No son maneras.

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Estuvimos un rato hablando en el restaurante al que fuimos a comer, aunque no me sentí del todo cómoda. Jael se había sentado junto a mí, así que estuve más tiempo hablando con él que con el resto, algo que no pareció gustarle a Kaín, porque se pasó toda la hora con el ceño fruncido y poniendo malas caras a la par que murmuraba cosas indescifrables por lo bajo, aunque podía hacerme a la idea de qué era.

Por otro lado, pareció haber tensión entre otra de las parejas, pues Kate mantenía una conversación larga con Hugo, y James los miraba de una forma parecida a como lo hacía Kaín con Jael. Finalmente Hugo acabó pagando la cuenta aunque habíamos perdido el grupo de las chicas. Insistió en que no era caballeroso dejarnos pagar a nosotras, y de cabezota acabó por conseguir que cediésemos, sobre todo yo que era quien más se negaba.

Nos encontrábamos sentados en un banco cerca de donde habíamos ido a almorzar. Liam, Doris y Samantha se fueron juntos ya que tenían una reunión entre familias en la tarde y debían prepararse; Cory, Elizabeth y Ana también se marcharon juntos, puesto que habían encontrado un trabajo de media jornada para estas fiestas porque necesitaban el dinero y Kate se ofreció a llevarlos; Hugo y Kaín fueron a buscar algo juntos, según ellos no se demorarían demasiado en llegar; Y James se quedó conmigo esperando a que volviese el par para no dejarme sola.

—Kate va a matarte cuando te vea—sonrió.—y yo también debería de hacerlo. ¿Cómo no nos contaste esto?—apoyó su espalda en la parte superior del banco y dejó caer su cabeza hacia atrás, extendiendo ambas manos sobre esta, dónde una de ellas pasaba por detrás de mi cabeza.

—Tú ya lo sabías, y a Kate pensaba contárselo pero no era el mejor momento...—me defendí.

—Me dijiste que se había acabado, y apareces con él de la mano. Todos nos quedamos impactados al ver eso, incluso Doris. También aquella vez, cuando nos dieron las notas.

—Lo sé...—suspiré recordando lo del vestuario.—aunque no entiendo qué hacíais todos allí, me tomó por sorpresaque estuvieseis juntos.

—Oh... Eso tiene su explicación...—levantó un poco la cabeza sonriendo de manera culpable.—Hugo me llamó contándome el plan, preguntó si queríamos ir y yo claramente acepté. Me dijo que invitaste a algún amigo si así lo quería—volvió a dejar caer su cabeza hacia atrás.—Pensé en Jake, pero sé que no tienes mucho trato con él, y luego recordé a Jael, a Cory y a Liam, y sé que ellos son también tus amigos. Ellos preguntaron si podía venir alguien más, y cómo no, invitaron a sus novias y amigas. Nosotros tampoco sabíamos que seríamos tantos.

—Hablando del juego... ¿Cómo puedes ser tan machista?—le di un golpe en su brazo molesta.—no conocía ese lado tuyo, y he de decir que ha llegado hasta provocarme.

—Esa era la intención...—guiñó un ojo satisfecho.—no pienso que seáis menos, la prueba está en que casi nos dais una paliza, pero es muy fácil pinchar a Kate, y eso siempre hace más divertido el juego.

—¿Entonces no crees que seamos el sexo débil?—arqueé una ceja interrogante.

—Qué va, os he visto en acción—cerró sus ojos recordando algo.—Mi madre solía ganar a mi padre en todo, era una campeona.—esbozó una sonrisa que lejos de ser forzosa o amarga, era agradable.—lastima que cayese enferma...

—Yo... Lo siento...—bajé la cabeza un poco sintiéndome mal por él.—debe de ser duro estar sin ella...

—Ella aún sigue con nosotros—levantó la cabeza para verme mejor.—¿Viste el rosal que hay en nuestro jardín?

Bendita MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora