¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)

Capítulo 94

NARRA PAULO

Desperté y la vi dormida a mi lado, acurrucada en mi pecho. Sonreí y me fui despegando de ella sin despertarla. Me levanté de la cama y bajé hacia la cocina, buscándolo todo por mi cuenta hasta encontrarlo todo y poder desayunar.

Fui de nuevo a la habitación cuando terminé y me puse la camiseta, yendo ahora al baño para. Salí y fui a ver si aún estaba dormida, sonriendo de nuevo al verla abrazada a la almohada. Busqué un papel y puse ahí mi número, ya que ella seguramente no lo tenía y yo tampoco tengo el suyo.

Bajé las escaleras y busqué las llaves de mi coche, saliendo de la casa y subiendo en él para irme a mi casa. Llegué y bajé, entrando en la casa y viendo a mi madre en la cocina.

- Hola.

- ¿Ya volviste de casa de Gio?

- Sí.- la abracé y me senté en las sillas que había.

- ¿Cómo vais?

- Mañana antes de irme le pediré ser novios.

- Por fin todo vuelve como antes.

- Sí.

- Recordá que hoy tenés que ir a...

- Sí, ya, a la obra de Lucas.

- ¿Qué? No, no, al evento de la Juventus, vas con Higuaín, ¿Recordás?

- ¿Qué?

- Claro, te lo avisaron hace días y vos aceptaste.

- ¿Era hoy?- ella asintió y alcé las cejas sorprendido.- La concha de la lora.

- ¿Pasó algo?

- Claro que pasó, hoy Lucas tiene que hacer una obra.

- ¿Avisaste a Gio?

- No me acordaba de esto.- resoplé pasando mis manos por el pelo.- ¿Qué hago?

- ¿Podés ir a los dos?

- El evento es un cuarto de hora antes de que empiece.

- Pues vas esos minutos.

- Gio no me lo perdonará.

- Tiene que hacerlo, no fue tu culpa.

- Se me olvidó.

- A todos se nos olvidan las cosas.

- Pero yo prometí que iría.

- Ay Paulo...- ella negó con la cabeza.- Será mejor que se lo cuentes.

- ¿Cómo?

- Vos sabrás, fue tu mujer.

- Y dejó de serlo por esto mismo.

Ella hizo una mueca y yo volví a resoplar, levantándome de la silla y yendo al baño para ducharme e intentar relajar los nervios que acababan de aparecer.

Salí con la toalla enrollada y fui a vestirme a mi habitación, bajando luego para despedir a mi madre que se iba a su casa. Me senté en el sofá y saqué el móvil del bolsillo del pantalón, mirando alguna de las notificaciones de Instagram y demás redes sociales hasta que me llegó un mensaje.

Número desconocido.

Hola.

Soy Gio.

¿No es un poco tarde para despertarse?

Para mí no.

Ya lo sabes.