Capítulo 36

623 111 105
                                    

Paul

Harry me abrazó por la cintura y hundió su cabeza en mi cuello para besar mi piel, haciéndome sentir muy extraño. No era que no hubiera hecho eso antes y que me tomara por sorpresa, sino que ahora John estaba enfrente de nosotros. Mi mejor amigo hizo una mueca que no supe si era de incomodidad o molestia, era muy raro verlo haciéndolo. Iba a decir algo, pero la expresión de John pareció relajarse hasta desaparecer por completo.

— ¿Y quién muerde la almohada, Paulie?

Me puse del mismo color que un tomate, sin saber qué contestar; Harry, por su parte, lo tomó mal pues mordió mi cuello de una manera en que jamás lo había hecho. Solté un quejido de dolor y lo aparté de mí para llevar mi mano hacia mi dolorida piel. Noté que tenía sus dientes marcados. Nunca nadie me había mordido.

— ¿Acaso eso importa? —sentía que el tono de voz de Harry no estaba siendo del todo tranquilo y amable como siempre—. Paul y yo nos amamos, el resto no es relevante, John.

—Harry es el que está abajo...

Ni siquiera pensé en lo que estaba diciendo, las palabras salieron de mi boca y cuando me di cuenta de ello ya era demasiado tarde. Harry me dirigió una mirada apenada y molesta, no sabía cómo podía expresar dos cosas tan diferentes al mismo tiempo. Suspiré y tragué saliva antes de ver a John nuevamente.

Mi mejor amigo soltó una pequeña carcajada antes de cruzarse de brazos.

—Bien, pero eso no te hace más hombre, Paul —negó lentamente con la cabeza—. No sabía que tenías ese tipo de...gustos. Bueno, claro, tienes cara de niña y llegué a pensar que eras un marica cuando te conocí, pero nunca lo habías demostrado. Creo...creo que estoy sorprendido. ¿Te gustan los hombres?

—Yo...arm...no exactamente —sentía que mi voz delataba lo nervioso que estaba—. Harry es lindo de modos y, bueno, me trata bien. No me enamoré de lo que tiene entre las piernas, yo...

—Es algo complicado de entender para las personas de poca capacidad intelectual —Harry se puso a mi lado y le dirigió una mirada desafiante a mi mejor amigo—, ¿no es así, John?

John gruñó y rodó los ojos. El chico que estaba a su lado carraspeó su garganta, haciendo que la pequeña discusión quedara atrás y nos concentráramos en verlo. Lucía un poco incómodo.

— ¿Quisieran tener un poco de consideración? —preguntó—. No me interesan sus cosas gays, quiero la paga que me prometió John. Pueden seguir con esto en cuanto tenga lo que me pertenece y me haya ido, ¿bien?

Harry y yo fruncimos el ceño antes de ver a John, sin saber de qué hablaba el chico.

—Quiere sus autógrafos, y dinero. Tu novio puede darle dinero, ¿no?

— ¿Dinero? —Harry negó con la cabeza—. Un autógrafo lo entiendo, pero no tengo dinero para ese chico, ¿por qué debería darle? Ni siquiera lo conozco.

—No me iré sin lo que John me prometió —el chico se cruzó de brazos—. No toleré que me agredieran por culpa de Lennon para irme con las manos vacías, ¿comprenden o necesito decírselos en otro idioma?

—Sólo denle el maldito dinero y luego arrojen a la seguridad, a Daniel le gusta convivir con ellos —Daniel se giró a ver a John, no más feliz de lo que estaba con la respuesta de Harry, lo que pareció ser suficiente para que mi mejor amigo lo apoyara—. Me ayudó a acercarme a Paul, le dispararon, pasamos una temporada en prisión y dormimos en la casa de una chica francamente horrible, ¿quieren ser un poco agradecidos?

Suspiré y miré a Harry, haciéndole una expresión tierna para convencerlo.

—Está bien —me sonrió antes de ver a Daniel—, tendrás lo que pides, ¿tienes un papel y un bolígrafo o algo así?

El chico rebuscó en sus bolsillo hasta sacar lo que Harry le había pedido y se lo entregó. Hazza firmó rápidamente sobre la hoja y luego me la dio a mí. Fruncí el ceño, sin saber exactamente qué debía poner. Jamás había firmado un autógrafo. Suspiré y tracé mi firma, luego le entregué todo a Daniel.

— ¿Y el dinero?

Hazza... —ladeé un poco la cabeza y Harry lo comprendió, pues sacó su billetera de inmediato y buscó dentro.

— ¿Esto es suficiente? —le mostró un billete de veinte dólares a Daniel—. No tengo mucho efectivo.

—No es lo que esperaba, pero estoy satisfecho —el chico tomó el billete de la mano de Harry y vio a John para entregarle la hoja y el bolígrafo—. Tu turno, Lennon.

John miró el papel durante un segundo antes de comenzar a escribir sobre él; tardó un poco más que Harry o yo, pero finalmente le entregó la hoja a Daniel con una pequeña expresión de fastidio.

— ¿Te irás tú solo o llamo a la seguridad? —le preguntó John al chico que, lejos de molestarse, sonrió ligeramente.

—Dame un abrazo, idiota. No me iré sin eso.

John soltó un gruñido, pero no se negó. Le pasó el brazo por el hombro a Daniel y juntó su cuerpo con el de él con cierta brusquedad, mientras le revolvía el cabello hasta despeinarlo.

—Te odio, bastardo —susurró John.

—Yo también a ti —escuché que contestaba el chico—. Mantente a salvo.

El chico y John se separaron rápidamente, se dirigieron una pequeña mirada que no supe interpretar y finalmente Daniel volvió la vista hacia Harry y a mí.

—Gracias por la paga —nos dijo, antes de darse la vuelta y comenzar a caminar sin dudarlo demasiado.

John lo observó atentamente hasta que el chico ya no estaba a la vista. Harry me tomó de la mano y lo miré.

— ¿Vamos a nuestra habitación? —preguntó, mirándome con lujuria—. Hay un par de cosas que me gustaría que hiciéramos, Paulie.

—Yo...lo siento, Hazza, quiero hablar con John —él asintió lentamente y soltó mi mano—. Sí, supongo que necesitas hablar con tu mejor amigo para contarle todas tus locas aventuras a mi lado.

—Claro —sonreí y besé su mejilla, provocando que dejara en evidencia sus hoyuelos.

—Prepararé algo para nosotros en la habitación, así que espero que no tardes demasiado, ¿de acuerdo?

Asentí y él comenzó a caminar hacia las escaleras que conducían a nuestra habitación, pero pareció recordar algo y volvió.

—Ten, Paulie —me entregó una tarjeta—. Es de la habitación de al lado de la nuestra, dile a tu...amigo que se quede ahí.

—Claro, Harry, gracias.

El me mostró sus hoyuelos una vez más, besó mi frente y se marchó.

Me di media vuelta y suspiré al ver que John estaba entretenido viendo el techo del lugar. No iba a ser nada sencillo hablar con él.

Now and Then [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora