25.

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Ellos no sabían la verdadera razón por la que habían sido invitados, el hecho de que fuera mi propio local los emocionaba y estaban todos exaltados, pero realmente, no era la razón. Y mi papá lo sabía. Quizás estaban un poco decepcionados porque no había cocinado yo, pero fue un buen motivo para iniciar la conversación ya que mi mamá estaba interesada en saber por qué de repente, no me acercaba mucho a la cocina.

—Es obvio que cuando estás de vacaciones lo que menos vas a querer es cocinar. —dijo mi hermano y mi mamá asintió considerando la opción. Pero no estaba de vacaciones y lo que más quería, era cocinar.

—En realidad, no es eso. —dije y me falló un poco la voz, miré a Gian y él dejó los cubiertos para agarrar su copa de vino. —Quería contarles algo...bueno, queremos más bien.

Papá dejó de inmediato los cubiertos y de repente tuve la mirada de toda mi familia sobre mí.

— ¿Pasó algo amor?—preguntó mamá preocupada.

—No ma, pero espero que se lo tomen bien...

— ¡Ay no me digas que se van a vivir a otro lado!—suspiró mamá dejando los cubiertos, papá bufó.

—Dejala hablar.

— ¿Qué pasó Abru?, ¿está todo bien?—mi hermano me miró preocupado, y no entendí por qué me parecía tan estresante la especulación.

—No me voy a ningún lado y no pasó nada malo. —dije intentando calmar las aguas. El único que de repente parecía normal era Santi que comía sin hablar, y mi hermana estaba más interesada en el celular que otra cosa. Miré a Gian y él puso su mano en mi pierna acariciándola por debajo de la mesa. De repente mi corazón palpitaba fuerte dentro de mi pecho y el pánico estaba subiendo por mi cuerpo. —En realidad, queríamos decirles que...—miré a Gian y se me hizo mucho más fácil por más mirada atenta que tenía de todos. —que estoy embarazada.

Las palabras salieron de mis labios sin querer ser controladas, no sé si salió bien pero ya no importó porque lo había dicho. Miré a mi familia y mi mamá tenía la boca tapada en sorpresa, mi papá me miraba orgulloso y con una sonrisa de par que se la devolví de la misma forma. El primero en reaccionar fue Peter y se levantó de la silla para acercarse a abrazarme mientras que Pia saludaba a Gian.

—Te felicito hermana, es una noticia muy hermosa. —me dijo al oído, estaba sensible porque enseguida se me aguaron los ojos y con voz temblorosa le agradecí. De repente tenía a toda mi familia abrazándome y como siempre, mi mamá era la más escandalosa y no dejaba de llorar. A lo que más le temía era a la reacción que iban a tener con Gian, y por suerte, fue esplendida.

Después de que calmaron un poco las aguas, nos sentamos nuevamente en nuestros respectivos asientos y Peter dijo algo como que iba a tener nueva competencia Santi, pero papá me dijo que iba a ser nena, aunque yo no tenía la mente enfocada en eso del todo.

— ¿De cuánto estás mi amor?—preguntó mamá a mi lado, no se quería separar de mí y me tenía agarrada fuerte de la mano.

—Mmm...Ocho semanas.

— ¡Ocho semanas y nos decís ahora!—se quejó y Gian invervino.

—Nosotros nos enteramos hace tres.

—Eso quiere decir que para el cumpleaños de Santi, ¿ya estabas?

—Me acababa de enterar. —le dije mi hermano. —ni siquiera yo lo asimilaba y no quise decirles por teléfono.

—Entonces ahora, ¿qué van a hacer?—preguntó papá, mirando a Gian y él muy tranquilamente respondió.

—Antes de que nazca queremos que tenga su propia casa, así que en estos tiempos nos vamos a dedicar a buscar. —le dijo y papá asintió más tranquilo.

— ¿Acá Abru?—preguntó mamá y asentí. No le gustó mucho la idea, pero mi casa estaba en Buenos aires ahora, con mi novio.

Hasta largas horas de la noche estuvimos hablando del embarazo. Cómo querían mi mamá y Pia que yo llevara a mi propio bebé dentro de mí, lo cual me parecía patético de parte de mi hermana pero yo acepté las opciones. Las sugerencias que ya había hablado con el médico también me las dieron ellas y yo las estaba siguiendo perfectamente porque me estaba cuidando, al menos al bebé que recién empezaba a crecer.

Le dije directamente a mi hermano que él iba a ser el padrino y estaba más que encantado, lo que llevó a hablar un poco de otros temas y dejarme de abrumar con tantas preguntas con mi reciente noticia.

—Y supongo que se van a casar ¿no?—preguntó papá levantando una ceja.

¿Casar?


Quedándose para Siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora