Desde que aquello pasó, habían transcurrido ocho meses, así que yo estaba en mi última fase de mi embarazo. Ya estábamos en Madrid y Alicia se vino con nosotros, por lo tanto, Paulo ya se había despedido de la Juventus y yo ya salía con Sofía y veía más a menudo a mi familia española.
Ahora estaba caminando hacia la casa de Sofía, había quedado con ella para ir al centro comercial. Había dejado hace unos minutos a Lucas en sus clases de teatro y Zoe estaba con su abuela Alicia y su padre en el entrenamiento.
- Hola.
- Cada día más gorda.- dijo abriendo la puerta.- ¿Nos vamos?
- ¿Y los niños?
- Con su padre.
Asentí y dejé que ella saliera de casa, empezando a caminar hasta encontrarnos con un taxi que nos llevaría hacia el Xanadú, el centro comercial de Madrid. Mirábamos los escaparates y hablábamos, hasta que me choqué con alguien.
- Oh, lo siento por...
- No es nada.
Me quedé paralizada cuando sus ojos se encontraron con los míos y a él le ocurrió lo mismo. Tenía el pelo un poco más corto, vestía con una camisa negra, unos pantalones del mismo color y zapatos blancos y negros, además de una chaqueta vaquera. Estaba algo más alto, más robusto, aunque a mí me parecía que no había cambiado en nada.
- Gio...
- Pedro.- sonreí levemente.- Hola.
- Cuanto...tiempo.
- Sí.
- Y tanto.- dijo Sofía y la miré con el ceño fruncido, haciendo que ella levantara los brazos en defensa propia.
- ¿Qué haces en Madrid?
- Volví a España.
- Y veo que acompañada.- dijo desviando su mirada a mi barriga y yo sonreí levemente.- ¿Paulo?
- Sí.
- Estaban hechos el uno para el otro.
- ¿Y tú? ¿Qué es de tu vida?
- Bueno, dejé el trabajo anterior por otro que me dejaba más tiempo para mí y también estoy con una chica.
- ¿Así?
- Sí, aquella.- señaló atrás de nosotros y pude ver a su nueva novia. Una chica alta, aunque un poco más baja que él, rubia y de ojos verdes.
- Hola, cariño.- dijo ella cuando llegó hacia nosotros, dándole un pequeño beso que no pude evitar que me sorprendiera.
- Ella es Gio.
- Oh...Gio.
- Le hablé de ti.- me dijo Pedro y yo abrí un poco la boca, nunca me había encontrado en esa situación, solo cuando Paulo salía con Antonella.
- Yo soy Isabel, encantada.
- Igualmente.- la sonreí y miré a Sofía.- Bueno...nosotras tenemos que irnos ya.
- Podríamos hablar algún día de estos.
- Podríamos.
- Ah, y felicidades.
- Gracias.
La pareja se dio la mano y se despidieron, siguiendo su camino mientras que yo intentaba procesar todo en mi cabeza, dejando que Sofía se riera.
- Bueno, ¿Qué? ¿Nos vamos?
- Nos vamos, nos vamos.
Sofía rió negando con la cabeza y seguimos caminando. Entramos en varias tiendas antes de decidir que era hora de irse. Volvimos en taxi hasta la academia de Lucas, donde en media hora tendría que salir. Y a la espera de ello, Sofía y yo pasamos ese tiempo en una cafetería cercana.
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¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)
FanfictionNuevas aventuras, una familia con una nueva vida junto a su hijo y el bebé que crecía en la tripa de Gio, la chica Dybala. Pero como el refrán dice, no es oro todo lo que reduce, porque también era una familia con nuevos problemas. Todos esos nueve...