Cayendo en el Deseo

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"Sorpresa"

Tres meses después...

En esta época del año los vientos azotan a Mesqui con fuerza, por eso estoy envuelta en un suéter de punto mientras espero a Hector fuera del edificio donde trabajo. Tengo exactamente dos semanas sin verlo y eso me a tenido estos últimos dias mas que nerviosa, ansiosa. Hace tres meses que vino a buscarme cuando se entero del embarazo, tras nuestra platica decidí esperar un tiempo para ambos, asi que por ahora solo compartimos algunos momentos los fines de semana en los que vuelve para ver el progreso del bebé y cerciorarse por el mismo que todo vaya bien en el embarazo. Pero hoy se que es diferente, lo he anhelado todo este tiempo y no puedo esperar mas para verle arrogarme a sus brazos y responder a esa pregunta que ignore aquella vez.

Flashback...

Sentada en el sofá que tenia en mi apartamento con Hector al lado que soba su estomago por el dolor que le provoco comer tanto, no lo culpo yo estoy igual en este momento, entre los dos no devoramos nada mas y nada menos que dos kilos de alas.

Los músculos de mis hombros se tensan al igual que la de las piernas en el momento que se remueve hacia aquí acortando la distancia disimuladamente. Gesto que me tragaría por completo a no ser por que ya lo ha hecho tres veces antes. Le doy una mirada cargada de irritación, prometió darme espacio y esto es romper con esa promesa. Alarga la mano y estoy a punto de alejarme y decir una sarta de cosas impropias de una señorita pero mi boca se queda suspendida al notar sus dedos acariciar mi vientre por encima de la tela. El lívido en mi se derrite mojando mis bragas en el proceso, este acto no es para nada sexual de su parte, pero al parecer mi cuerpo no lo entiende de ese modo.

—¡Katia! — dice en tono de advertencia al darse cuenta de mi expresión — se me esta dificultando el mantener amarradas mis manos y lejos de ti, por favor deja de verme asi — asiento. Siento el movimiento en mi garganta cuando paso saliva por ella. Intento borrar cualquier gesto de excitación — gracias — sus dedos se aferran a dobladillo de mi blusa y se cuelan por la tela, respingo por el frío en ellos, me da una sonrisita tímida.

Por lo que me parece una eternidad nos quedamos asi, el con su mano en donde capaz hacia dentro se encuentra nuestro bebé protegido y creciendo. Por fin se disolvía la tensión que se había instalado desde hace algunos dias cuando salí del consultorio con la hoja con análisis en la mano donde decía positivo, que estaba de cinco semanas. Quede en shock, se que algunas veces no llegamos a cuidarnos pero estaba segura que no había problema porque no estaba en mis dias fértiles, asi que analizando las cosas llegue a la conclusión de nuestro encuentro en el jacuzzi, el ultimo que tuvimos de ese tipo fue en donde quede preñada, con lo pasado ese día y los que le siguieron después me olvide de cualquier método y de que no usamos protección.

El sueño comienza a vencerme obligando de a poco a mis párpados cerrarse. Vagamente soy consciente de que unos brazos me rodean la cintura y me levantan, segundos después estamos en camino. Mi cuerpo es dejado delicadamente en algo suave, quiero abrir los ojos pero se han vuelto pesados de pronto, un balbuceo sale de mis labios en el instante que soy cubierta por una cobija cálida. Creo por un momento que se ira, el pánico se apodera de mi e intento incorporarme, aun no hablamos. Su brazo me recuesta nuevamente, hundiendo el colchón a mi lado, se recuesta y me atrae hacia el, solo allí me dejo vencer. 

A la mañana siguiente me levanto desorientada y completamente sola en la cama, mi pecho se desinfla al instante. La puerta es abierta bruscamente dejando a mi vista a Hector aun con los vaqueros y su camisa negra, a no ser por pequeñas arrugas en ellas pensaría que no descanso, una bandeja llena de comida entre sus manos. El desayuno, se ve magnifico a pesar de levantarse temprano para hacer todo aquello.