- Mírala, la tardona.
- Ya, claro.- me levanté y le abracé.- No me dio tiempo ni a ducharme.
- ¿No pusiste la alarma?
- El móvil estaba apagado.
- Muy bien, Gio, inteligencia lo tuyo.
- Lo sé.- sonreí y nos volvimos a sentar.- ¿Qué tal el entrenamiento?
- Bien, bien, sin esfuerzos, ¿Y tú qué tal?
- Bien, sin novedades.- sonreí nerviosa y él levantó una ceja.- ¿Qué?
- No, nada, ¿Qué hablaron tú y Paulo ayer?
- ¿Ayer? No me vi con él.
- Antes de ayer.
- ¿Cuándo fuimos a su casa? Nada, le di las gracias por cambiar de opinión y él me dijo que yo tenía razón.
- Ese chico te quiere mucho para decirte eso.
- Sí...
- ¿Qué? ¿No es verdad?
- Sí, claro, supongo.
Él rió levemente y seguimos hablando hasta que nos tuvimos que ir, entonces nos despedimos y yo fui caminando hasta casa. Llegué y por fin me pude duchar, eligiendo mejor la ropa sin tanta presión y comiendo en la cocina lo primero que se me ocurrió hacer.
Terminé y fui al sofá, tumbándome mientras escuchaba música y entonces me dormí, despertando una hora después. Resoplé y me levanté, recogiendo mis cosas en un bolso y poniéndome el casco de la Vespa, saliendo de casa y subiéndome en ella.
Fui hasta Vinovo y aparqué en el parking cuando me dejaron pasar, después de dejarles la documentación y que verificasen que era yo.
Fui por los pasillos, intentando acordarme de donde estaba la entrada a las gradas. Salí por fin al aire libre y me senté en una de ellas, mirando el móvil y esperando a que salieran los futbolistas.
Cuando oí ruido y gente riendo, levanté mi mirada y dejé el móvil en el asiento del lado, buscándole con la mirada. Y me lo encontré riendo con Higuaín mientras que el pipa hacía tonterías. Pero él miró y se dio cuenta de mi presencia, entonces avisó a Paulo y me señaló, haciendo que se diera la vuelta y me viera.
Sonrió y me saludó con la mano y yo le imité el gesto, también saludando a Higuaín y a los demás que miraban y me saludaban, como Pjanic o Mario.
Comenzaron a entrenar y sentí nostalgia al acordarme de cómo eran mis momentos allí, riéndome con ellos en la cafetería cuando nos veíamos.
- ¿Gio?
- Rincón.- desvié mi mirada hacia él y le sonreí.- ¿Qué haces aquí?
- Eso debería preguntar yo.
- Pero yo lo hice antes.
- Vine a verles porque nosotros no teníamos entrenamiento y ya tenía todo listo para mañana. Te toca.
- Vine a verles igual.
- ¿Tú sola? Que raro eso.- se sentó a mi lado y me sonrió.- Me perdí algo.
- No, nada.
- ¿Segura? Porque yo creo que tú vienes a ver a alguien, no a todos.
- Puede.
- Han hablado de lo vuestro, ¿Cierto?
- Sí y más que hablar.
- ¿El qué? ¿Ya vuelven a estar juntos?
YOU ARE READING
¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)
FanfictionNuevas aventuras, una familia con una nueva vida junto a su hijo y el bebé que crecía en la tripa de Gio, la chica Dybala. Pero como el refrán dice, no es oro todo lo que reduce, porque también era una familia con nuevos problemas. Todos esos nueve...