Nuevas formas de vida
La mañana amanecía sorprendentemente despejada para la violenta tormenta que había albergado la noche anterior. Mia no tardó en despertarse en aquella mañana. Se levantó de la cama y se asomó a la ventana.
– Es una locura. Lo que intentamos hacer, lo que intentamos no hacer... Todo es la locura del Universo.
Mia se puso la ropa que llevaba la noche anterior y volvió la vista a la cama donde Isabella aún dormía.
– ¿Al final ha merecido la pena volver a Nueva York? Debería decir que sí; ahora tengo una posibilidad de escapar de la Guerra de las 57 Tormentas. Pero, ¿realmente merece la pena escapar? Sí, salvaría mi vida, pero lo que tendría en el año 2.532 ya no sería mi vida. No conocería nada, ni conocería a nadie. No sé si sabría adaptarme a un mundo con un nivel tecnológico tan superior al actual, ni si podría mantenerme cuerda en un mundo en que no pudiera salir al exterior; donde siempre hiciera la misma temperatura y donde no existiera el clima. A decir verdad, entiendo a Lauren cuando dice que no le gusta su vida en el futuro. Más aún siendo juzgada peyorativamente a todas horas por todo el mundo. Qué asco da la gente. Pero, volviendo a lo realmente importante; ¿merece la pena salvar mi existencia si mi vida no sería realmente la mía?
Mia volvió la vista hacia la cama donde Isabella aún dormía.
– No sé qué estoy haciendo aquí. No sé por qué no vuelvo a Sydney y dejo que me juzguen. He estado en prisión y he estado en un mundo muerto, y la única diferencia es que de la prisión se termina saliendo al cumplir la condena. Tal vez todo esto sea una de mis locuras paranoicas. Tal vez siga siendo tan inmadura como siempre y crea que puedo hacer lo que quiera y no pagar el pato. Si no hubiera venido a Estados Unidos habría estado sola, y en Estados Unidos estoy atormentada.
Isabella se despertó poco después. Se levantó de la cama, se acercó al minibar y se bebió un vaso de agua.
– Te has levantado muy temprano. – comentó Isabella. – ¿Qué haces?
– Reflexiono un poco sobre todo lo que me ha sucedido últimamente. Sobre lo de incendiar la Casa de la Ópera, huir de Australia bajo una falsa identidad y refugiarme en el apartamento de mi hermano, mantener relaciones sexuales con una asesina venida del futuro... Ya sabes, ese tipo de cosas que a una no le suceden todos los días.
– Ya ves. ¿Y te sucede algo con todas esas cosas?
– Que es una absoluta locura. No estoy preparada para todo esto, terminaré volviéndome loca. Todo lo que he descubierto últimamente es la incoherencia en su máximo exponente. Empezando por la paradoja de la coexistencia de las circunstancias incompatibles.
– ¿Qué es la paradoja de la coexistencia de las circunstancias incompatibles?
– ¿Conoces la paradoja de Schrödinger?
– Sí, afirma que una partícula situada en un punto concreto del espacio y moviéndose a una velocidad determinada puede conocer su localización o su velocidad de desplazamiento, pero no ambas cosas a la vez.
– Efectivamente. Así, pues, ¿dirías que el mundo onírico es irreal?
– El mundo onírico son sueños. Es obvio que no es real.
– No, te equivocas. Sí que es real, a la vez que es irreal. Sé que son dos circunstancias incompatibles, pero recuerda el nombre de la paradoja: coexistencia de las circunstancias incompatibles. Lauren afirma categóricamente que existen tres realidades paralelas separadas irremediablemente por la pantalla del tiempo. Estas realidades son el mundo real, el irreal y el onírico, que es el punto medio. No es del todo real, pero tampoco es del todo irreal.
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8 St-NYU
Fiksi IlmiahEn el año 2.532, 400 años después de la violenta Guerra de las 57 Tormentas, la Tierra se ha convertido en un páramo contaminado donde el aire es tóxico y los últimos reductos de la raza humana viven en cápsulas respirando aire en conserva. Lauren...