Cayendo en el Deseo

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"Sensaciones de Olvido"

Su semblante se ensombrece, pasa su mano por su barbilla, esta muy serio, se pasea de un lado a otro. Un silencio entre ambos y es la primera vez que me resulta incómodo, quiero saber lo que piensa, lo que siente.

—¿Di algo? — pido con la voz entrecortada.

Suspira duramente y suelta relajando los hombros, y en lo que me parece una eternidad toma asiento en un sofá junto a mi.

—No sé como ayudar — comenta —¿Quién es?

—¿Para que quieres saber? No los conoces.

Se encoje de hombros.

—Tal vez para esperarlo a la salida y golpearle por dejar a mi chica en ese estado — ¡Joder!  Una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro — ¿Que? — pregunta burlón.

—Acabas de decir chica — un ardor sube a mi rostro.

—Si, lo he dicho, ya que lo eres — me da un leve beso en mi frente.

Pega su rostro al mío, sus manos se aferran a mis mejillas obligándome a ver lo negro de sus ojos y lo oscuros que se vuelven a medida que sube el ardor.

—Mi chica.

Ya no puedo mas, me abalanzo a sus labios recorriendo con intensidad cada centimetro, solo nos separamos por milésimos para tomar un poco de aire entre beso y beso, respondiendo con la misma ímpetu, como puedo me subo ahorcajadas en su regazo, gruñe bajito al sentir mi sexo rozar con su erección, me siento en extremo mojada y necesitada de sus caricias.

—Espera — me aparta un poco — dulzura, tenemos que terminar de hablar.

—No — gimoteo — no ahora, te necesito.

Respira ruidosamente afectado por mis palabras. Trata de calmarse y hablar, pero en este momento es lo que menos deseo.

—Ya, pero...quiero que me lo cuentes todo — me aferro a su saco y lo atraigo a mi boca —me vas a matar si continúas así.

Ya no se aleja, más bien me atrae con fuerza a su pecho, mi sexo roza su erección una y otra vez, palpita debajo de mi, no tenia consciencia de cuanto anhelaba esto, estar así con él.

En un rápido movimiento de su parte quedo bocaabajo en el sofá, se incorpora, me extiende una mano, que acepto gustosa, me ayuda con un tirón a levantarme mi pecho pega con el suyo, aparta mi cabello del rostro y lo sostiene sobre mi nuca, ambos mirándonos intensamente, su boca reclama la mía y me hace suya con tan solo un beso exigente.

Vamos entre tropiezos a la habitación, dejando un camino de ropa desde la sala, semidesnudos nos deseamos, como nunca antes lo habíamos experimentado.

Sus dedos se aferraron a la única prenda que tengo baja esta por mis muslos y dejándola sobre el suelo donde acompañan después sus boxers, inesperadamente me gira pegando su erección contra mi espalda baja, sostiene mi cabello en una coleta y me obliga a ladear la cabeza, dejando total libertad en mi cuello, succiona suavemente mi lóbulo, el deseo liquido dentro de mi se acumula, traza un camino de besos por mi cuello hasta mi hombro con pequeños mordiscos,  una mezcla embriagadora de rudez y delicadeza que solo él es capaz de proporcionarme.

Me guia hasta tumbarme boca abajo sobre la cama, detrás de mi pasa dos de sus dedos por mis pliegues, abro para él y sus caricias, mi respiración agitada igual que la suya.

Introduce ambos dedos tensando mis músculos que los reciben con apremio, mueve en un circulo en lo mas profundo e íntimo.

—¡Aggghh! — jadeo.

Sigue un ritmo, fuera, dentro, movimiento y fuera de nuevo, la tensión engarrota mis piernas, estoy apunto de manera rápida y sorpresiva.

—Vamos, dulzura, para mi — cierro los ojos fuerte proporcionandole, lo que me pide y ansió.

Me corrí duramente, sus dedos siguen dentro masajeando, mis fluidos escurren por sus dedos, lo que le excita aún más. Segura de mi gruño entre las cobijas haciendo esto más intenso, darle todo lo que yace dentro de mi. Me agito de nuevo y me aferro,  corriendome todavía, los espasmos del clímax no sesan, dejo caer mi cuerpo sobre la cama, temblorosa respiro profundamente.

—¡Estuvo asombroso! Dulzura, ha sido duro — su voz me apremia — ahora me toca a mi, ¿crees que puedes de nuevo?

Asiento vagamente con la cabeza. Escucho romper un envoltorio, no tarda en estar entre mis muslos, me acomoda para él, su miembro en la entrada de mi vagina, y como puedo me abro para recibirlo, me penetra delicadamente, jadeo gustosa.

—Con calma, que no quiero que termine rápido — murmura con la voz pregnada de puro deseo.

Sale lentamente y tarda en entrar, se toma su tiempo, aferrada para soportar sus insinuantes y cautivadoras embestidas, coge un ritmo lento y pausado, me muerdo el labio.

—Por favor...— gimoteo.

Complaciente con mis suplicas se mueve con más rapidez, jadeo agradecida, forma de nuevo una coleta en mi nuca cogiéndola fuerte con una mano y con la otra se aferra a mi cadera, entra tan duro que vacilo hacia delante, cada vez con más ímpetu y yo muevo mi trasero hacia atrás al recibirlo.

—Dulzura — jadea justo en el momento que nos arrastra el orgasmo.

No sé, si nos quedamos minutos o segundos muy quietos, pero algo paso dentro de ese silencio, la calma, la sensación de que todo es demasiado bueno.

Sale de mi con delicadeza, arrastrando cualquier idea en mi mente, me atrae hacia él y besa mi cabello, su mano acaricia mi hombro, como una suave caricia, calmando, mimando.

Abro los ojos, todo esta oscuro, abrumada de nuevo por una pesadilla donde sollozaba. Cierro los ojos en el momento que Héctor enciende la luz.

—Lo lamento — le apaga.

Escuchó sus pasos venir hasta la cama, se tumba a mi lado. Mi corazón bombea con fuerza, un frío sudor en la frente que recuerda el sueño, que ahora se vuelve confuso y lejano, trato de atrapar cualquier cabo que resuelva el enigma, pero se me es inútil, cada vez que siento que se aclara las imágenes se disparcen como hojas de otoño sobre el suelo. Cierro fuertemente los ojos y vuelvo a quedarme dormida pegada a su pecho.

~•~•~

No se si les pasa? Pero a mi me van enamorado Katia y Héctor.

Levante la mano quién quiere más... Voten dulzuras...