¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)

Capítulo 84

- ¿Ya los recogió?

- Ajá.

- ¿Te vas a quedar toda la noche aquí?- preguntó Marco, cambiando de tema.

- Si quieres...

- Claro que quiero, pero vas a cansarte.

- Me dormiré en algún momento, aunque ya sabes que siempre traigo café.

- Y si no, aquí hay.

- Bueno, pues corre a prepararte que pronto es tu turno.

- Ciao.

- Ciao.

Marco salió en la búsqueda de Julia y yo me senté en una de las sillas que había en la sala del descanso para los enfermeros. Saqué el termo donde llevaba el café y me eché un poco, bebiendo poco a poco hasta terminármelo y entonces sacar el móvil e ir viendo fotos.

- Ciao.

- Ciao Mar...Luka.

- Luka, sono Luka. (Luka, soy Luka.)- rió y se fue quitando la bata.- ¿Cosa fatto? (¿Qué haces?)

- Niente. (Nada.)

Le sonreí y seguí mirando las fotos mientras hablábamos de cómo le fue el turno, contándome sus últimas anécdotas en el hospital. Paré de escucharle cuando empecé a fijarme más en las fotos, encontrándome una de cuando estaba embarazada de Lucas, otra con Paulo, una de nuestras fotos de casados, una jugando con Zoe siendo ella bebé, etc.

- Gio, ¿Mi stai ascoltando? (Gio, ¿Me estás escuchando?)

- ¿Cosa? (¿Qué?)

- Questo è un no. (Eso es un no)- dijo sonriendo y se acercó a mí.- ¿Cosa hai visto? (¿Qué veías?)

- Alcune vecchie foto. (Unas fotos antiguas.)

Le sonreí levemente y le dejé el móvil para que él también las viera, sonriendo de nuevo y luego me miró, dándome de vuelta el móvil.

- Sono molto belli. (Son muy bonitas.)

- Sì. (Sí.)

- Non pensavo che tu li avresti ancora. (No pensé que la tendrías aún.)

- Bene, vedi, sono ancora qui. (Pues ya ves, aquí siguen.)

Dejé el móvil apoyado en la mesa y después de un suspiro me bajé de la mesa, ayudándole a guardar sus cosas. Después, antes de que se marchara, vino Marco para recoger algunos medicamentos y para empezar a beberse el café que le mantendría despierto toda la noche.

- Ciao, Luka.- me despedí de él y miré a Marco beber de un trago el vaso.- Te vas a atragantar.

- Tú sabes primeros auxilios.

- Sí, en eso tienes suerte.

- Bueno, me marcho que Julia estará como loca haciéndolo todo sola.

- Sí, seguro que sí.

- ¿Estás bien?

- Sí, ¿Por qué?

- Nada, nada, nos vemos en media hora o así, según el trabajo que tenga.

Asentí con la cabeza y se acercó rápido a mí a besar mi mejilla antes de irse corriendo. De nuevo, suspiré y me senté otra vez, poniéndome los auriculares para escuchar música mientras intentaba dormirme.

- Tsss, Gio.

- ¿Qué?- levanté mi cabeza de la mesa y abrí los ojos un poco, viendo a Julia.- ¿Qué pasa?