Cayendo en el Deseo

21

"Pesadillas"

Me aferro al borde del ascensor para no caer.

—Te sugiero que trabajes duro en la presentación, es la primera vez que haces una, así que es una gran oportunidad — comenta.

Se abren las puertas y salimos al pasillo, me entrega los papeles,e observo alejarse hasta su oficina, dejo escapar un suspiro, rápidamente me dirijo lejos del ojo de todos, ya en soledad, saco la revista que anuncia Beckahm y ¿su nueva conquista? Busco la página 26.

Llevó a mi boca una de mis manos ahogando un gemido, soy yo....de la mano con Beckham justo después de dejar los esquíes que rentamos, otra donde el me abre la puerta, y una más besándonos justo para entrar a su coche, el artículo dice: Ha sido captado uno de los empresarios del momento, Beckham acompañado de una mujer desconocida, es la primera vez que se le ve con ella, pero tal parece que es su nueva conquista ya que se encontraban paseando y desbordando su amor entre besos y risas.

—¡Mierda! — musitó.

Lo bueno que la he robado antes de que mi jefe la viera, no lee revistas a si que esperó que no note la falta de estas, en cuando a Daniels estuvo apunto de descubrirme, el es muy astuto y del que más debo cuidarme, de lo contrario demandara mi cabeza.

A la hora del armuerzo platico animadamente con Frank quién ha llegado a sentarse, no veo a Yulia por ningún lado.

—Frank ¿somos amigos?

Deja en el aire el sándwich y me mira con una ceja arqueada.

—Supongo — se encoje de hombros.

—Entonces, ¿me dirías si hay un problema con Yulia? — cuestionó.

—Te lo diría — da un mordisco — pero no hay problema.

Una mata rubia entra a la cafetería, nos observa a ambos la saludo con la mano, tras unos minutos camina hacia acá, por un momento pensé que huiría.

La camarera toma su pedido rápidamente.

—Tengo mucho trabajo — comenta Frank. Da un sorbo a su bebida terminándola — las dejo solas.

Sin esperar la cuenta va directo a la caja y paga. ¡¿Eso no es tener problemas?! Yulia parece absorta mirando la puerta por donde ha salido el castaño.

—Hace mucho que no tenemos una noche para nosotras — mascullo — que te parece hacer una, para mañana claro, ya que hoy tengo que enfocarme en una presentación para el viernes.

—Claro. ¿Y de que va la presentación? — pregunta curiosa.

—Para calmar a los clientes — digo antes de que pueda darme cuenta.

No sé si puedo decir esto con alguien, pero Yulia no creo que sea problema en cuanto no lo comente con nadie.

—¿Calmarlos? ¿Porque?

—No lo sé — me encojo de hombros.

—Debe estar mal la situación.

Frunzo el ceño, ¿desde cuando le interesa a Yulia lo que hago en el trabajo? Jamás había estado preguntando tanto, siempre nos limitábamos a ofender a Daniels por idiota.