Capítulo 70

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Paul

27 de diciembre

Me fue inevitable notar que los primeros rayos de sol comenzaban a colarse por la ventana cuando desperté a la mañana siguiente, apenas eran las ocho de la mañana de un día que no parecía llegar a ser siquiera bueno. Solté un gruñido y me coloqué la almohada sobre la cabeza, no para evitar la luz, sino las voces que provenían del pasillo y que habían sido las responsables de despertarme.

—Basta de tanto alboroto, ¿quieres?

—Es que los conseguí, John —la voz de Harry sonaba agotada—. Hablé con la persona que había comprado tres boletos para uno de los últimos vuelos del año y, no fue fácil, pero logré convencerlo de que pensara en vendérmelos. Mañana volveremos a hablar para negociar. Si decide cedérmelos, iremos al aeropuerto.

— ¿El correcto Harry Styles consiguió la información confidencial de uno de los pasajeros? —preguntó John, con un tono burlón en su voz—. No sé qué es lo que me sorprende más.

—Estoy haciendo hasta lo imposible por librarme de ustedes dos —el rizado había sonado muy serio, pero luego soltó una pequeña risa.

—Vas a despertar a Paul si sigues haciendo tanto ruido, Ricitos.

—Bien, bien, ya me iré a dormir.

Desde que Stephen se había marchado, con la excusa de que su madre se enojaría si no llegaba pronto a casa, todo se había vuelto muy diferente y extraño. John había sonreído como loco al comprender que ya no estábamos buscando nada; Harry se había sorprendido de que un problema que creíamos demasiado complejo tuviera una respuesta tan sencilla. Yo sólo podía sentir una extraña mezcla de frustración y tristeza.

"Volveremos a 1961" —había repetido John una y otra vez—. "Iremos a casa".

El problema era que mi cerebro ya no asociaba esa palabra con otra cosa que no fuera el lugar donde estábamos. Mi novio se mostraba insistente en volver al tiempo que nos correspondía, a nuestro hogar; a mí sólo me daba la impresión de que se estaba volviendo loco al querer viajar en el tiempo.

John entró a la habitación prácticamente sin hacer ruido, pero sonrió al descubrir que ya estaba despierto.

—Miren quién despertó temprano —John se acercó más a la cama—. Buenos días, princesa.

Tomé la almohada para arrojársela a la cara, él sabía lo mucho que me molestaba que me llamara así. Mi novio subió a la cama para acercarse a mí y besarme, no pude negarme a corresponder.

— ¿Dormiste bien?

—Estaba durmiendo de maravillo, pero me despertó el ruido que estaban haciendo tú y Harry —admití, antes de que un bostezo se me escapara—. ¿De verdad consiguió los boletos?

—Algo así. Nos iríamos en uno de los últimos vuelos del domingo, Paulie —la sonrisa de John se ensanchó—. Creo que ya podemos hacer la cuenta regresiva, sólo nos quedan cinco días en el futuro.

Asentí despacio, sin intenciones de mostrar entusiasmo alguno mientras pensaba en lo que podía salir mal del plan de Harry y John. No quería regresar. Era feliz justo donde estaba.

— ¿Será un vuelo directo o con escalas? —pregunté.

—No, no hay aeropuerto ahí —contestó mi novio—. El vuelo será a Bruselas y luego tomaremos un taxi que nos llevará a nuestro destino final. Harry dijo que él se encargaría de los gastos, así que no tenemos nada de qué preocuparnos.

— ¿Y qué tal si no encontramos un taxi disponible?

—No pasará eso —John negó con la cabeza y volvió a besarme—. Reservaremos un taxi con anticipación. Tenemos que ser optimistas y creer que todo saldrá bien, ¿de acuerdo?

Now and Then [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora