- Vale, a ver, ¿Vestido o no?
- Como quieras.
- No ayudas.
- A ver, sabes que yo no sé de eso.
- ¿No sabes si estoy bien con vestido?- Pablo me miró uno segundos antes de volver a mirar a la carretera y rió.- ¿Qué?
- Estás bien de todas formas.
- Gracias, pero eso no ayuda.
- Como estés más cómoda, ¿Qué más da?
- No da igual porque es el primer evento con este equipo, ¿Entiendes?
- Está bien, veremos cuando lleguemos, ¿Vale?
Asentí y miré por la ventanilla de su coche. Íbamos de camino al centro comercial de Turín, ya que mañana era aquel evento que me dijo el presidente y aún no tenía nada que ponerme. Como siempre, todo para el final.
Llegamos por fin, aparcamos y salimos para después entrar en el edificio. Estuvimos hablando hasta llegar a la primera tienda de ropa que vimos. Él iba detrás de mí, mientras que yo iba enseñándole todo y preguntándole si le gustaba.
Estuvimos en dos tiendas más, ya que no tuvimos éxito en ninguna de ellas, hasta llegar a una. Por fin no pusimos de acuerdo y pude entrar en el probador, dejándole fuera hasta que terminé de vestirme.
- ¿Qué te parece?
- Bien.
- ¿Sólo eso?
- Bastante bien.- resoplé y él sonrió.- Bueno, pues eres un bombón italiano, ¿Así bien?
- Gracias, entonces, ¿Lo compró?
- Oye, eres tú quien se lo va a poner, pregúntate eso a ti.
- Está bien, como diría Piqué, se queda.
Los dos reímos y volvió a salir del vestidor, volviéndome a poner lo que llevaba. Salimos de allí, sin antes no pasar por la caja y entramos en el coche.
Me llevó a casa y me despedí de él, entrando en mi casa. Dejé la compra encima de la cama y bajé a hacer la comida, cuando el móvil empezó a sonar.
- ¿Sí?
- Soy Marco, voy a tu casa.
- ¿Ahora?
- Sí, de camino estoy.
- ¿Pasó algo?
- Sí, que tengo hambre.
- Está bien, jefe, aquí te espero.
- Muy bien, no te comas nada eh.
- No, no.
Terminé la llamada sonriendo y dejé el móvil a un lado, concentrándome sólo en hacer la comida. Hasta que sonó la puerta y al abrir, allí esta él, ofreciéndose a ayudarme en la cocina.
- ¿Cuándo volverá Pedro?
- Ni idea, que yo sepa por ahora no puede venir ni yo a España, así que...
- Pero, están bien, ¿No?
- Claro.
- Menos mal, hacen buena pareja.
Le sonreí como respuesta y terminamos de cocinar. Él preparó la mesa y yo llevé las cosas, sentándonos a hablar y a comer como en los viejos tiempos. Terminamos y nos sentamos juntos en el sofá.
- ¿Te vienes al hospital mañana?
- Tengo un evento con el equipo, ¿No te lo dije?
- Se me olvidó.- sonrió, cambiando de canal de televisión.-¿Ya tienes todo?
- Sí, fui antes con Pablo.
- Luego me lo enseñarás, ¿No?
- Claro, y tú, ¿No tienes guardia hoy?
- Sí, otra vez a jugar a las cartas con Luka.
- Se ganará, siempre lo hace.
- Es un profesional, no vale.
Reí y él me sonrió, levantándose repentinamente del sofá y despareciendo durante uno segundos. Al volver llevaba algo en las manos, una Play.
- ¿Y eso?
- La traje de casa, es que sin ella me aburro contigo.
- No eres el único.
Los dos reímos y miré como él la colocaba y encendía, sentándose a mi lado y dándome uno de los mandos. Yo elegí al Torino y él a la Roma, ganándome. Pero después, jugamos un clásico como revancha y gané esta vez yo.
- Buena esa.
- Gracias.- entonces, sonó su móvil y él contestó mientras preparábamos todo para otro partido.
- Era Julia, quiere que vayamos luego a su casa, también estarán allí Matteo y Alexandra.
- ¿Y quiénes están el hospital?
- Pues Danielle y Luka.
- Es verdad...bueno, pues vamos.
Él asintió y volvimos a jugar, quedando empate esta vez. Un partido más y nos levantamos, él para lavar los platos mientras yo buscaba y guardaba mis cosas.
- Estoy lista.
Dije al ponerme la chaqueta y él se levantó de una de las sillas de la cocina. Salimos de casa y fuimos caminando hasta la de Julia, saludándoles a todos al entrar y sentándonos en el salón, compartiendo conversaciones y cervezas hasta que Marco se tuvo que ir para prepararse para la guardia.
Yo también me despedí y salí de allí para ir de vuelta a mi casa, acompañándome él. Nos despedimos en la puerta y cuando lo vi algo lejos de mi casa, abrí y cerré la puerta a mis espaldas.
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¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)
FanfictionNuevas aventuras, una familia con una nueva vida junto a su hijo y el bebé que crecía en la tripa de Gio, la chica Dybala. Pero como el refrán dice, no es oro todo lo que reduce, porque también era una familia con nuevos problemas. Todos esos nueve...