John
Arrastré a Paul hasta el garaje, donde el último vehículo de Ricitos nos estaba esperando. Logré percatarme de la manera en la que Paul miraba el lugar, como si Harry fuera a aparecer súbitamente a prohibirnos tomar uno de sus bebés.
Lo que se encontraba frente a nosotros era un todoterreno impresionante, cuya parte delantera tenía varias letras plateadas: "Range Rover". Nunca antes había visto uno así, pero Ricitos tenía demasiado dinero como para darse el lujo de tenerlo. Miré a Paul, sin saber exactamente qué hacer.
—Quizá debamos tomar un taxi —no estaba seguro sobre si dejar a Paul conducir era una buena idea.
—Yo puedo conducirlo, ¿sabes? —contestó, mirando el todoterreno como si fuera algo que no podía impresionarlo—. He conducido los autos de Harry, no creo que sea complicado hacer lo mismo con este.
— ¿Desde cuándo sabes conducir? —fruncí el ceño.
—Harry me enseñó a hacerlo —su voz me hacía notar lo difícil que era para él hablar de Ricitos—. Una vez tuvo un accidente, yo tuve que conducir y, bueno, quizá estrellé un poco a su bebé. Dijo que no volvería a pasar, así que me dio lecciones. Aprendí bastante rápido, siendo honesto.
—Espero que eso sea cierto, porque si chocas, le deberemos más dinero a tu novio —noté la expresión de Paul cambiar en cuanto llamé a Harry su novio, pero no dijo nada al respecto. De verdad que lucía preocupado por todo lo que había sucedido, pero a pesar de eso no podía dejar de sentirme feliz por cómo me había resultado todo.
Ambos subimos al Range Rover, descubriendo lo amplio que era por dentro. Paul ocupó el asiento del conductor y yo me senté en el lugar del copiloto, intentando no demostrar el asombro y la emoción que estaba sintiendo en ese instante.
—Ponte el cinturón de seguridad —me pidió Paul, luego de abrocharse el suyo.
— ¿Es necesario? —me crucé de brazos, dispuesto a llevarle la contraria—. Me siento más cómodo sin esa cosa encima.
—Harry siempre me dijo que era necesario —desvió la mirada—, pero haz lo que quieras, John. Eso es lo que haces todo el tiempo, ¿no?
Suspiré pesadamente y me coloqué el cinturón de seguridad en el momento exacto en que Paul giró la llave para encender el vehículo. No sabía qué tan largo sería el viaje al supermercado, pero estaba seguro de que ya no tenía temas de conversación para hacerlo menos tedioso, así que me limité a ver por la ventana.
Cuando llegamos al supermercado, Paul estacionó el todoterreno con una gran destreza; Ricitos había hecho un trabajo increíble en esas lecciones que le había dado. Bajamos del Range Rover y Macca se encargó de cerrarlo con un pequeño control.
Al igual que hacían las demás personas, tomamos un carrito para transportar todo lo que compraramos y entramos.
Llegamos a la sección de frutas, donde Paul tomó distraídamente un par de manzanas, un paquete de fresas y después salió hacia los productos congelados. Creí que salir a convivir con otras personas le haría bien a Paul, pero ni siquiera parecía tener la mente ahí, simplemente tomaba los productos y los metía en el carrito.
Fue hasta que noté que Paul tomaba dos botes de helado de chocolate que noté que la situación comenzaba a ser preocupante.
— ¿Necesitamos tanto helado? —le pregunté a Paul cuando comenzó a empujar el carrito para acercarnos hacia la leche.
—Es para malteadas —se excusó, tomando un cartón de leche, aunque sabía que a Paul le gustaba comer helado a cucharadas cuando las cosas salían mal. Después de anotar mentalmente que tenía que vigilar a Paul, comencé a caminar hacia otro refrigerador.
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Now and Then [McLennon]
FanfictionSé que es verdad, todo es por ti. De vez en cuando, te extraño. De vez en cuando, sé que es verdad para mí.