Capítulo 87

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- Y eso.

- ¿Y eso qué?

- Que me cae mal.

- ¿El padre de tus hijos te cae mal? A mí me pasa lo mismo con Griezmann.

- Idiota.- reí y miré a la pantalla del móvil.- ¿Cómo está?

- Bien, con sus negociaciones de fútbol.

- ¿Feliz de traicionar a la familia y estar a punto de irse al Barça?

- Si ya se lo he dicho, pero él dice que sería un gran honor jugar con Messi, está fatal.

- Pobrecito.- suspiré dramáticamente y las dos reímos.- ¿Y Marcos y Nico?

- Con su tío Dante.

- Tío primo querrás decir.

- Eso.- reí y negué con la cabeza.- ¿Qué haces que escucho de todo menos a ti?

- Estoy en el centro comercial.

- ¿De compras sin mí?

- Pues dile a tu marido que se venga al Torino.

- Jo, os echo de menos.

- ¿Ya te viene la nostalgia?

- ¿Y qué le hago? Yo aquí, esperando a que Griezmann salga del Wanda y tú de compras, eso no vale.

- Las cosas no las decido yo.

- Si las decidieras el mundo se destruiría.

- Gracias eh.

Reímos y yo miré hacia delante mientras la oía hablar. Cuando volví a ver la pantalla, algo me llamó la atención. Era él, sé que era él.

- Sofía.

- ¿Qué?

- Mira hacia atrás.

- ¿Qué pasa?- ella se dio la vuelta y miró a todos lados.- ¿Qué?

- ¿No le ves?

- ¿A quién?

- A Pedro...- me miró y luego volvió a buscar detrás suya, parándose.- ¿No?

- ¡Pedro!

- ¡No espera, dije que vieras si estaba, no que le gritarás, idiota!

Me frené en mitad de mi camino y esperé con impaciencia y miedo a oír su voz. Hasta que al fin habló, sin creerse que estaba viendo a la prima de su ex.

- ¿Sofía?

- Si es que sabía que eras tú, te vi por el móvil.

- ¿Por el móvil?

- Bueno a ver, yo no te vi, te vio...

- ¡Sofía!- le grité fuerte sabiendo que tenía los cascos y que los tendría a mucho volumen, sin importarme que todos me miraran.- Para.

- Vale, vale...

- ¿Te pasa algo?- preguntó Pedro.

- ¿Qué? No, nada, lo que te decía, que me estaba mirando en la cámara y te vi por atrás.

- Ah...pues, hola.- giró un poco el móvil, dejando sus brazos abajo, y la cámara le enfocó, aunque al revés.

- Hola.

- Pregunta cómo está.- le dije.

- ¿Cómo estás?

- Bien, bien...recién termine de trabajar.

- ¿Qué tal en el trabajo?

- Como siempre.- él sonrió y yo lo hice instantáneamente.- ¿Qué tal tú con los gemelos y Griezmann?

- No sabes lo que me cansan, los niños que no paran de jugar con la pelota en casa y me rompen cosas y luego el marido como loco también con el fútbol, estoy de fútbol ya...

- ¿Y Gio?

- ¿Qué?

- ¿Cómo está?

- Ah bueno, hablo poco con ella, pero por lo que sé está bien.

- No le habrá costado conseguir otro novio.

- ¿Qué dices? Anda, total no llor...

- Sofía.

- Lloraba de risa cuando se acordaba de vuestras anécdotas, te quiere mucho.- cambió su diálogo al ver cómo le recriminaba que fuera a decir que lloraba por él.

- Ya...

- Y le echo de menos...- dije.

- Y te echa de menos, ya sabes, los viejos tiempos y eso.

- ¿Y Lucas y Zoe?

- Bueno, Lucas sigue con ese tema del fútbol y la niña tan mona como siempre, cada día más parecida a la madre y el chico al padre.

- ¿Aún no dejó el fútbol?

- Están en ello.

- Ya...Gio no se merece nada de esto y Lucas menos, no sé ni por qué se le llama padre al argentino.

- Dile que tampoco es para tanto.

- Bueno a ver, él sus motivos tendrá, ¿No?

- No sé, no sé.- se metió la mano en el bolsillo, sacó un cigarro que encendió y le dio la primera calada.- ¿Cómo está ella con él?

- Con Paulo está...bueno, con sus problemas.

- Dile que deje de fumar.

- ¿No has pensado en dejar de fumar? Es malo eh.

- Te pareces demasiado a tu prima, parece que me esté hablando ella.- dijo sonriendo y Sofía rió nerviosa.

- Já, que gracioso, ella hablando, ¡Pero si está en Italia!

- Ya, ya, ya veo algunos partidos.

- ¿En serio?- preguntamos las dos, aunque solo la escuchaba a ella.

- Sí bueno, estar con ella me volvió un aficionado al fútbol italiano y siempre seré del equipo que ella sea, pase lo que pase.

- Oh...

- Pedrito...- sonreí con algo de tristeza por sus palabras.

- Bueno, me tengo que ir, he quedado con unos amigos.

- Ya claro, no te entretengo más, adiós.

- Adiós.- y desapareció de la cámara, volviendo Sofía a enfocarse a ella bien.

- ¿Contenta?

- Sí...

- ¿Qué? No me digas que te vas a deprimir eh.

- Jo es que...verle y escucharle me a...no sé, no sé, déjalo.

- Sí mejor, mira, ahí viene Griezmann.

- Entonces cuelgo ya.

- Oye, oye, espera, antes de todo, ¿Qué es eso de defender a Paulo?

- ¿Qué?

- Sí, sí, cuando él dijo que no se le debería llamar padre bien que saliste en su defensa.

- Bueno a ver, es que...

- Hola.- Griezmann apareció en pantalla dándole un beso a su esposa.- Hola Gio.

- Hola, os dejo, ciao.

- ¡No, espera!

Pero no esperé y colgué la llamada, sintiendo un extraño sentimiento que me empezó a agobiar y empecé a tener calor, como cuando de pequeña descubren que has mentido y te cuesta excusarte.

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¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)Where stories live. Discover now