" Inocencia " D.Gray-man

Capítulo 88: Culpa

Presente

Yuki

-Ayato... No porque nuestros corazones latan al mismo compás quiere decir algo como eso- respondí aún estando bastante sorprendida por su comentario y por lo que acabab de recordar.

Él permaneció pensativo por unos segundos, incluso abrió la boca para decir algo pero luego la cerró y siguió caminando.

-Además...si tú y yo estuvieramos el hecho para el otro, eso quiere decir que el destino nos odia mucho a los dos.

-¿Por qué lo dices?-preguntó con el cejo fruncido.

-Pues porque yo soy una exor-

Su mirada nuevamente se clavó en mí pero con molestia.

-¿Tanta importancia tiene para ti que seamos enemigos?-su voz estaba sumamente enojada y llena de ira.

-Sólo estoy mostrándote la realidad, Ayato, nuestra realidad- recalqué.

Ante mi comentario soltó un suspiro lleno de agotamiento.

-Vale, tienes razón...-cedió con la mirada ensombrecida.

El silencio que había surgido era incómodo y sumamente escalofriante a pesar de que él no me estuviera atacando ni ocasionándome daño, pero eso era exactamente lo que lo hacía escalofriante.

Ya no quería estar aquí.

Siento que si sigo así tendré que deberle algo y yo...no quiero deberle nada.

Por más gentileza con la que me trate ahora, él sigue siendo mi enemigo, un Noé que no dudaría en asesinar a los míos, a mi equipo, mi familia...

-Ayato- llamé con la voz algo temblorosa que desapareció al instante- quiero agradecerte que estés haciendo esto por mí, así como el haberme salvado, de verdad estoy agradecida pero te voy a ser sincera, no quiero deberte nada y no quiero que me vuelvas a salvar si me encuentro en una situación igual que la de anoche o peor.

<Sé que suena grosero y de verdad no me gustaría decirlo pero no quiero tu amabilidad- dije con gran sinceridad- Yo no dudaré ni un segundo en atacarte cuando tengas la intención de lastimar a los míos, ellos son mi familia, son lo más importante para mí, son todo lo que tengo y...definitivamente los protegeré.
Así que...espero lo mismo de ti.

Ayato lanzó una pequeña carcajada.

-Tranquila, preciosa- dijo restándole importancia a mis palabras- no hice esto con la intención de que te pidiera algo a cambio después, y en todo caso, ya he tomado lo que es mío.
Por otro lado te aseguro que cuando llegue el momento los acabaré a todos ustedes sin piedad, te lo juro.

Sus brillantes ojos verdes destellantes me miraron con aquel aterrador pero distinguido sadismo.

-Haré que se arrepientan de haber declarado la guerra a la familia Noé.

Tragué saliva con esfuerzo y asentí pensando en todo lo que dijo.

¿A qué se refirió cuando dijo que ya había tomado lo que era suyo?

No estaba segura de si preguntar pero finalmente no lo hice y permanecí callada mirando el camino delante de nosotros.

Ya se podía oír claramente el sonido de la corriente de agua perteneciente al río en el que no hace mucho tiempo me estaba ahogando.

Ya estamos cerca.

-Ah cierto...- soltó Ayato como si hubiera olvidado algo- tengo hambre...