Cayendo en el Deseo

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"Intimidante"

Mi barbilla se encuentra rígida pero en ningún momento titubeo en bajarla. Los ojos azules de Daniels se tornan oscuros, una sonrisa se expande en su boca, una irónica y graciosa, soy inconsciente de en que momento se volvió una broma todo esto, tendría que estar preocupado porque no vaya a decirle a Cromwell de lo que he visto.

—No dirás nada — asegura nuevamente.

—Te noto muy seguro, pero...— mascullo — yo no lo estaría, siempre me has tratado como mierda y te aseguro que me muero de ganas por cobrarmelas y hoy tengo la oportunidad.

Afloja su agarre en mi brazo y ríe una risa extenuante, se lleva una mano a su estómago por el esfuerzo.

—¡Vaya! A que no te creía tan valiente, me sorprende — la sinceridad se denota en su rostro — mucho en verdad — asiente como para si mismo — se que no eres una soplona, aunque me tengo que asegurar de que no lo eches todo por la borda.

—¿Ah, sí? — la curiosidad me pica igual que la confusión.

—Sí — afirma — no dirás nada y sabes el ¿porque?....— continúa sin dejarme responder — por que también se tu secreto.

Frunzo el ceño.

—No tengo secretos — seguridad irradian mis palabras.

Niega sonriente.

—Tienes muchos, estoy seguro, pero me es suficiente el saber uno — abro la boca cuando su dedo posa sobre mis labios, callando mis palabras — ¿Crees que soy tan iluso?¿que no lo notaria? — aunque pregunta no deja que responda — cuando se te salieron los ojos al ver la revista que desesperadamente robaste del escritorio de Cromwell ¿Creiste...que no notaría que ocultas algo? — trago saliva — así que tenia que saberlo y fui a tu oficina.

—¿Urgaste en mi oficina? — gruño molesta.

—No soy el único que hace cosas que no debería — se encoje de hombros — además no es como que me acostara con él enemigo y darle información para que robe nuestros clientes.

—Eso no es verdad — replico — que nos acostemos no quiere probar que yo le di información.

Sonríe lentamente hasta expandirla por su rostro.

—¿Solo es sexo? ¿Eso dices?

—Algo así, cosa que no te incumbe.

Asiente pensativo.

—Como a ti el hecho que me acueste con Eliza — le empujo apartándolo de la prisión que me tiene.

—Me importa, resulta que te follas a la novia del jefe — mascullo. Mis tripas se retuercen y el ardor por dentro enardece mis mejillas — y no puedo quedarme callada.

Una pequeña risa se escapa de sus labios, no se si de nervios o fastidio, se pasa uno de sus dedos por la boca.

—Veamos, no estas en condiciones de ir de boca suelta, si lo haces yo también voy hablar, diré que le pasas información a Beckham solo para tener polvos con él.

Un estruendoso ruido resuena después de que mi mano se impactara en su mejilla, sus ojos me miran abiertos, masajea el área con expresión anonadada. Quiero correr pero no puedo huir, no después de verlo tan molesto, ahora seria capaz de delatarme.

Acorta la distancia, mi espalda vuelve a estar pegada en la puerta, sus palmas pegadas al lado de mi cabeza, su mejilla tiene mis dedos marcados, y sus ojos me miran furiosos.

—¿Te incomoda que te digan la verdad? — escupe.

—Ya dije que no le pase información — digo en un susurro.