- Hoy nos vemos en tu casa, ¿No?
- Sí, cenamos allí todos, incluso con los tíos y abuelos.
- Ala, entonces Pedro va a conocer a toda la familia.
- Sí.
- Bueno, luego hablamos, que por aquí me reclaman para ls tareas.
- Ciao.
- Ciao.
Terminé la llamada y salí de la cocina para ir al salón a ayudar a Lucas y Zoe con las tareas del colegio y después, cuando terminaron, se quisieron unir a mí y a mi madre para ayudarnos con las tareas de casa.
Cuando terminamos, yo salí a dar una vuelta por Madrid con ellos dos, enseñándoles la ciudad que aún no habían conocido del todo. Fuimos al Retiro y por ahí nos quedamos dando vueltas hasta que llegó la hora de comer.
Volvimos a casa y ayudé a mi padre a poner la mesa, al parecer él también había hecho la comida así que sería algo italiano. Terminamos y Zoe se durmió a la siesta, mientras que Lucas se quedó con sus abuelos viendo una película animada, Mulán. Y yo salí a comprar con Sofía, que también iba con Griezmann y los gemelos.
Fuimos al Xanadú, el centro comercial de Madrid, y poco después vino Dante con Lucas y Zoe, que querían estar conmigo. Merendamos todos juntos allí y luego salimos por fin del centro comercial, yendo hasta mi casa y despidiéndonos de ellos.
Los chicos se fueron a duchar y a preparar para la cena y luego fui yo, saliendo y bajando las escaleras con una sudadera crop top gris oscura, unos pantalones ceñidos y rotos por las rodillas negros y unos botines, dejando mi pelo suelto, pintándome la raya del ojo y los labios de color morado oscuro.
- Ya estoy.
- ¿Hablaste con Pedro?
- Le mandé la dirección.
Dante asintió y levantó a Zoe en brazo, que iba con un vestido blanco y unas zapatillas negras y blancas, además de las medias también blancas y su abrigo. Yo fui detrás de Lucas, que tenía una camisa blanca, pantalones y zapatillas también de ese color y su abrigo azul oscuro. Cogí mi chaqueta y salimos todos de casa, subiéndome con Dante y los niños en su coche y mis padres se subieron en el suyo.
Llegamos a casa de Dante y él y yo empezamos a hacer la cena mientras los invitados llegaban. Los chicos jugaban con sus primos y a veces venían a ver qué hacíamos.
- Ya debería de estar aquí.
- ¿Quién?- preguntó Dante limpiándose las manos.
- Pedro.
- Llámale, quizá hay un atasco o no pudo venir.
Me limpié las manos con el delantal y saqué el móvil del bolsillo, asomándome a la ventana y viendo como llovía mientras sonaban los tonos.
- ¿Sí?
- Soy Gio, ¿Dónde estás?
- Ya llego, estoy en un semáforo.
- Nos vemos aquí, adiós.
- Adiós.- terminé la llamada y me giré, viendo a mi hermano con una cara de confundido.
- ¿Os pasa algo?
- ¿A Pedro y a mí? No, ¿Por qué?
- No sé, me pareció.
Suspiró y siguió terminando de hacer el postre, es decir, la tarta de chocolate y fresa. Le ayudé hasta que el timbre sonó, entonces me limpié las manos, como siempre, y fui a abrir, encontrándome a Pedro mojado.
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¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)
FanfictionNuevas aventuras, una familia con una nueva vida junto a su hijo y el bebé que crecía en la tripa de Gio, la chica Dybala. Pero como el refrán dice, no es oro todo lo que reduce, porque también era una familia con nuevos problemas. Todos esos nueve...