Capítulo 95: El camino hacia Edo

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Presente

Yuki

Logramos sobrevivir.

Y no me refiero precisamente a los akumas, más bien, a las preguntas del General sobre que ocurrió en los minutos que la avalancha nos volcara a Kanda y a mí.

Yo descubrí algo.

Sé mentir mejor. Es malo, lo sé, soy consciente de eso, pero no puedo decir la verdad, porque si eso sucede corro el riesgo de que me separen de Kanda. Y no quiero eso, menos aún después de querer con tanta ansia volver a perder la razón estando bajo él.

¿Qué estoy pensando?
Definitivamente he perdido el juicio.

Sacudí la cabeza, como si eso me ayudara a reaccionar y me incentivara a pensar en otra cosa, sin embargo, lo único que gané fue que la gente que pasaba por la plataforma de la estación de trenes me mirara como una loca.

Tratando de ser disimulada cubrí mi cabeza con la capucha de mi chaqueta.

Habíamos cruzado el valle de las montañas y con eso llegamos a la ciudad previa que nos llevaría al puerto para luego llegar a nuestro próximo destino ,Edo.

Miré disimuladamente a la derecha donde Kanda se encontraba de pie con los brazos cruzados y los ojos cerrados. La típica posición de Kanda Yu.

¿Acaso soy la única de los dos que no puede apagar sus pensamientos por un momento?

¡Ahh!...Quiero que mi cabeza deje de pensar y se calle para que pueda sentirme cansada y dormir.

Responderé todas las preguntas que mi cabeza me planteé , pero más tarde. Cuando haya dormido y comido, cuando esté apta en todas mis facultades ...pero ahora no.

Ahora no, ahora no, ahora no...

"¿Estará pensando en una excusa para justificar lo que pasó? "

Estoy segura de que actuará como si nuestro beso nunca ocurrió.

-Mi vida es un desastre- salió de mi boca antes de que pudiera cubrírmela. Kanda no giró a verme, pero abrió los ojos, abrió los ojos pero no me miraba.
Definitivamente me escuchó.

Definitivamente soy en desastre.

...

Por fin subimos al tren, fui la primera en ingresar,  me senté junto a la ventana, mi lugar favorito. Kanda y Marie se sentaron en frente y el General a mi lado, quien soltó un suspiro de alivio.

-Ahora sí podremos dormir un poco, por fin- dijo cerrando los ojos, realmente agotado- y ustedes ya saben, si los akumas atacan el tren, vayan a trabajar.

- Que generoso es, general Tiedoll- dije con una ironía mientras me recostaba sobre su hombro- buenas noches.

-Buenas noches a todos- murmuró él antes de caer dormido.

Un alivio para todos nosotros que no ronque, definitivamente un gran alivio.

Mis dos callados compañeros de adelante cayeron dormidos, uno de ellos aparentándolo definitivamente.

Cerré los ojos, y apenas hacerlo, esa sensación de ser observada hizo que se me erizara la piel de la nuca.

Abrí los ojos.

" Inocencia " D.Gray-manDonde viven las historias. Descúbrelo ahora