—James, no empieces...—cubrí ligeramente la zona que señalaba con el cuello de la chaqueta que llevaba, tratando de esconder esa parte avergonzada.
—Solo quiero saber por qué llevas maquillaje ahí—trató de tocarlo pero se lo impedí de inmediato.—como si no supiese que te han dejado una marca ahí...
—¿Qué dices? No inventes cosas—lo observé sorprendida por lo que acababa de decir.—Además, ¿Cómo sabes que es maquillaje y no mi piel?
—Tengo una hermana a la que he ayudado desde siempre con estas cosas. Lo vi hace unos días, pero no estaba tan cerca como para comprobarlo—cogió mi pelo colocándolo por ese lado para cubrirlo mejor .—Y no quieres contarme quién es...—sonrió de manera perversa.—aunque bueno, puedo hacerme una idea del autor...
—Ya, cállate, no vaya a ser que alguien te oiga decir tonterías...—me puse en pie y comencé a caminar alejándome un poco de él.—Mejor ayúdame a encontrarla de una vez.
—Como quieras... Pero vas a contármelo todo a cambio.—sonrió y comenzó a seguirme para alcanzarme.—no creas que voy a olvidarme, ¿eh?
Llevábamos horas buscando a Kate por toda la universidad pero se escondía mejor que un camaleón. Después de estar unos días sin aparecerse por fin había decidido venir a clases, pero en cuanto se cruzaba conmigo empezaba a correr o a fingir que no me había visto y se escondía de mí.
No entendía sus razones para actuar así. Pensé que quizás estaría enfadada conmigo, o no tenía ganas de verme, pero lo descarté de inmediato sabiendo de sobras que no era de las que se ocultaba, simplemente pasaba de largo, como si nada, y lo sabía porque le había visto hacerlo muchas veces.
James me estuvo insistiendo que hablase con ella sobre todo lo que pasaba por mi mente, pues aunque ya lo había hecho una vez, aún tenía mil dudas que necesitaba que fuesen resueltas.
Y lo más extraño de todo era que ya no estaba enfadada, de hecho si me insistía tanto era porque había algo más y necesitaba saber qué era.
—Andra—me llamó James.—¿Por qué no pruebas a ver en la planta de arriba? No la he visto bajar desde la quinta hora.
—Sí, es posible que esté ahí—suspiré y subí las escaleras para llegar hasta arriba.
—Escucha, yo iré a ver por otras zonas, tu revisa por esta, ¿de acuerdo?
Asentí y se marchó.
Comencé a buscar aula por aula pero la gran mayoría ya estaban cerradas.
"¿Dónde te metes, Kate?¿Por qué no quieres que te encuentre?" Pensé sin obtener respuesta.
Oí unas voces provenientes de los servicios y me dirigí a ellos dudando en si entrar o no.
—Eres una perdedora, no vales nada—se oía una voz femenina hablar.—solo tienes que mirarte en el espejo para enterarte del asco que das. Hasta la bobita de tu amiga se ha dado cuenta de eso, por eso ahora estás sola—se oían más risas, todas femeninas.—puedes llamar la atención de cuántos hombres sean posibles, todos acaban cansándose de tí porque eres desechable, una vez que te llevan a la cama ya están buscando a otra.
—Pues entonces no es muy diferente a tí—interrumpí a Mónica, que andaba, cómo no, con Witney y Ashley. Ambas se giraron y comenzaron a mirarme, pero Kate, que era de quién se reían y a la que tenían acorralada contra la pared, solo se fijaba en el suelo evitando mirarme.
—¿No te cansas de meterte donde no te llaman?—se cruzó sobre los brazos observándome bien.
—Debí de haberme dado cuenta desde un principio que esa voz tan insoportable era tuya. Já—solté una risa seca.—ah, y que las únicas que se reirían de algo tan estúpido como lo que tú dices, son esas dos—señalé a las otras, que me observaban de la misma forma que ella pero no intervenían en ningún momento.
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Bendita Maldición
RomanceAndra Bélic es una chica seria, con sus metas e ideas claras. Ella cree que al cambiar de ciudad su vida en adelante solo puede mejorar tras huir de su pasado y de esa forma conseguir de una vez su gran objetivo. Sin embargo, su camino se tuerce cua...