Capítulo 75

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- Hoy nos vemos en tu casa, ¿No?

- Sí, cenamos allí todos, incluso con los tíos y abuelos.

- Ala, entonces Pedro va a conocer a toda la familia.

- Sí.

- Bueno, luego hablamos, que por aquí me reclaman para ls tareas.

- Ciao.

- Ciao.

Terminé la llamada y salí de la cocina para ir al salón a ayudar a Lucas y Zoe con las tareas del colegio y después, cuando terminaron, se quisieron unir a mí y a mi madre para ayudarnos con las tareas de casa.

Cuando terminamos, yo salí a dar una vuelta por Madrid con ellos dos, enseñándoles la ciudad que aún no habían conocido del todo. Fuimos al Retiro y por ahí nos quedamos dando vueltas hasta que llegó la hora de comer.

Volvimos a casa y ayudé a mi padre a poner la mesa, al parecer él también había hecho la comida así que sería algo italiano. Terminamos y Zoe se durmió a la siesta, mientras que Lucas se quedó con sus abuelos viendo una película animada, Mulán. Y yo salí a comprar con Sofía, que también iba con Griezmann y los gemelos.

Fuimos al Xanadú, el centro comercial de Madrid, y poco después vino Dante con Lucas y Zoe, que querían estar conmigo. Merendamos todos juntos allí y luego salimos por fin del centro comercial, yendo hasta mi casa y despidiéndonos de ellos.

Los chicos se fueron a duchar y a preparar para la cena y luego fui yo, saliendo y bajando las escaleras con una sudadera crop top gris oscura, unos pantalones ceñidos y rotos por las rodillas negros y unos botines, dejando mi pelo suelto, pintándome la raya del ojo y los labios de color morado oscuro.

- Ya estoy.

- ¿Hablaste con Pedro?

- Le mandé la dirección.

Dante asintió y levantó a Zoe en brazo, que iba con un vestido blanco y unas zapatillas negras y blancas, además de las medias también blancas y su abrigo. Yo fui detrás de Lucas, que tenía una camisa blanca, pantalones y zapatillas también de ese color y su abrigo azul oscuro. Cogí mi chaqueta y salimos todos de casa, subiéndome con Dante y los niños en su coche y mis padres se subieron en el suyo.

Llegamos a casa de Dante y él y yo empezamos a hacer la cena mientras los invitados llegaban. Los chicos jugaban con sus primos y a veces venían a ver qué hacíamos.

- Ya debería de estar aquí.

- ¿Quién?- preguntó Dante limpiándose las manos.

- Pedro.

- Llámale, quizá hay un atasco o no pudo venir.

Me limpié las manos con el delantal y saqué el móvil del bolsillo, asomándome a la ventana y viendo como llovía mientras sonaban los tonos.

- ¿Sí?

- Soy Gio, ¿Dónde estás?

- Ya llego, estoy en un semáforo.

- Nos vemos aquí, adiós.

- Adiós.- terminé la llamada y me giré, viendo a mi hermano con una cara de confundido.

- ¿Os pasa algo?

- ¿A Pedro y a mí? No, ¿Por qué?

- No sé, me pareció.

Suspiró y siguió terminando de hacer el postre, es decir, la tarta de chocolate y fresa. Le ayudé hasta que el timbre sonó, entonces me limpié las manos, como siempre, y fui a abrir, encontrándome a Pedro mojado.

¿Qué se siente al ser eterno? (Paulo Dybala)Where stories live. Discover now