"En casa"
Patinan las ruedas de la maleta por el suelo del aeropuerto. De lejos identificó una mata grisácea de un hombre maduro con un enorme letrero que dice Katyta, sonrió ante el recuerdo de mi hermana tratando de decir mi nombre sus primeros años. Doy un salto y rodeo sus piernas, me acoje en sus brazos y tengo que muerder mi labio fuertemente para no soltar el sollozar.
Lágrimas resbalan por mis mejillas manchando con ellas su playera blanca de rímel. Inhaló profundo impregnandome de su perfume tan característico y me siento protegida.
—Eh...Katyta tu madre estará celosa de que solo yo obtenga tu atención — se aparta y me sostiene de la barbilla.
Sorbo por la nariz, desvío la mirada por detrás de el, una mujer de cabello castaño canoso me sonríe, como extrañaba a mi madre. Llorosa viene hacia aqui y me abraza. Gimoteo gustosa.
—Vamos a casa — dice mi padre.
Se hace el fuerte cargando con mis maletas dejándome solo con la jaula de Pelusa quien esta algo irritable. En la camioneta nos dirigimos al pueblo que esta todavía a hora y media de camino.
Pasado el rato observo por fin el campanario de la iglesia, ya tan solo faltan unas pocas cuadras para llegar a mi casa. Todo sigue igual, los caminos de piedra, las ancianas asomándose por las ventanas cotillando lo que ocurre fuera, los pajarillos cantando melodícamente dentro de sus jaulas, el zapatero silbando, la campanilla del hombre de los helados esperando por los pequeños a la salida de clase. Se siente como hogar, huele como este.
La ultima casa es la de nosotros, con varios metros de terreno rodeado de árboles frutales, un patio lleno de rosas y una vieja casa del árbol. Saco a mi gata y la dejo en el pórtico, se de ante mano que ira a dar al granero su lugar favorito para dormir en medio de la paja.
—Katy...— chilla mi hermana bajando las escaleras.
Se abalanza sobre mi y por poco caemos al piso, a no ser por mi padre que nos detiene riendo. Mi madre ha corrido a la cocina y viene de regreso con agua fresca y un pico de gallo.
—Estaremos arriba — mascullo mientras cojo una rebanada de pepino.
Llegamos al tercer piso, ¿si ha una habitación se le puede llamar piso? El cuarto posee dos camas individuales alineadas perfectamente y vestidas de igual manera. Exactamente como lo recuerdo, no ha cambiado nada aun cuando ya vivo en otro lado muy lejos de aquí.
Mi hermana sonríe, se le ve vibrante, sus ojos azules igual a los de mi madre enmanan entusiasmo que supongo que mas por mi llegada es por su boda.
—Ah...Katy...tenia tantas ganas de que vinieras — le brillan las pupilas. Parpadea alejando las lágrimas.
—No...no...no llores.
—Perdon, estoy muy sensible estos días — se aparta el líquido que resbala. Da un pequeño gimoteo — estoy ansiosa por ser su mujer.
—Me imagino — en un impulso le abrazo fuerte.
—Fernando es todo lo que soñé — musita. Una pequeña sonrisa se me escapa — ¿que tal tu?
Niego con la cabeza. Su animo decae, pero no pregunta, lo cual agradezco.
—Emi...siento que por fin encontré al hombre que me vuelve loca — susurro. Aprisiono mi labio — no se como actuar, ni que pensar, ni como manejarlo.

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Cayendo en el Deseo
Romansa"Si el amor te ha llegado como un huracán, dejando destrozos de tu corazón por doquier, entonces ha valido la pena amar" 14/Mayo/18 #112 Fantasía - #12 erótico - #285 novela juvenil 21/Mayo/18 #21 Fantasía - #90 erótico - #78 Novela juvenil 16/Jun...