- No se te vio nada mal en el campo.
- ¿A no?
- Bueno, solo en la primera parte.- Lucas rió y yo sonreí.- ¿De verdad que no te gusta?
- Lo hago por papá.
- No tienes que hacer nada por nadie, solo por ti.
- Pero no quiero defraudarlo, ya lo sabes.
- No lo harás, él solo quiere hacerte feliz.
- Ya.
- ¿Entonces? Lucas, cariño, yo quiero verte feliz y tu padre también, así que si tú no se lo dices tendré que decírselo yo.
- No, mamá.
- No permitiré que juegues sin ganas.
- Yo juego con ganas.
- ¿Así? En la primera parte parecías dormido.
- Quizá porque no sé que hacer.
- Y por eso no te gusta, ¿No?
- Mamá, ¡Mírame!
Dejé de mirar a Lucas, que me observaba con atención, y vi a Zoe hacer la rueda. Sonreí y la felicité, volviendo a mirar a Lucas para que no pensase que se acabaría ahí la charla.
- Lucas, tienes que hacer algo.
- Está bien, lo haré.
- Y si no recibo una llamada de tu padre sobre esto, lo haré yo.
Resopló y se levantó, yendo hacia los columpio con su hermana. Odiaba enfadarme con él, pero en este caso lo veía necesario, no quería verle triste y sabía que sería feliz en teatro, no en fútbol.
- Tsss, mirá acá, boluda.- me di la vuelta y sonreí viendo como se acercaba y sentaba a mi lado.- ¿Qué tal están?
- Bien, ¿Y tú, pipita?
- Bien.
- ¡Pipa!
Los chicos fueron corriendo a abrazarle y nos levantamos del banco, empezando a caminar hacia Vinovo, ya que Higuaín tenía entrenamiento hoy, no como yo, que tenían que arreglar la gradas para el partido de hoy y no había.
Llegamos y entramos, acompañándole hasta que teníamos que entrar en las gradas, donde nos encontramos a Rincón. Me senté junto a él y dejé que los chicos jugaran por las gradas solitarias, esperando a que los jugadores salieran a entrenar antes de su partido de esta noche.
Por fin salieron y miré directamente a él, que al salir se tapó los ojos por el sol y miró hacia aquí, sonriéndome y saludándome mientras caminaba hacia el centro junto los demás.
- ¿Me perdí algo?
- ¿Qué?
- Paulo y tú.- miré a Rincón y él sonrió.
- ¿Qué pasa con nosotros?
- No sé, dímelo tú.- le miré confundida y él rió.- Te ha saludado.
- Sí, ¿Y qué?
- Y sonreído.
- Bueno, ¿Y qué pasa con eso?
- Ah no sé, hace semanas se odiaban a muerte.
- Hace semanas yo tenía novio y aquí estamos, otra vez de madre soltera.
Él volvió a reír y yo negué con la cabeza, sonriéndole y desviando mi mirada al campo para verles empezar el entrenamiento. En mitad de este, Rincón y yo, junto a los chicos, fuimos a la cafetería porque tenían hambre y sed.
- ¿Qué tal fue el partido de Lucas?
- Bien, marcó un gol.
- ¿Así?
- De falta, como su padre.
- Vaya, para no gustarle es bueno, ¿No?
- Eso dice, que está gusto, pero sigue sin gustarle así que...
- ¿Aún no se lo ha dicho a Paulo?- negué con la cabeza y él miró a Lucas a lo lejos, ya que estábamos volviendo a las gradas.- Pues tendrás que hacerlo tú.
- Supongo, aunque él me ha dicho que se lo dirá, así yo no lo hago.
- Con suerte lo hará, parece que no quiere molestarle.
- No lo hace diciéndole eso, si no le gusta, no le gusta.
- Ya, ahora eso díselo al padre futbolero.
Hice una mueca y seguimos mirando el entrenamiento hasta que terminó, entonces bajamos y fuimos otra vez a la cafetería a esperarles. Poco a poco, fueron apareciendo.
- ¿Qué haces acá?- preguntó acercándose a mí con una sonrisa.
- Vine a ver a Higuaín.
- Oh...
- Es broma.- reí y él volvió a sonreír.- Vine a veros a todos, aunque fue idea de Higuaín.
- Re graciosa vos eh.
- Ni que no me conocieras.- le guiñé el ojo y él rió levemente, negando con la cabeza.
- ¡Ragazzi! ¡Andiamo! (¡Chicos! ¡Vamos!)
Miramos a Buffon, que nos sonreían un poco raro, al igual que Higuaín, y fuimos con ellos. Paulo llevaba de la mano a Zoe y Lucas hablaba con Buffon y yo con Higuaín, yéndonos de Vinovo.
Fuimos caminando, con alguna parada por los bianconeros que querían una foto de todos, hasta un bar. Allí unimos dos mesas y pusimos ocho sillas, ya que éramos: Lucas, Zoe, Paulo, Higuaín, Cuadrado, Buffon, Rincón y yo.
Yo estaba sentada al lado de Zoe, que nos separaba como siempre a Paulo, y al lado de Higuaín, que nos separaba a Lucas y a mí.
- Gio.
- ¿Cosa? (¿Qué?)
- ¿Quando ci presenterai al tuo ragazzo? (¿Cuándo nos presentarás a tu novio?)
- Eh... ¿Pedro?
- Sicuro. (Claro.)
- Beh... non penso di poterti presentare. (Bueno...no creo que os lo pueda presentar.)
- ¿Perché? (¿Por qué?)
- Perché lui... (Porque él...)
- È in Spagna, ¿Giusto? (Está en España, ¿No?)- Rincón me interrumpió y le miré.- Ecco perché non può. (Por eso no puede venir.)
- Oh, certo. (Oh, claro.)
- Ma ¿Non hai detto che è venuto qui qualche volta? (Pero, ¿No decías que venía a veces?)
- Sì, ma ora ha molto lavoro. (Sí, pero ahora tiene mucho trabajo.)
- Bene, arriverà. (Bueno, vendrá.)
- E lo sapremo. (Y lo conoceremos.)
- Sì, sì...
Suspiré y Rincón me miró confundido, mientras que yo tranquilizaba mis nervios y seguía hablando con los demás. Terminamos lo que pedimos y nos levantamos, ya que cada uno tenía que irse a comer y a prepararse para el partido que tenían los dos equipos.
- Mamá.
- Dime.
- ¿Por qué mentiste?
- ¿Qué?
- Dijiste que Pedro no puede venir, pero en realidad es que ya no están juntos.
- Bueno hijo yo...
- ¿Es por papá?
- Tal vez.
- A él le da igual, él tiene novia.
- Lo sé, cariño. Quizás no lo haya dicho porque aún no me acostumbro, quien sabe.
Lucas me sonrió y se fue junto a su hermana, que estaba un poco más adelante que nosotros. De camino a casa, le di las gracias a Rincón por mensajes.
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¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)
FanfictionNuevas aventuras, una familia con una nueva vida junto a su hijo y el bebé que crecía en la tripa de Gio, la chica Dybala. Pero como el refrán dice, no es oro todo lo que reduce, porque también era una familia con nuevos problemas. Todos esos nueve...