Paul
Una sonrisa se extendió por mi rostro al darme cuenta de que John seguía abrazándome, me sentía agradecido porque mi amor hubiera sido correspondido, aunque seguía sin entender por qué él no me había dado ninguna señal de lo que sentía por mí. ¿O acaso era yo muy malo para notarlo?
—Hoy luces mucho mejor —comentó, desperezándose lentamente y tocando mi almohada sin discreción—. Tampoco lloraste en la noche, creo que es un progreso muy grande el tuyo, Paulie.
Sentí que mis mejillas ardieron, no sabía cómo reaccionar ante las palabras de John. Efectivamente, había estado tan cómodo en los acogedores brazos de él que no había recordado el motivo por el que había estado triste. El estómago de Lennon gruñendo me salvó de tener que contestar algo.
—Iré a prepararte el desayuno —me levanté y me puse mis zapatos, luego vi a John nuevamente—. ¿Se te antoja algo?
— ¿Insinúas que parezco embarazada? —bromeó, fingiendo indignación.
—Eres un bobo sin remedio.
Rodé los ojos y salí de la habitación para dirigirme a la cocina. Estar en ese lugar, a solas, me hizo recordar a Harry y comencé a sentirme un poco mal. Apenas era la mañana del segundo día sin él y ya había besado a John; no sabía si estaba haciendo lo correcto o no. Suspiré con pesadez, tratando de convencerme a mí mismo de que todo estaba bien.
Puse la tetera sobre una de las parrillas eléctricas y evité pensar en Harry y en John mientras preparaba varios waffles con miel y frutas. Necesitaba algo muy dulce para seguir estando de buen humor.
—Huele delicioso, Paul —John entró a la cocina y se tomó asiento en la silla que estaba más cerca de la puerta—. Me gustan los waffles.
En ese momento la tetera empezó a silbar, tomé una taza y apagué la parrilla para servirme agua. Luego, me dirigí al refrigerador para sacar una de las botellas del jugo que a John tanto le gustaba.
— ¿Naranja o manzana? —le pregunté.
—Quiero un café, Paulie.
Volví a guardar las botellas de jugo en el refrigerador y tomé una taza para comenzar a preparar el café de John, pero el teléfono de la casa impidió que lo hiciera. Tomé el dispositivo que se encontraba más cerca y contesté.
— ¿Diga?
—Hola, Paul —reconocí la voz de James al instante—, ¿puedo hablar con Harold un momento?
—Harry no está en casa.
— ¿Dónde está Harry? ¿Y por qué no ha venido por su coche? Quiero decir, no nos molesta tenerlo aquí, pero creí que nunca me confiaría uno de sus bebés.
Tragué saliva, sabiendo que James era uno de los mejores amigos de Harry. Si Styles no se había comunicado con Corden, quizá algo malo le había pasado. La preocupación que sentía antes volvió, al igual que la extraña opresión en mi pecho. ¿En dónde demonios estaría Harry?
—No sé dónde pueda estar Hazza en estos momentos —no podía contarle lo que realmente pasó—, salió de la casa sin decirme a dónde iría. Respecto al auto, supongo que Harry no tiene problemas para dejarlo ahí. Tú lo has dicho, sus bebés son muy importantes para él, no es como que abandonaría alguno, James.
—Bien, tienes razón, supongo. De cualquier manera, cuando regrese, ¿puedes decirle que me llame? Tenemos un par de negocios que atender.
—Claro, yo le diré, no te preocupes.
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Now and Then [McLennon]
Fiksi PenggemarSé que es verdad, todo es por ti. De vez en cuando, te extraño. De vez en cuando, sé que es verdad para mí.