La luz del sol entró por la ventana y poco después sonó una alarma que me despertó por completo. Rasqué mis ojos y estiré mis brazos, intentando ver mejor donde estaba. Miré hacia arriba y vi a Paulo dormido y entonces me di cuenta de que me había quedado dormida en su pecho.
Suspiré y me fui separando poco a poco de él para no despertarle. Me puse la ropa y me fui a la cocina. Hice el desayuno lo más silenciosa posible y fui a buscar una fregona para la leche que se me vertió al echarla en el bol de los cereales. Cuando me di la vuelta vi a Paulo tan solo con un pantalón caído en el suelo.
- ¿Me puedes explicar que haces ahí?
- Me resbalé.
- Ups.
Fui a ayudarle y lo levanté del suelo sin evitar reírme al saber que fue por la leche vertida. Se sentó dolorido en la silla y yo limpié por fin el suelo para que no se volviera a resbalar.
- Gio.
- ¿Qué?
- Decime la verdad, ¿Esta no fue la casa en la que vivíais Pablo, Sofía y vos?
- Puede.
- Y fue donde nos conocimos.
- Puede ser, sí.
- Ya sabía yo que la conocía.
Sonreí y me senté con él a desayunar, entonces mi móvil empezó a sonar. Era Rincón.
- ¿Sí?
- A ver Gio, no es por nada eh, pero que hoy hay entrenamiento, ¿Recuerdas?
- Sí, ¿Y qué?
- Que faltan quince minutos y al no verte pensé que...
- ¡¿Quince minutos?!
- No te acordabas.- terminé la llamada y me levanté de golpe, haciendo que Paulo me mirase confundido.
- Que hay entrenamiento, idiota.
- La concha de la lora.
Se levantó de la misma manera que yo y subimos corriendo las escaleras, yo para cambiarme de ropa y él para ponerse la camiseta que le faltaba. Recogí mi pelo en un moño y bajé dando saltos por los escalones.
- Te llevo yo.
Dijo apareciendo y asentí con la cabeza, saliendo de casa y subiendo en su coche. Arrancó y emprendimos camino hacia el entrenamiento y luego él se iría a Vinovo.
- Gio.- desvié mi mirada de la ventana y él me miró, ya que el semáforo estaba en rojo.- ¿Ahora qué?
- Pues ahora me llevas al entrenamiento y...
- No, no, eso no, me refería a nosotros.
- ¿Qué pasa?
- ¿Qué somos? ¿Hemos vuelto o...?
- Eh...no lo sé.- sonreí nerviosa.- Habrá que pensarlo, ¿No?
- Tampoco hay mucho que pensar.
- ¿A no?
- Bueno, a ver, nos dijimos perdón y nos acostamos, las cosas creo que están claras.
- Entre nosotros las cosas nunca están claras, Dybala.
- Que raro escuchar mi apellido de ti, sólo lo decías al principio.
- Quizá es que esto es el principio.
Él sonrió levemente y volvió a arrancar el coche al cambiar el semáforo a verde. Llegamos por fin y aparcó justo en frente, llegando el gran momento incómodo de la despedida.
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¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)
FanfictionNuevas aventuras, una familia con una nueva vida junto a su hijo y el bebé que crecía en la tripa de Gio, la chica Dybala. Pero como el refrán dice, no es oro todo lo que reduce, porque también era una familia con nuevos problemas. Todos esos nueve...