Capítulo 80: El fin de la guerra de las contradicciones

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Presente

Kanda

"Yuu...¿Por qué?
No dejes de buscarme...
Encuéntrame...
No me abandones..."

Alma...

"No dejes de buscarme, Yu"
"No me abandones por ella"

Alma...

-¡Al...ma...-llamé asustado por aquellas súplicas que en el fondo parecían tan reales...pero tan confusas a la vez, como si fueran dos personas diferentes pidiéndome lo mismo.

Traté de calmar mi respiración y cuando por fin lo había conseguido, divisé a Yuki profundamente dormida a mi lado sobre el césped pero cubierta de sangre.

La imagen que tuve ocasionó que un sudor frío recorriera por todo mi cuerpo asustado por verla así hasta que el ligero movimiento de sus pestañas moviéndose me tranquilizó profundamente.

Con cautela me arrodillé a su lado y empecé a inspeccionar sus heridas para ver cuán graves habrían sido pero al hacerlo, no encontré nada, ningún rasguño ni corte que había causado Mugen se encontraba sobre ella, sólo la sangre seguía ahí.

Entonces me percaté de mí mismo, el cuerpo ya no me dolía, mis brazos...mis manos, todo estaba perfectamente curado pero al igual que Yuki, la sangre aún estaba ahí.

Hasta que nuestra regeneración decidió actuar por su cuenta...

Salvo que en la mía no se le dió la gana de borrar la sangre.

Me giré nuevamente a ella sin saber que hacer realmente.Toqué su cabeza ligeramente e inspeccioné el ambiente que aún seguía sumergido en la niebla absoluta ,de manera que no podía ver si era de día o de noche.

¿Dónde diablos estamos?

Tenemos que buscar al General...
No nos pudo dejar aquí.

-Yuki- llamé con seriedad tratando de despertarla- Yuki, despierta- la sacudí ligeramente y al parecer, lo que creí que sería una lucha terminó siendo más fácil de lo que pensé.

-Kanda...-llamó abriendo sus bonitos ojos grises y apoyándose con un brazo sobre el césped- ¿Aún seguimos aquí?-preguntó aún viendo alrededor con confusión.

-Sí...¿Qué pensabas?

-Pensé que cuando uno de los dos muriera... o cuando nos rindiéramos el General y Marie aparecerían pero parece que no...-dijo mientras me ponía de pie, al igual que ella.

Ella permaneció mirando con curiosidad el lugar, sus cabellos negros revueltos y despeinados junto con su cara de inseguridad le daban un aspecto muy tierno, puro e inofensivo, sin embargo, yo sabía que no mantenía ese aspecto todo el tiempo, pero no podría evitar las ansías que tenía en ese momento de tocar su cuerpo y aventármele como un lobo, al instante cerré los ojos con fuerza y negué con la cabeza.

Piensa en akumas...sí, sólo en akumas.

Volví a abrir los ojos y a dirigirlos hacia ella pero esta vez con un sentimiento o una sensación extraña.

" Inocencia " D.Gray-manDonde viven las historias. Descúbrelo ahora