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"Nadie es lo que parece"

Los ojos negros de Hector me miran expectantes, una de sus rodillas esta en el suelo y puedo percibir que aguanta la respiración esperando una respuesta positiva a su proposición. Parpadeo saliendo de mi estado petrificado, y dejo de observarle para notar el anillo en la caja que esta en una de sus manos.

—Si — asiento con las lágrimas empañando mi visión. Un suspiro grupal se escucha al unisono — si quiero casarme contigo y compartir todo lo que has dicho.

Con una enorme sonrisa en el rostro se pone de pie y me da un beso en los labios, se aparta lo justo para colocarme el anillo en el dedo, después se lo lleva a su boca depositando una cálida caricia. Nos abrazamos y los aplausos por parte de los invitados se hacen presentes.

Mi barriga de cinco meses empieza a hacerse notoria cada día que pasa, hoy aparenta ser mas grande de lo que es gracias al vestido simple en un azul claro que me he puesto. Mis padres nos felicitan a ambos al igual que Black, Eliza, Emilia junto con su esposo Fernando, la madre de Hector y su primo Santiago, cuando le vi me quede ojo-plática al reconocer que es el mismo hombre que me ayudo cuando salí de esta misma casa hace cinco meses. Tal parece que Hector le mando para cuidarme a que no me pasara absolutamente nada.

Todos pasamos un rato agradable en el área de la piscina, mientras esperamos a que sirvan la comida. En los dias que han pasado después de mi secuestro he estado mas tiempo en familia, apreciando cada momento porque se que no se repetirán. Aun me falta arreglar una cosa mas, Hector se a mostrado hermético en lo que respecta a su mejor amigo, por lo poco que he podido sacarle a Eliza lo ha sido desde que eran unos críos, lo que me lleva a no poder creer que no lo conozca y que el se reuse a arreglar las cosas, aunque no lo dice se que le hace falta. ¡Por dios! una persona asi no se puede simplemente olvidar. Todo esto me recuerda a Yulia, que no se ha dignado a venir a verme. 

Unos brazos me rodean por la espalda, pegándose a mi cuerpo, noto el bulto dentro de sus jeans ajustados. Suelto una risita pegando aun mas mi culo a su miembro que palpita al sentirme cercana.

—¡Joder! — maldice en voz baja — con este trasero tuyo restregándose deliciosamente y con los recuerdos del jacuzzi frente a mi, mmm...se me antoja desnudar tu cuerpo y volver a follarte como aquella vez.

—¡Calla boca sucia! — le reprendo en fingido tono reprobatorio.

—Eso es de Harry Potter y lo haz dicho mal, lo correcto es sangre sucia — provoca que sonría como boba — escapemos un rato a mi habitación — ronronea mordiendo el lóbulo de mi oreja.

Justo cuando voy a responder me arrastra hasta el vestíbulo, entre risas nos encaminamos a las escaleras. Hector me sorprende besando mi cuello y rodeando mis pechos que debido al embarazo están mas sensibles y enormes. Susurra algo como que no puede esperar, que mejor en su despacho. Sus pies guían los mios hasta una superficie dura, gira la perilla abriendo esta. Nos adentramos quitando mi vestido que estorba, en el momento sus dientes se aferran a la tela de mi sujetador bajándole y en el proceso roza con ellos mi pezón, me arqueo para ofrecerle mas a su deleite. El timbre resonando en la estancia nos aparta de golpe arruinando el momento que teníamos.

—¡Que extraño! no esperaba a nadie mas — una v se forma en su frente gracias a la expresión que pone.

—¡Yulia! — chillo incorporando las prendas en su lugar. Se que estoy cortándole por completo pero, prometo que lo compensaré mas tarde.

Al abrir la puerta me quedo muda, mi cara a palidecido y ya no tiene la enorme sonrisa con la que tire de la perilla. Esta parado en el umbral con una enorme sonrisa jugueteando en su estúpido rostro.

Cayendo en el Deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora