—Buenos días señorita Ojeda, un gusto, soy el Doctor Ferro. —dijo y miró a Gian asintiendo en saludo. —pasen por favor.
Los dos entramos y el pequeño consultorio estaba siendo ocupado por un escritorio y una maquina grande con pantallas y demás. Había muchos carteles informativos de bebés y de cómo cuidarte en el embarazo y esas típicas cosas. El chico joven, menor a treinta años se sentó y nos ofreció sentarnos frente a él.
—Entonces...—agarró mi libreta de historia clínica y la miró. —estuviste el martes por acá y te derivaron a mí.
—Sí. —dije, no podía dejar de mirarlo, era muy joven y aparte de eso, era lindo.
—Aproximadamente cinco o seis semanas, ¿te hiciste un test?—preguntó y me miró, sus ojos azules eran cautivantes, pero pensé en que los de mi novio eran más lindos. Asentí. —vamos a mandar a hacer los estudios normales, de sangre y orina par ver cómo está tu cuerpo aceptando el embarazo.
Él sonrió simpático y yo asentí con una pequeña sonrisa.
— ¿Usted va a ser el obstetra?—le preguntó Gian, lo miró y asintió para volver su vista a mí.
—Contame, ¿cuándo fue tu último periodo?
—Mmm...Supongo que en diciembre. —dije y él escribió en el papel de mi historia clínica
— ¿Sangrados desde entonces?—negué. — ¿síntomas?
— ¿Cómo cuáles pueden ser?
—Vómitos, mareos, sueño, pesadez, rechazo a olores que antes no, si te duelen los pezones o esas cosas. —dijo simple encogiéndose de hombros.
—Eso de los olores sí, es horrible porque vomito bastante y sueño puede ser, duermo mucho últimamente.
—Bueno ahora sabes que tu cuerpo va a cambiar. —dijo tirándose hacia atrás en su asiento. —si la ginecóloga cree que estás de unas cinco o seis semanas eso significa que lleva un mes y poco tiempo. Hasta los tres meses puede pasar cualquier cosa, el feto tiene que estar bien asegurado y no podes hacer muchos esfuerzos, es cuando más te tenés que cuidar y cuidar a tu bebé para que empiece a formarse bien, no te tenés que asustar si aparecen pequeños sangrados porque suele pasar, pero si te caes y empezas a sangrar demasiado a eso se le llama aborto involuntario, por lo que tenés venir de inmediato, pero sobre todo cuidarte y mucho, ¿entendés?
—Sí, ¿después de los tres meses ya va a estar bien?
—No está mal ahora, sólo que estos son los primeros meses de formación y es donde se va a asegurar el embrión.
Yo asentí analizando cada cosa que decía, escuché con atención y contesté mis dudas mentales.
—Todo va a estar más claro cuando veamos los estudios ¿Alguna pregunta que quieran hacerme?—dijo y nos miró a los dos, yo negué porque más o menos entendía el punto, miré a Gian y él tampoco parecía querer preguntar. —bien entonces, vamos a verlo...Es muy chiquito todavía así que vamos a tener que hacer una transvaginal. —dijo y yo abrí los ojos de par en par cuando me dio una bata.
— ¿En serio?
—Sí, voy a buscar un preservativo para la sonda porque no tengo más, sacate la parte de abajo por favor. —me dijo antes de levantarse para salir del consultorio.
Había hecho esto algunas veces pero con la ginecóloga cuando me hacía mis estudios anuales, pero ahora me sentía incómoda, el hecho de que estuviera Gian era una razón, por más que él me conociera más que de lo que yo podía; pero el doctor era intimidante.
Gian se levantó y se apoyó en la pared detrás de toda la maquina y de mí.
—Esto no me gusta. —dijo y lo miré, estaba serio.
—A mí tampoco, pero es así ¿qué querés que haga?
Rodó los ojos y entró el doctor con una de sus sonrisas que empezaban a molestarme. Se sentó enfrente de la maquina y preparó la sonda para colocarla donde debía, Gian se paró detrás de él, por lo que lo hizo sentir un poco más tenso, quise sonreír de lo intimidante que podía ser a veces.
