Capítulo 105: "Aishiteru"

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Kanda

¿Qué... ocurrió?

De nuevo mis rodillas de a poco podían captar la sensación del frío de la nieve.
Mis manos seguían aferradas al mango de lo que quedaba de Mugen, de manera lenta abrí los ojos de nuevo topándome con el lugar en el que había combatido con el Noé completamente intacto.

De inmediato me puse alerta con gran dificultad al pensar que el Noé pudo haber vuelto pero no.

Pero... ¿Cómo?
Estaba seguro de que todo había acabado para mí.

La salida que había sido destruida estaba ahí de nuevo, Skinn Bolic seguía hecho pedazos...y yo seguía vivo.

Mi cuerpo seguía gravemente dañado pero se recuperaba aunque de una manera muy muy lenta.

Oh Dios, ¿Cómo es que sigo vivo?
Espera... Una canción... Sí, la recuerdo, esa canción la oí, ¿Habrá sido fruto de mi transición a la muerte?

-No entiendo... - me frustré y lo hice más cuando al intentar poner a Mugen a mi cintura esta se había partido en pedacitos, pedacitos que tuve que recoger de a poco y juntarlos en un pañuelo que llevaba en el bolsillo.

Komui... Si salimos vivos de ésta, tendrás que arreglar a Mugen...

Noté que era en vano querer recuperar mi chaqueta ya que el Noé me la había destruido, así que dándole una vista al lugar por última vez me encaminé hacia la salida.

...

Crucé la puerta, recorría todo un enorme pasillo infestado por un olor muy familiar, el aroma de la sangre...

¿Sangre?
¿A quién le habrá tocado pelear aquí?
¿O mejor dicho quién se enfrentó al Noé de la siguiente habitación?

De repente me sentí tan estúpido, un escalofrío recorrió mi cuerpo entero.

-¡Yuki! - grité mientras corría por el pasillo a toda velocidad, visualicé la puerta y entré, el frío clima de la habitación me recibió, todo cubierto de blanco por la nieve, busqué por todos lados pero no logré ver nada.
Me acerqué de prisa al centro del lugar llegando ver a una figura hecha de piedra a punto de romperse.

Ese es Ayato...

Si él está aquí entonces...

-¡Yuki! - grité por el desolado ambiente - ¡Yuki! - no obtuve respuesta alguna.

¿Habrá pasado la puerta?

Me encaminé de prisa hacia la salida de esta habitación viendo como a lo lejos unos cabellos oscuros estaban siendo cubierto por la nieve.

-¡Yuki! - corrí como si la vida se me fuera en ello, apenas llegué a dónde estaba ella me arrodillé y empecé a quitar los grandes restos de nieve que se habían empeñado en cubrirla.

-Yuki... - susurré con terror.
Estaba fría, muy muy fría.

La nieve debajo de ella ya no era blanca, estaba manchada por la sangre.

La llamé tantas veces sin parar esperando que reaccionara.
Acerqué rápidamente mi oído a su corazón temiendo lo que podía no oír.

Su corazón no late...
No está respirando...

Inmediatamente empecé a presionar mis manos sobre su pecho tratando de ayudar a su corazón a volver a latir..

Vamos, vamos...

" Inocencia " D.Gray-manDonde viven las historias. Descúbrelo ahora