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"Advertencias"

Petrificada sostengo el documento entre mis dedos, la mirada divaga en las letras que ya hace rato dejaron de tener sentido por lo perpleja que esto me ha dejado. ¡Maldición!. A mi lado noto al castaño  tenso desde que escucho las palabras del hombre delante de nosotros. Elevo el mentón encontrando sus ojos negros un brillo desconocido brilla en ellos, por unos momentos me sostiene la mirada antes de bajarla hasta mi vientre y de regreso.

—No se como te has enterado — habla Black saliendo del shock en el que se encontraba — ni si quiera logro imaginar ¿como es que crees que ese hijo puede llegar a ser tuyo? — dicho eso mi cuello gira bruscamente obteniendo el castaño toda mi atención — es mio.

¡¿Que rayos esta diciendo?!. Desvío la mirada hacia Hector, su cara desencajada me parte el alma. Niega con la cabeza como si lo que escuchara no fuese la verdad, como si se tratara de una vil mentira - lo cual es. Exhala intentando controlar la ira, lo noto por sus manos hechas puños.

—Ambos sabemos que no es cierto lo que sale de tu asquerosa boca, hace un mes Katia y yo aun... — Aclara su garganta con un carraspeo — teníamos algo, varias veces lo hicimos sin protección alguna, y si esta embarazada debe tener mas de un mes, por lo tanto tiene que ser mio — sus ojos divagan hacia todos lados y terminando en mi vientre.

—Es que concebirlo es una cosa — masculla de mala gana — otra cosa es que sea tuyo, ya te lo dije, Katia y yo hemos vuelto — Pero...¿que demonios...? jamas he aceptado volver. Le doy una mirada cargada de irritación. Ignora el gesto deliberadamente — quedamos en que seré el padre de ese bebe le guste a quien le guste.

Su antiguo gesto es remplazado por uno atónito, se pasa la mano por el cabello alborotando este en el proceso. Soy capaz de percibir la angustia en su semblante y me atrevo a decir que también en su postura, ha dejado de lucir intimidante pasando a segundo plano toda esa confianza con la que llego. Su mirada repara en la mia, suplicante me pide que responda, sin embargo no se pero no soy capaz de articular palabra alguna.

—No podrás apartarme de mi hijo, asi hayas decidido sacarme de tu vida para siempre, no voy a permitirlo te lo aseguro — me dice, acto seguido se da media vuelta.

Mas quieta que un tronco le veo alejarse a paso lento hacia un coche oscuro que se encuentra pasando la calle. - Haz algo - me grita mi subconsciente.

—Hector — se paraliza a mitad de su camino al escuchar el grito —¡espera! — unos dedos se aferran a mi codo regresando al lugar que estaba.

—Pero ¿que te pasa? el te hizo sufrir, yo soy quien te conviene — dice agresivamente —¿que no lo ves?...voy aceptarte con un hijo de otro, ¡Joder! ¿acaso no es suficiente? — niega con incredulidad.

Miro por encima de mi al hombre que hasta hace unos meses me daba todo, regreso para ver al que fue mi primer amor, y solo puedo distinguir cuanto a cambiado desde entonces. La arrogancia que emana de el, su egoísmo, la actitud con la que se dirige a mi...eso no es amor, es una obsesión y completa locura si cree que voy agachar la cabeza y reconocer me equivoque cuando es obvio que es otro el que esta mal, no lo quiero cerca de mi.

—¡Sueltame! — exijo jalando mi codo con brusquedad — ya no te amo, eres un despreciable manipulador, dejame en paz, no quiero volver a verte, dejame no sabes como tratar a una mujer — chillo. Su agarre no afloja mas bien lo aprisiona — Juro que si no me sueltas en este instante voy a destrozar tus bolas de una patada.

Cayendo en el Deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora