- Paulo.
- Gio.- se asombró al verme y bajé a Zoe.- No te oí llegar... ¿Qué...qué haces aquí?
- Creo que en estas dos peleas no nos hemos puesto de acuerdo en... en nuestro futuro ahora.
- ¿Ahora?
- Sí, claro, ahora que me has dicho que prefieres el fútbol a la familia.
- Gio no...
- Lo he pensado y...y si no nos quieres, no me quieres yo...yo puedo aceptar separarme de ti y...y seguir caminos diferentes después de todo.
- ¿Me está hablando en serio? ¿Pides el divorcio?
Apreté mis labios y abrí mis fosas nasales, intentando aguantar las lágrimas en mis ojos y no dejar que caigan junto con mi fortaleza. Bajé la mirada y suspiré, intentando buscar el suficiente aire para seguir viviendo después de lo que acababa de decir.
- ¿Qué pasa con ellos? ¿Gio? ¿Qué pasa conmigo? Yo te quiero.
- Pero no como al fútbol.- levanté mi mirada y apreté mi mandíbula, notando como él aún no había aceptado la noticia.- Por ellos no te preocupes, podemos...podemos aceptar una custodia compartida siempre que los cuides tú y sólo tú.
- No quiero alejarme de ti.
- ¿Por qué pienso que me mientes?
- Gio no.
- Gio sí, Paulo.
- No quiero.- alcé las cejas y vi como sus ojos se llenaban de lágrimas.- No quiero, no puedo, es lo mismo, pero me niego a perderte. Si es que soy un idiota, Gio, pero yo pensaba que me querías así.
- Yo te quería tal y como eras antes de que sólo pensaras en el balón.- suspiré y miré un momento a los niños, después a él.- No lo hagas más difícil.
- No...no lo haré, sé lo difícil que es quitarte algo de la mente.
Resoplé y quité los mechones que caían por mi cara. Puse mis manos en la cintura y me acerqué a Zoe, levantándola del suelo.
- Tengo que...
- ¿Los dos?
- Sólo ella.
- Está...bien.
- Estoy en la casa de mis abuelos, ya... ya hablaremos.
Asintió y le dejé a Zoe, subiendo a por sus cosas con ganas de romperme a llorar y encerrarme en nuestra habitación, la que era nuestra habitación.
Lo agarré todo y bajé las escaleras, saliendo al coche y abriendo la puerta, asustando a Julia y Dante, que me miraron confundidos. Dejé las cosas y volví a por Zoe.
- ¿Nos veremos?
- Aunque sea una última vez.
Él suspiró quitándose una lágrima y abrazó a Zoe antes de que saliera. Dante me ayudó con ella, sentándola en mitad de nosotros y una vez listos, Julia arrancó.
- ¿Qué ha pasado?
No pude aguantar más y rompí en llanto, tapándome la boca, intentando que mis sollozos se callaran al igual que mis demonios.
Dante tomó mi otra mano y la acarició, ya que no podía abrazarme al estar Zoe entre los dos. Hasta que llegamos a la casa de mis abuelos.
- Todo estará bien.
Asentí a Julia, que me abrazó con fuerza antes de subirse de nuevo al coche e irse. Entonces, Dante se acercó rápido a mí y me abrazó cuando dejé a Zoe en el suelo. Me aferré a su camiseta hasta que se me agotaron las fuerzas en los brazos.
Limpié mis lágrimas, volviendo a subir a Zoe en brazos y yendo junto a Dante a la casa. Allí me esperaban mis abuelos que, mientras Dante dejaba las cosas de la pequeña en mi habitación, saludaron a su bisnieta.
Estuve todo lo que quedó de tarde con ellos, hasta que subí a dormir con Zoe en mi cama, apagando todas las luces al ser la última.
En mitad de la noche, seguía despierta. Resoplé y me senté en la cama, mirando a la pequeña dormir. Al menos no era como Lucas y no se parecía tanto a él. Aún me acuerdo cuanto dolía ver a Lucas crecer, parecerse a su padre y que él no estuviera conmigo.
Despeiné mi pelo y me levanté, saliendo de la habitación y bajando las escaleras hasta bajar al patio. Entre las grandes nubes se podía observar la luna con sus estrellas. Me abrigué algo más al sentir la gotas de lluvia caer en mi rostro.
Me senté apoyada a la puerta y me quedé ahí un buen rato, intentando aclararme y relajarme. Llorando en silencio. Hasta que dejó de llover y con mi propia lluvia me fui a la habitación.
0
YOU ARE READING
¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)
FanfictionNuevas aventuras, una familia con una nueva vida junto a su hijo y el bebé que crecía en la tripa de Gio, la chica Dybala. Pero como el refrán dice, no es oro todo lo que reduce, porque también era una familia con nuevos problemas. Todos esos nueve...