avivarla parecía ser lo mejor: por un lado, enmendaría ligeramente todo lo que había hecho mal con el rizado y, más importante aún, John volvería a mi lado. Sería como matar dos pájaros de un tiro.

—No, no lo llamé —respondió mi mejor amigo, sacudiendo la cabeza como si acabara de insinuarle un disparate—. Iba a hacerlo, pero Ricitos decidió desaparecer por una semana apenas si tuve el número del tal Louis. Harry no me interesa, creí que lo tenías muy claro desde el principio.

—Quizá si no hubieras pasado la noche en su habitación, todo estaría más claro —me quejé.

La repentina mención de Louis había hecho que olvidara que John me debía una explicación.

— ¿Para qué necesitabas aliarte con Harry, de cualquier forma? No es como que él pueda obtener más información que nosotros —me crucé de brazos—. Y luego me enviaste a hacerles de comer mientras ustedes estaban en la habitación de Harry, ¿qué era lo que estaban haciendo, y de lo que yo no podía escuchar nada al respecto?

John se quedó en silencio, con la boca entreabierta. Era claro que no esperaba esa pregunta. Me dolía que nuestra relación hubiera tomado un curso diferente, yo jamás le ocultaba cosas a John; pero no era algo recíproco.

Conforme el silencio se alargaba, dudaba cada vez más de la versión de los hechos de John.

— ¡Sólo admite que estás mintiendo, John! —le grité, deseando darle un buen golpe en el rostro.

—Bien, basta. No estoy mintiendo —John me tomó del brazo antes de que pudiera golpearlo, y apretó con cierta fuerza para evitar que me zafara—. Harry y yo no nos estábamos besando ni haciendo cualquiera de las cosas que seguro te imaginaste; estábamos hablando contigo.

— ¿Conmigo? —fruncí el ceño—. Yo estaba en la cocina, preparando la comida, genio. Tú mismo me mandaste a eso, ¿ya lo olvidaste?

—Tienes razón, corrijo: estábamos hablando con tu yo del futuro.