- ¿Cómo les va?
- ¿A Lucas y Zoe? Bien, tampoco nos cuenta mucho.
- ¿A no?
- Desde que terminaron dejó de hablar de su vida privada por su cuenta, si quieres saber algo debes preguntar.
- Pues vaya.
- En fin, ¿Cómo te va por allá?
- ¿Con el Torino? Hoy es mi primer día de entrenamiento.
- Sí, pues suerte.
- Gracias, pipita.
- Como echaba de menos oírte decir eso.
- Y yo hablar contigo.
- Bueno, te dejo, que hoy también teneos entrenamiento acá.
- Ciao.
- Chao.
Terminé la llamada con Higuaín y suspiré levantándome de la silla de la cocina, ya que había terminado de desayunar hace unos minutos. Subí a mi habitación para buscar la chaqueta que me pondría y tocaron al timbre, bajé y sin pensarlo abrí la puerta.
- Hola.
- Tú...
- Vaya recibimiento.- dijo sonriendo.
Y eso hice yo cuando por fin pude reaccionar, sonreír, sonreír y tirarme a sus brazos. Él rió mientras me aguantaba y yo me enrollé en su cintura, tapando mi cara en su cuello. Después de unos segundos largos así, me bajé.
- Te eché de menos.
- Y yo, mi señora.
Reí y puse su cara entre mis mano, besándole como hace tiempo que no hacía y extrañaba. Al separarnos lo llevé hacia dentro de la casa y ya allí soltó su pequeña maleta antes de volver a besarme.
- ¿Qué haces aquí?
- ¿Cómo que qué hago aquí? Pues venir a verte.
- Ya, pero, ¿Y el trabajo?
- Allí hay fiesta.
- Así que te quedas hasta el domingo.
- Exacto, cuatro días.
- Te quiero, te quiero, te quiero.- dije llenando su cara de besos y él rió antes de terminar por unir nuestros labios.- Pero em tengo que ir.
- ¿A dónde?
- Entrenamiento.
- ¿Con la Juve?
- No, no, por dios, con el Torino, ¿No te conté?
- Se me olvidó.
- Espero que no se te haya olvidado eso de no fumar.
- Ya...eso...- se rascó la nuca y resoplé.- Lo siento.
- Te tendré que querer así.
Él asintió sonriendo como un niño pequeño y reí antes de abrazarle. Poco después, me tuve que despedir de él si no quería llegar tarde a mi primer día.
Llegué por fin al Estadio Olímpico de Turín, donde ellos entrenaban. Di mi nombre y por fin me dejaron pasar al parking, donde aparqué la Vespa y salí de allí algo confundida. Era mi primera vez aquí.
- ¿Sei Gio? (¿Eres Gio?)- preguntó un hombre de aspecto algo mayor.
- Sì.
- Sono Urbano Cairo, il presidente. (Soy Urbano Cairo, el presidente.)
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¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)
FanfictionNuevas aventuras, una familia con una nueva vida junto a su hijo y el bebé que crecía en la tripa de Gio, la chica Dybala. Pero como el refrán dice, no es oro todo lo que reduce, porque también era una familia con nuevos problemas. Todos esos nueve...