Capítulo 59 - Lauren

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Laurencio 264

Lauren abrió los ojos en un escenario extraño. El cielo, de un color verdoso similar al de la atmósfera del siglo XXVI, mostraba un gran agujero en el centro que parecía carecer de un fondo determinado. La atmósfera era ventosa y fría, el suelo era irregular y grisáceo, similar al de la Luna. A pesar de no ser absoluta, la oscuridad dominaba en el ambiente. El misterioso agujero del cielo parecía ser la única fuente de luz de aquel extraño lugar. Lauren dirigió la vista hacia el suelo y vio un ladrillo negro igual que el que había visto el día anterior en 8 St-NYU. Se acercó y lo cogió. Seguía sin pesar prácticamente nada y seguía llevando el 1.867 grabado.

– Definitivamente, este es un sueño. Sólo en un mundo onírico creado por mi mente aparecería esto.

Lauren se tocó el cuerpo unos segundos y respiró hondo.

– Sigo desnuda desde anoche. – pensó. – No importa. Este es mi sueño. Aquí sólo entra quien yo diga. Sólo me ve quien yo diga.

Lauren comenzó a caminar sin un rumbo determinado. Aquel misterioso escenario parecía extenderse indefinidamente sin mostrar ningún cambio.

– Verdaderamente el mundo onírico es un Universo diferente al nuestro propio. Un Universo compuesto por la infinidad de locuras que imagina cada persona y cada anti-persona. Es fascinante. No recuerdo cuándo empecé a interesarme por los sueños, pero, sinceramente, no me extraña que no haya perdido el interés por ellos. Pero centrémonos. He venido aquí a meterme en la pantalla del tiempo, interrogar a Murphy y despejar la incógnita de por qué esa mujer intentó matarme. Después, podré desaparecer de esta época y de esta ciudad.

Lauren continuó caminando durante un rato. Aquel escenario que constituía aquel extraño sueño lúcido no parecía albergar nada interesante. Era un lugar monótono donde no variaba siquiera la intensidad del viento ni la dirección por mucho que alguien se moviera por su interior.

– Estoy buscando algo donde sólo puedo encontrar nada. De todas formas, debería haber tenido en cuenta que estoy perdiendo. ¿Qué clase de tonta piensa que puede acceder a la mente de otra persona moviéndose únicamente por el interior de la suya propia? Momentos como este me hacen recordar que soy humana también. Tengo una megalomanía aguda e incurable. Es una de las muchas cruces de ser humana.

Lauren inspiró profundamente y después expulsó el aire lentamente, tratando de tranquilizarse.

– Mantén la cabeza fría, Lauren. Nadie conoce la pantalla del tiempo mejor que tú. Pensemos un poco. La última vez que accedí a la pantalla del tiempo fue este mediodía. Madre mía, qué de cosas han pasado. Estoy hablando de este mediodía como si hubieran pasado varios años. Pero volvamos a lo que realmente me importa. Este mediodía, en 8 St-NYU, encontré un ladrillo negro ultra ligero que llevaba grabado el 1.867, año en que se descubrieron los sueños lúcidos. En este extraño sueño he encontrado uno exactamente igual. Y cuando lo encontré en 8 St-NYU fue nada más meterme en aquel sueño extraño. Aquel sueño que tardé un rato en comprender que era un sueño.

Lauren recordó durante unos momentos la conversación que había tenido unas horas antes con su anti-yo.

"– La pantalla del tiempo es un punto común a los mundos real, onírico e irreal. Estaba situada en el mundo onírico porque es el punto intermedio. Además, nadie puede vivir en un sueño, de modo que es el Universo más calmado de los tres. El mundo real es un régimen determinista, el irreal es aleatorio, y el onírico es lo que cada cual decida. Sin restricciones.

– Y ahora, por mi culpa, el mundo onírico se está mezclando, por una parte con el real, y por otra, con el irreal.

– Y no sólo eso; el real y el irreal también se están mezclando. Por eso tú, Lauren, y yo, Anti-Lauren, podemos vernos cara a cara."

8 St-NYUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora