La parte psicológica
El mismo camarero dejó delante de Michael una botella de agua fría y se marchó. Por otra parte, también sirvieron a Mia el agua que había pedido. Aquella noche el bar estaba tan lleno que incluso daban ganas de marcharse. Michael se levantó de la barra sin ni siquiera probar el agua. Se dirigió a la puerta, cuando se volvió y advirtió la presencia de Mia en el local. Se acercó a su mesa.
– No esperaba verte aquí esta noche. – dijo ella.
– Ni yo a ti. No te he visto en el apartamento.
– Yo tampoco te he visto. ¿De verdad ha coincidido exactamente que, cuando uno estaba despierto, el otro estaba durmiendo o sencillamente no estaba en el apartamento?
– Como decías cuando te pregunté por qué creías que estaba enamorado de Lauren, es lo que las circunstancias han dado a entender.
– Ajá. Qué pequeño es el mundo, ¿no crees?
– ¿Adónde quieres llegar, Mia?
– A quedarme aquí, no. Vayámonos a otro lugar, este sitio está muerto.
– ¿Ya quieres marcharte?
– ¿Qué quieres decir con "ya"? No sabes cuánto rato he estado en este bar sola, sentada en esta mesa.
– Tienes razón; no sé cuánto rato llevas aquí. Pero sí que sé que no has hecho nada ni has hablado con nadie hasta que he aparecido yo.
– ¿Qué te hace pensar eso? Nadie tiene tanta vida social como yo.
– Exactamente por eso. Sé que eres una gran conversadora y una seductora. Ya te habrías ido de este lugar con pareja. Tal vez incluso con varias parejas.
– Tampoco hace falta exagerar. No ligo tanto.
– He visto tus redes sociales. Una vez subiste una foto con cinco parejas en una noche. No sé cómo lo hiciste, pero sigo impresionado.
– En Australia era mucho más fácil ligar. Cuando vivía en Sydney, podía ir contándole a la gente quién soy. Tengo mucho dinero, soy famosa y medio mundo está fascinado conmigo.
– No hace falta que me lo cuentes. Para empezar, porque no es la primera vez. Podrías tatuarte un letrero que dijera "Estoy en la cima del mundo" y ahorrarías saliva.
– Michael, no exageres. Deja que sea yo quien presuma de mi persona. Tú presume de tu persona. También puedes. Con 17 años estás en el tercer año de Química. Poca gente puede decir eso.
– Tú con 19 años habías terminado Biología y habías empezado en la especialidad mientras escribías guiones cinematográficos.
– Bueno, aún estás a tiempo.
– No, Mia. No estoy a tiempo. Nos quedan como mucho dos semanas hasta que la famosa Guerra de las 57 Tormentas estalle. Cuando estalle, o bien nos habremos ido de esta época o bien moriremos.
– O tal vez no. En todas las guerras hay supervivientes.
– En esta no, Mia. Recuerda lo que dijo Lauren. Esta guerra extinguirá a la humanidad.
– No extinguirá a la humanidad. Ella es una persona, Michael. Si la humanidad hubiera sido extinguida, ella nunca habría nacido y nosotros nunca habríamos sabido nada acerca de la Guerra de las 57 Tormentas.
– O tal vez sí. No fue ella quien nos habló de la Guerra de las 57 Tormentas, sino Murphy.
– Pero Murphy vino hasta ahora porque Lauren la mató. Al final, Lauren es quien está detrás de toda esta historia.
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8 St-NYU
Science FictionEn el año 2.532, 400 años después de la violenta Guerra de las 57 Tormentas, la Tierra se ha convertido en un páramo contaminado donde el aire es tóxico y los últimos reductos de la raza humana viven en cápsulas respirando aire en conserva. Lauren...