Llegué hasta la cancha de baloncesto, donde el equipo practicaba como de costumbre, y me senté en uno de los bancos para terminar de verlo.
James corría de un lado a otro como si de una bala se tratase. Los demás lo superaban en estatura y quizás también en volumen, pero no era ningún impedimento para él porque jugaba mucho mejor que la mayoría del equipo.
Jake se percató de mi presencia y quiso hacerse el chulo superando a James en su propio terreno, pero solo consiguió quedar en vergüenza cuando James le quitó el balón y lo encestó en la canasta contraria terminando con ello el partido.
—Buena jugada, como siempre—le chocó el puño reconociendo su talento y me guiñó un ojo a mí.
—¡Gana el equipo rojo!—gritó el entrenador a todos.—id a asearos, pronto tocará el timbre—anunció y todos se esparcieron secándose y bebiendo agua.
—Eh, Andra—se acercó James con una toalla en el cuello y me sonrió.—¿Qué haces aquí?—tomó la botella de agua que le cedió Jake y bebió de esta sin problemas.
—Tomasó...—contesté simple esperando a que entendiese.—Esta vez nos ha puesto a jugar al ajedrez—sonreí cruzándome de brazos.—te vi entrenar por la ventana y decidí venir a verte, espero que no te moleste.
—Has hecho bien, ya hemos terminado las pruebas—acabó de secar su sudor y me puse en pie.
—¿Te apetece dar una vuelta?—propuse esperando a que aceptase. Muchos de los presentes no apartaban la vista de nosotros y ya empezaba a ser molesto.
—Vamos—dejó la botella de agua encima del banco al ver a Jake distraído hablando con unas chicas, y me rodeó con su brazo para comenzar a caminar.
—James...estás sudado—expresé una mueca de asco al sentir su axila mojada.
—No seas tan escrupulosa, por favor—sonrió travieso y me abrazó.
—JAMES—le grité con el ceño fruncido pero no se apartó.—¡aléjate cinco metros de mí!—lo empujé hacía un lado y esta vez sí me soltó.
—Ya, tranquila—se burló de mí.—vamos a coger ese—encontró un banco cercano al cruzar la esquina y nos sentamos en él.—Hoy estás de buen humor, me gusta verte así—tiró de mi moflete con fuerza y reí.
—Y tú hoy la tienes contra mí—retiré su mano y sacó su teléfono del bolsillo.—¿A quién le escribes?—le pregunté al verle completamente centrado.
—Estoy esperando a alguien, pero creo que se ha perdido—no apartó la vista de la pantalla hasta que oimos su voz.
—Eh—dijo Hugo detrás de mí y me puse en pie borrando la sonrisa de mi rostro.—Hola—me miró sin saber cómo reaccionar.
Estaba claro que no quería hablar con él, su sola presencia me molestaba. Y no era para menos, después de lo que hizo empecé a encontrar sentimientos negativos hacia él.
—He cambiado de opinión, James—me puse en pie sin dirigirle la palabra a Hugo.—creo que será mejor que nos veamos en otro momento.
—¿Por qué?—me retuvo del brazo pero me solté sin esfuerzo.—Estabas contenta hasta hace un momento.
—No te vayas—esta vez habló Hugo, pero si me iba era por él.—Por favor...
—No quiero hablar contigo—seguí caminando como si nada.
—Pero yo sí—se interpuso en medio bloqueando mi paso.—si después de esto no quieres volverme a ver ni nada de eso te dejaré en paz.
Dirigí mi vista a James, que permanecía en el mismo sitio, y me hizo un gesto con la cabeza para que hablase con él. No hizo falta decirle nada para darse cuenta de que no estábamos bien. No me lo pensé mucho más y acabé por hacerle caso, cruzándome de brazos.
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Bendita Maldición
RomanceAndra Bélic es una chica seria, con sus metas e ideas claras. Ella cree que al cambiar de ciudad su vida en adelante solo puede mejorar tras huir de su pasado y de esa forma conseguir de una vez su gran objetivo. Sin embargo, su camino se tuerce cua...