Cayendo en el Deseo

51 - Capitulo E

HECTOR

"Falsas expectativas"

Han pasado dos semanas desde la ultima vez que vi de frente a Katia, fui a buscarle, necesitaba una explicación lógica para dejar de quebrarme la cabeza pensando el porque de sus acciones. Albergue dentro de mi una pequeña esperanza de que todo tuviese lógica, que tal vez acepto de nuevo el puesto por alguna clase de obligación, un contrato firmado, algo, lo que fuera. Con esas ideas en mente decidí ir a buscarle a pesar de que mi hermana trato de convencerme que estaba equivocado y estaba siendo un completo irracional incluso que pensaba con la cabeza del miembro y no con la que debería hacerlo. A pesar de ello fui para encontrarme con la mas horribles decepciones; ella abrazada de su mejor amigo - Frank - aferrada a el, ambos absortos de su alrededor. No pude mas y aparte la mirada para luego marcharme lejos de aquello que lastimo aun mas mi dolido corazón.

Descubrir que estaba bien y que no le hacia falta alguna, que no hizo nada en buscarme y explicar lo sucedido me hizo entender de una vez por todas que no fui lo mismo que ella para mi. Tal vez todas esas veces que me acuso de robar información era una simple actuación - para que le creyera, por supuesto- como todo lo demás seguramente. Al regresar al apartamento Eliza estaba esperándome con cara de "te lo dije". Me limite a esconderme en la biblioteca e intentar trabajar, distraer mis pensamientos para que ella no los invadiera por completo. Me sentía destrozado, usado.

Mi primo Santiago vino a visitarme dias después y saber si habíamos arreglado las cosas, obtuvo la respuesta en cuanto noto mi mala actitud hacia todo y contra lo que fuese. Me contó casualmente que la había visto pasear por Mesqui, fingí que no me importaba en el momento, pero las dudas del porque estaba allí de nuevo en el pueblo encendieron mi sistema de alarma. La mañana del día siguiente le pregunte con aburrimiento - que no sentía-  a Eliza al respecto, lo que me respondió me dejo con mas dudas, Katia ya no estaba trabajando. Algo en mi pecho se removió violentamente, sabia lo que significaba aquello. Ella había renunciado, seguro porque les dijo que lo nuestro estaba finalizado y por consecuencia no obtendrían nada mio, asi que ellos prescindieron de sus servicios. Le pedí a mi hermana que investigara el porque, al principio se molesto muchísimo, después dijo que no quería verme sufrir cada vez que se le mencionaba o que anduviese todo el tiempo como un acosador tras de ella. Con ese argumento le dije que si antes sabia lo que paso mas pronto podría superarlo, finalmente acepto refunfuñando y de mala gana.

Seguía siendo ante todo a la primera mujer que dejaba a entrar en mi vida, en mis pensamientos y en mi corazón, después de...de Clara, por supuesto. Desde el momento en que llego se adueñó de mis sonrisas, mis pensamientos - incluso los no pecaminosos- de todo, y eso me descolocó en un principio sintiendo celos irracionales que me encargue de ocultar a base de juegos eróticos - no pretendía asustarla - la adore por lo que era y por lo que no también, joder no podría sacarla nunca. En un impulso tome la palabra de mi primo sobre llamarlo cuando necesitara algo, le coge después del tercer timbre. 

—¡Hector! voy hacer una fiesta de te y no voy a invitarte — Canturrea con su habitual sentido del humor. Ruedo los ojos y le escucho reírse  — te conozco y se que elevaste los ojos al cielo...¿a que se debe el placer de tu llamado primo?

Estoy a punto de arrepentirme y soltar cualquier cosa que me saque del apuro, pero soy consciente de que si lo hago como un cobarde no me lo perdonaría nunca, me la viviría entre reproches toda la vida. Suelto un suspiro rendido a escuchar sus risas.

—Pedirte un favor — escucho un leve mmm, pero se que esta riéndose por dentro, incluso podría apostar porque esta reprimiendo una enorme sonrisa en su rostro —¿Aun estas en Mesqui?

—Claro, ¿Que necesitas que haga? ¿que me convierta en un acosador y te diga todo el tiempo lo que hace? — bromea adivinando la causa de mi llamada — lo que gustes, aun me quedare aquí un mes entero, puedo quedarme mas.