—Podemos hacer el ultrasonido, pero todavía es muy chiquito y no se va a ver muy bien que digamos. —dijo él y señaló la pantalla enfrente de nosotros. —miren, ahí va a empezar a mostrarse la imagen.
De repente toda la pantalla se puso en blanco y negro y con letras y números pequeños en los costados, yo no podía ver nada porque no se distinguían los colores, pero el doctor se rió.
—Justo como pensé, seis semanas y media chicos. —sonrió, yo lo miré y levanté una ceja.
—Sinceramente no veo nada.
— ¿Ves esto?—indicó con su dedo la pantalla en el medio de ella, una pequeña cosita blanca pero no se veía muy bien y acomodó la sonda para que se identificara mejor. Yo asentí y los ojos se me llenaron de lagrimas. —ahí está su bebé ¿lindo no?
—Sí. —musité y pude ver como Gian se acercaba a mirar con el ceño fruncido.
—Ahora no parece un bebé, pero está en proceso a serlo, vamos a ver cómo se forma su corazón...
— ¿Eso puede escucharse?—le preguntó Gian.
—Recién empieza a formarse y a veces no se escucha, pero son maquinas con mucha tecnología por lo que vamos a ver si se puede.
Tocó algunas cosas en el teclado y de repente la sala se inundó con unos pequeños latidos rápidos. Miré a Gian y estaba casi estático, eran sus latidos, se podían escuchar los latidos de mi bebé.
—Parece estar todo muy bien, tiene seis semanas y media y mide aproximadamente unos... 2,2MM o sea que todo muy bien y normal chicos.
Apenas si entendía lo que él decía, yo estaba hipnotizada por el sonido de su pequeño corazón latiendo, pensar que era de mi bebé me llenaba el alma y no podía creer que yo tenía una vida dentro de mí. Cuando el doctor sacó la sonda, la llevó detrás del gabinete y me dejó que me cambiara. Miré a Gian y su seriedad había cambiado, incluso cuando le entregó unas hojas.
—Esto es de ustedes. —dijo y yo miré lo que le había dado, cuatro pequeñas fotos de la ecografía. Se las saqué a Gian y me quedé impresionada viéndolo. —entonces, ¿tienen alguna pregunta más?
—No, no. —dije. El doctor sonrió y creo que fue una burla para mí porque yo ya estaba por llorar.
—Muy bien, los felicito chicos y los vuelvo a ver con los estudios.
—Ok muchas gracias. —le dije y nos dimos la mano, después se la dio a Gian.
—Cuando salgan, pidan el informe que va a estar en diez minutos.
Salimos del consultorio y esperé a salir fuera de la clínica, lo miré a Gian y me regaló su más hermosa sonrisa que me hizo derretir, enseguida me acerqué a él y lo abracé dejando que algunas lágrimas cayeran por mi mejilla. Él besó mi hombro.
— ¿Viste que lindo bebé tenemos?—me preguntó y yo me reí para mirarlo.
—En serio es increíble, no puedo creerlo. —dije y agarró mi cara entre sus manos para secar algunas lágrimas que caían por mi mejilla.
—Te amo, te amo a vos y amo demasiado a este bebé, ¿sabes?—me dijo lo más dulce que alguna vez había escuchado, yo asentí y me acerqué a besarlo.
—Te amo. —le dije entre besos. —te amo.
Volví a abrazarlo y después me pidió las fotos de la ecografía, se apoyó contra la pared y las miró como una eternidad con su media sonrisa curiosa.
—Se parece a mí. —dijo y yo me reí.
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Quedándose para Siempre.
Teen FictionGian había aprendido a quedarse y Abril a seguir siendo paciente con su entrometido novio. Todo cambió desde el día que esos ojos verdes se cruzaron en el camino de ella y aún así juntos, todo iba a seguir cambiando. La responsabilidad de parte de l...