Cayendo en el Deseo

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"Injusticias II"

Es increíble el trabajo que se junta con unos días estando fuera, tengo el triple y estoy echa un lío sin saber por donde empezar primero. La secretaria de Daniels solo vive paseando por la oficina meneando sus curvas, debería contratar a alguien mas capaz.

Sorbo un poco de café en mi taza favorita desde que me la regalo Héctor. Unos golpes en mi puerta me distraen de los quehaceres. En el umbral aparece una mata castaña.

—Daniels...— muerdo mi mejilla interna — pasa.

—Por favor, ya te he dicho que me llames Jacob — musita. Toma asiento. Le da un vistazo al lugar antes de reparar en mi — te traje un poco mas de trabajo, espero no te moleste — sonríe — aun no consigo que la nueva secretaria se adapte a tanto trabajo.

—Si — arquea una ceja — me molesta, si la nueva secretaria no da el ancho en su trabajo se consigue otra.

Deja escapar una carcajada.

—Katy...katy...katy..no estaba preguntando — enancha su sonrisa por su rostro — no querrás que Luis se entere de tus relaciones...¿Como decirlo? Privadas.

—Eso es lo que son, privadas — siseo con desdén — como las tuyas con su novia...¿como se llama? Ah si Eliza.

—Ya te dije...no es tu asunto — da un golpe a la mesa.

—Tampoco mi relación con Héctor — finjo una sonrisa.

Sus manos se aferran al borde de la silla.

—No tienes pruebas.

Abro el primer cajón de la derecha saco un sobre que pongo en el escritorio. Con un gesto le invito a tomarlo. Le coje curioso. Se le ensombrece el rostro, muerde su labio con tanta fuerza que por poco le corta con los dientes.

—No son las únicas — apunto al verle romper cada una de las fotos.

—¿Me amenazas?

—No — me encojo de hombros — solo desde ahora haces tu trabajo, si la secretaria no se adapta no es mi problema y lo resuelves tu mismo ¿estamos? — tuerce el gesto.

Las mejillas están rojas de la sangre que circulan en ellas, esta muy molesto. De pronto y sin esperarlo comienza a reír como si se tratara de un chiste de mal gusto.

—Entiendo...— se pasa la mano por la barbilla — ahora lo hago.

Frunzo el ceño. Se pone de pie y se aleja con una enorme sonrisa jugueteando en su cara. Este tipo esta completamente loco.

Se abre la puerta y noto a Frank entrar.

—Necesito hablar — asiento.

Se pasea observando detenidamente el lugar.

—Sientate — le señalo — no creo que hayas venido a revisar lo ecológico que esta el lugar — intento bromear con la única planta que yace en una esquina.

—Lo lamento — dice apenado — por lo del otro día.

—A mi no debes pedir disculpas.