- ¡Me voy!
No me despedí de él, hoy había despertado con el pie izquierdo y no tenía ganas de hablarle. Levanté a Lucas de la silla y fui detrás de él hasta el baño, donde le bañé y vestía, bajando con él en brazos para dejarle con sus juguetes.
Volví a subir para despertar y llevar a desayunar a Zoe, terminando por bañarla y vestirla antes de sentarla en el carrito. Le puse la correa a Mia y la até al carrito, después, le di la mano a Lucas y salimos de casa.
En el camino al colegio a veces le levantaba y le hacía reír, dejando a un lado mi mal humor de hoy. Me despedí de él con un abrazo y fui después al parque, viendo jugar a Zoe y a Zoe juntas.
Me aburría y estaría toda la mañana sola, como siempre. Así que quise cambiar un poco y saqué el móvil, marcando el número.
- Dante.- sonreí al ver que después de los dos <<bip>>.
- ¿Pasó algo?
- No, ¿Por qué?
- Porque estaba dormido, chupito de vodka caramelo.
- Ups, perdón.- mordí el labio inferior aguantando i risa.
- Bueno, ¿Qué pasa?
- Que me aburro, ¿Haces un esfuerzo y te preparas para salir?
- Pero...
- Venga, trocitos de pan, y te quedas a comer.
- ¿Qué pasa si digo que no?
- Te lo respondo con una frase, hoy no estoy de humor.
- Vale, ya me levanto.
- Así me gusta.
Terminé la llamada y guardé el móvil, levantándome del banco donde estaba sentada y yendo hacia las dos para unirme al juego.
No paraba de reírme viendo como, al tirar la pelota, Zoe iba detrás de Mia sin llegar a ella antes de que volviera con la pelota en la boca.
- Enana.
- Perdona, pero el pequeño eres tú.
Me levanté del suelo, ya que estaba sentada en el césped, y le abracé.
- ¡Pequeñaja!
- Tito, tito, tito.
Zoe dejó de perseguir en vano a Mia para ir corriendo hacia Dante, que la levantó del suelo y la abrazó antes de llenarle la cara de besos y tenerla en brazos. Después, saludó a Mia.
- ¿Nos vamos?
Asentí con la cabeza y guardé la pelota de Mia, volviendo a ponerle la correa y atándola al carrito. Empezamos a andar y salimos del parque, yendo a casa.
Solté a Mia y dejé el carrito en la entrada, yendo a sentarme en el sofá con Dante, que recién había dejado a Zoe en el suelo.
- Bueno, dime.
- ¿Qué te digo?- pregunté divertida y subió sus hombros.
- ¿Qué va a ser? ¿Por qué estás enfadada?
- No sé, me levanté así.
- Ya...
- ¿Qué?
- ¿Estás segura qué es eso? No sé, puede ser otra cosa.
- ¿El qué?
- ¿Paulo?
- ¿Qué pasa con él ahora?
- Lo que hablamos.
- Ay no sé, Dante, intento no pensar en eso.
- No lo parece.
- ¿A no?
- Cualquiera que haya convivido contigo se daría cuenta de la mala cara que tienes.
- Ah, gracias eh.
- De nada.- sonrió enseñándome los dientes y yo negué riéndome.- Venga, Gio, no guardes lo que te molesta.
- Es que no me molesta nada.
Le miré y él sonrió antes de reírse y negar con la cabeza. Después, suspiró.
- Ay, Gio, que mal se te da mentir.
- Dante...
- Vamos, Marco ya no está aquí para que le digas las cosas, porque seguro que a él si se lo dirías, ¿Verdad?- ahí me pilló.
- Está bien.
- ¿Ves? Cuéntame.
- Pues...no sé, Dante, creo que y no es lo mismo del principio.
- ¿A qué te refieres con eso?
- Pues...que ya no estamos tanto tiempo juntos, ni hacemos nada y...eso me agota.
- Bueno, tenéis dos hijos.
- Y tenéis razón, casi ni pasa tiempo con ellos...Marco tenía razón.
- Gio, no te hagas eso, no te repitas las malas cosas, piensa en las buenas, ¿O es que no hay?
¿Había? ¿Realmente había cosas buenas a su lado? Porque aquella jungla en mi interior se ha callado un poco cuando estoy con él. Y es que era cierto, ya ni lo sentía como el principio, siento menos. No siento nada.
- Había.
- Gio...
- Creo que nos hemos distanciado, Dante.
- ¿Estas queriendo decir que os vais a...a separar?
- No lo sé, pero yo no puedo seguir así.
- Lo mejor será que me vaya, que no esté a la hora de comer y podáis hablar y así...
Dejé de escucharle al sentir mi móvil vibrar. Lo saqué del bolsillo, era un mensaje.
Paulo.
No iré a comer.
Me quedo en Vinovo con los chicos.
- Dante.
- ¿Qué?
- Quédate a comer.- dije mientras le enseñaba el mensaje y él suspiró.
- Paulito, me lo estás poniendo muy difícil...
eg
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¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)
FanfictionNuevas aventuras, una familia con una nueva vida junto a su hijo y el bebé que crecía en la tripa de Gio, la chica Dybala. Pero como el refrán dice, no es oro todo lo que reduce, porque también era una familia con nuevos problemas. Todos esos nueve...