John
Cuando desperté a la mañana siguiente, descubrí que Paul seguía durmiendo de manera pacífica a mi lado. Lucía perfecto para mí. Nariz respingada, pestañas largas y labios rosados; estaba seguro de que eran los mismos rasgos de un ángel. Dejé escapar un suspiro y sonreí al ver sus ojos: el color blanco podía verse con facilidad en ellos, jamás había comprendido cómo lograba conciliar el sueño de esa manera.
Podía sentir cómo una de sus piernas estaba entrelazada con las mías, como si fuera una especie de ancla para evitar que nos separáramos más de lo aceptable. Y, aunque no me habría sentido cómodo en esa posición con cualquier chica, me encantaba estar así de cerca con Paul.
Cerré los ojos, permitiendo que los recuerdos de la noche anterior invadieran mi mente: mi mejor amigo debajo de mí, ambos jadeando por lo que nuestros cuerpos estaban experimentando, dos corazones latiendo de manera sincronizada, los besos apasionados, las caricias delicadas, los rasguños salvajes. Realmente lo habíamos hecho, completamente conscientes, y estaba seguro de que nada volvería a ser igual después de ello. Era como si tuviera una extraña sensación de que jamás podría vivir sin Paul, como si él fuera la fuente de mi felicidad y acababa de descubrirlo.
Abrí los ojos al sentir que la pierna de Paul se retiraba cautelosamente del lugar en el que estaba, él no se demoró en besar mis labios y deleitarme con una linda sonrisa.
—Buenos días, Paulie —lo saludé, acariciando su mejilla—. ¿Cómo te sientes?
—La felicidad que siento no se compara con la pequeña sensación de dolor —me guiñó el ojo de forma coqueta y volvió a besarme, sabía que me daría un cursi discurso—. Me encantó lo de anoche, ¿sabes? Fuiste delicado y cuidadoso conmigo, me escuchaste en todo momento e hiciste que fuera muy placentero para ambos. —Soltó una risita—. No creí que sería tan increíble, no sé qué hice para que fuera así. Te comportaste igual que un caballero.
—Lo llaman hacer el amor, Paulie —sus mejillas se tiñeron de un tenue color rojo, sonreí ampliamente—. Me alegra que lo hayas disfrutado, creo que es una de las mejores noches que he tenido en mi vida. Lo cual es bueno: quería que nuestra primera vez fuera memorable, así no tendrías problema en repetirla.
— ¿Quieres repetirla? —Paul se colocó a hocarjadas sobre mí y se inclinó para que su rostro quedara frente al mío, me miró de forma provocadora—. ¿No te gustaría más tener a Brigitte Bardot, en tu cama, con las piernas abiertas sólo para ti y gimiendo tu nombre una y otra vez?
—Únicamente si se cortara el cabello, se lo tiñera de negro y me dejara darle muy duro por detrás...
Ni siquiera había pensado demasiado en mi respuesta, fue como si saliera de forma automática, y cuando las palabras dejaron mis labios me parecieron algo muy gracioso. Paul hizo una mueca de disgusto y volvió a su lugar a mi lado.
—Eso fue vulgar, Lennon.
—Tú empezaste, McCartney —me reí y me encogí de hombros.
—Arruinaste el momento perfecto.
Después de reprocharme, se recostó de lado, dándome la espalda. Rodé los ojos y coloqué mi mano en su hombro, dispuesto a aplicar fuerza para hacerlo regresar a su posición original, pero se separó de mi agarre antes de que lo lograra. Solté un suspiro y comencé a acariciar la pálida piel de su espalda.
—Paulie...
—Para los vulgares, soy señor McCartney.
—Sabes que eso se puede malinterpretar aún más, ¿verdad? —esperé a que contestara algo, pero no lo hizo—. ¿Qué debo hacer para que tu diva interior se tranquilice y mi linda princesa vuelva?
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Now and Then [McLennon]
FanfictionSé que es verdad, todo es por ti. De vez en cuando, te extraño. De vez en cuando, sé que es verdad para mí.