Capítulo 20

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- ¡Me voy!

No me despedí de él, hoy había despertado con el pie izquierdo y no tenía ganas de hablarle. Levanté a Lucas de la silla y fui detrás de él hasta el baño, donde le bañé y vestía, bajando con él en brazos para dejarle con sus juguetes.

Volví a subir para despertar y llevar a desayunar a Zoe, terminando por bañarla y vestirla antes de sentarla en el carrito. Le puse la correa a Mia y la até al carrito, después, le di la mano a Lucas y salimos de casa.

En el camino al colegio a veces le levantaba y le hacía reír, dejando a un lado mi mal humor de hoy. Me despedí de él con un abrazo y fui después al parque, viendo jugar a Zoe y a Zoe juntas.

Me aburría y estaría toda la mañana sola, como siempre. Así que quise cambiar un poco y saqué el móvil, marcando el número.

- Dante.- sonreí al ver que después de los dos <<bip>>.

- ¿Pasó algo?

- No, ¿Por qué?

- Porque estaba dormido, chupito de vodka caramelo.

- Ups, perdón.- mordí el labio inferior aguantando i risa.

- Bueno, ¿Qué pasa?

- Que me aburro, ¿Haces un esfuerzo y te preparas para salir?

- Pero...

- Venga, trocitos de pan, y te quedas a comer.

- ¿Qué pasa si digo que no?

- Te lo respondo con una frase, hoy no estoy de humor.

- Vale, ya me levanto.

- Así me gusta.

Terminé la llamada y guardé el móvil, levantándome del banco donde estaba sentada y yendo hacia las dos para unirme al juego.

No paraba de reírme viendo como, al tirar la pelota, Zoe iba detrás de Mia sin llegar a ella antes de que volviera con la pelota en la boca.

- Enana.

- Perdona, pero el pequeño eres tú.

Me levanté del suelo, ya que estaba sentada en el césped, y le abracé.

- ¡Pequeñaja!

- Tito, tito, tito.

Zoe dejó de perseguir en vano a Mia para ir corriendo hacia Dante, que la levantó del suelo y la abrazó antes de llenarle la cara de besos y tenerla en brazos. Después, saludó a Mia.

- ¿Nos vamos?

Asentí con la cabeza y guardé la pelota de Mia, volviendo a ponerle la correa y atándola al carrito. Empezamos a andar y salimos del parque, yendo a casa.

Solté a Mia y dejé el carrito en la entrada, yendo a sentarme en el sofá con Dante, que recién había dejado a Zoe en el suelo.

- Bueno, dime.

- ¿Qué te digo?- pregunté divertida y subió sus hombros.

- ¿Qué va a ser? ¿Por qué estás enfadada?

- No sé, me levanté así.

- Ya...

- ¿Qué?

- ¿Estás segura qué es eso? No sé, puede ser otra cosa.

- ¿El qué?

- ¿Paulo?

- ¿Qué pasa con él ahora?

- Lo que hablamos.

- Ay no sé, Dante, intento no pensar en eso.

- No lo parece.

- ¿A no?

- Cualquiera que haya convivido contigo se daría cuenta de la mala cara que tienes.

- Ah, gracias eh.

- De nada.- sonrió enseñándome los dientes y yo negué riéndome.- Venga, Gio, no guardes lo que te molesta.

- Es que no me molesta nada.

Le miré y él sonrió antes de reírse y negar con la cabeza. Después, suspiró.

- Ay, Gio, que mal se te da mentir.

- Dante...

- Vamos, Marco ya no está aquí para que le digas las cosas, porque seguro que a él si se lo dirías, ¿Verdad?- ahí me pilló.

- Está bien.

- ¿Ves? Cuéntame.

- Pues...no sé, Dante, creo que y no es lo mismo del principio.

- ¿A qué te refieres con eso?

- Pues...que ya no estamos tanto tiempo juntos, ni hacemos nada y...eso me agota.

- Bueno, tenéis dos hijos.

- Y tenéis razón, casi ni pasa tiempo con ellos...Marco tenía razón.

- Gio, no te hagas eso, no te repitas las malas cosas, piensa en las buenas, ¿O es que no hay?

¿Había? ¿Realmente había cosas buenas a su lado? Porque aquella jungla en mi interior se ha callado un poco cuando estoy con él. Y es que era cierto, ya ni lo sentía como el principio, siento menos. No siento nada.

- Había.

- Gio...

- Creo que nos hemos distanciado, Dante.

- ¿Estas queriendo decir que os vais a...a separar?

- No lo sé, pero yo no puedo seguir así.

- Lo mejor será que me vaya, que no esté a la hora de comer y podáis hablar y así...

Dejé de escucharle al sentir mi móvil vibrar. Lo saqué del bolsillo, era un mensaje.

Paulo.

No iré a comer.

Me quedo en Vinovo con los chicos.

- Dante.

- ¿Qué?

- Quédate a comer.- dije mientras le enseñaba el mensaje y él suspiró.

- Paulito, me lo estás poniendo muy difícil...

eg

¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)Where stories live. Discover now